Rajoy, sobre los toros: "Prohibido prohibir"

Un Mariano Rajoy con reminiscencias del Mayo del 68 se present¨® ayer en la plaza de toros de Pontevedra para asistir a la ¨²ltima corrida de las fiestas de la Peregrina. "Creo que en Espa?a tenemos que empezar a hablar de 'prohibido prohibir', porque ya se proh¨ªben demasiadas cosas", reflexion¨® el l¨ªder del Partido Popular a la entrada al coso, aparentemente extra?ado de la atenci¨®n medi¨¢tica que han recibido este a?o las corridas. "Yo no vengo aqu¨ª a hacer pol¨ªtica, porque desde 1983 el d¨ªa de la Peregrina siempre he estado aqu¨ª. Si usted me quiere preguntar si yo prohibir¨ªa los toros, le dir¨ªa que no", a?adi¨®.

Casi al mismo tiempo que Rajoy lleg¨® a la plaza pontevedresa el ministro de Fomento, Jos¨¦ Blanco, si bien ambos evitaron cruzarse en la entrada. No hubo saludo pero s¨ª declaraciones del ministro, similares en el tono a las del adversario pol¨ªtico. "Estoy aqu¨ª apoyando la fiesta y a favor de la libertad; cada cual debe decidir de acuerdo con lo que cree conveniente", adujo. Blanco tambi¨¦n aludi¨® al conflicto con los controladores a¨¦reos, a los que dedic¨® una desconcertante frase: "Nuestra paciencia es infinita pero se nos est¨¢ agotando la paciencia".

Iniciativa legislativa

El presidente de la Xunta, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, acudi¨® igualmente a los toros, que presenci¨® en el palco junto a Rajoy el presidente de la Diputaci¨®n, Rafael Louz¨¢n -Blanco opt¨® por un asiento m¨¢s cercano a la arena-. Antes ocupar su asiento, Feij¨®o se mostr¨® desfavorable a que una iniciativa legislativa popular como la que propici¨® el debate sobre la prohibici¨®n de los toros en Catalu?a triunfe en el Legislativo gallego. "Todas las iniciativas legislativas que cumplen el reglamento se debaten el Parlamento. Esperemos que en Galicia no planteemos iniciativas legislativas que coartan, limitan o disminuyen los derechos y la libertad de la gente", opin¨®.

La lidia en s¨ª comenz¨® sin demasiadas emociones para los aficionados, a tenor de los bufidos que se escucharon en el coso. La plaza tuvo una buena entrada pero no se llen¨®, con varios huecos en la parte superior del tendido. Pocos, adem¨¢s, se animaron a comprar los sombreros andaluces que se vend¨ªan en los tenderetes a pie de calle, innecesarios salvo para una peque?a parte del p¨²blico a la que todav¨ªa molest¨® el sol de las siete de la tarde. La mayor parte de los asistentes rebasaban la mediana edad.