Una noche luminosa
El cante intimista de Mayte Mart¨ªn brill¨® en la tercera gala del festival
Algunos cantaores dejan sin sentido el viejo debate sobre cantes chicos y cantes grandes. Para esos int¨¦rpretes excepcionales no hay cantes grandes o peque?os, porque en su voz todo se engrandece. Es el caso de Menese cuando canta la petenera. El s¨¢bado, durante la tercera gala del Cante de las Minas, Mayte Mart¨ªn abri¨® tambi¨¦n por peteneras su recital, y en su voz, dulce y mel¨®dica, luminosa como pocas, ese cante considerado chico se hace grande como una catedral.
Es cierto que a la cantaora catalana se le puede reprochar, con raz¨®n, su extrema frialdad. Seguramente es la artista flamenca menos demag¨®gica que existe, tendencia bastante extendida en este mundo, como entre los malos toreros, pero tambi¨¦n es verdad que de algunos cantes se espera una cierta intencionalidad, algo modal, tan propio del flamenco. Su interpretaci¨®n de la guajira, por ejemplo, apura los recursos mel¨®dicos, ¨ªntimos, de este cante de ida y vuelta, cuando en ¨¦l se suponen toda la intenci¨®n p¨ªcara y todo el mestizaje musical y racial de La Habana colonial.
Pero su voz es tan exquisita y matizada, tan bella, tan poderosa, que el p¨²blico asisti¨® a su recital como sobrecogido, sin los habituales estruendos y aplausos con los que ahora se recibe, de manera indiscriminada, a todo artista que sube al escenario precedido de fama medi¨¢tica. Es como si el p¨²blico acudiese a los espect¨¢culos a aplaudirse a s¨ª mismo, encantado de estar all¨ª, de haber visto al famoso.
La noche se completaba con la actuaci¨®n del guitarrista Manolo Sanl¨²car, uno de los pioneros de la renovaci¨®n del toque flamenco. El concertista gaditano hizo una revisi¨®n de su discograf¨ªa de los ¨²ltimos a?os, desde su c¨¦lebre Tauromagia (1988) a La voz del color (2007), disco dedicado al pintor andaluz Baldomero Romero Rossendi, pasando por Locura de brisa y trino, aunque para esta ocasi¨®n se adentr¨® en el mundo de los cantes mineros como cura de los sentidos. El concierto result¨® mon¨®tono y la mayor¨ªa de los asistentes lo recibi¨® con frialdad y algo de decepci¨®n.
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