Turqu¨ªa debe ingresar en la Uni¨®n Europea
Muchos turcos tienen la convicci¨®n de que la Uni¨®n Europea en particular y Occidente en general les est¨¢n tomando el pelo. Llevan muchos a?os negociando con Bruselas el ingreso de su pa¨ªs en la Uni¨®n Europea y realizando reformas democr¨¢ticas, sociopol¨ªticas y econ¨®micas que aquella (correctamente) les exige, pero se encuentran ante una muralla levantada por algunos Gobiernos que imposibilita un avance significativo.
Hay que se?alar que esos Gobiernos (Francia, Alemania, Austria) est¨¢n apoyados por un amplio sector de la opini¨®n p¨²blica europea, contraria por diversos motivos (racismo incluido) al ingreso. Y que Gobiernos y opini¨®n p¨²blica tienen donde apoyarse para mantener el rechazo, en concreto en la (inadmisible) posici¨®n turca de sost¨¦n de la ilegal Rep¨²blica del Norte de Chipre, reconocida ¨²nicamente por Turqu¨ªa.
Es necesario un lugar para Ankara en la UE porque es una pieza clave en la estabilidad de Oriente Pr¨®ximo
Ankara es un factor de moderaci¨®n en las relaciones internacionales de la zona
Ahora bien, mucho me temo que, solucionando ese grave escollo (que hay que hacer desaparecer por ilegal, arbitrario y opuesto a la racionalidad pol¨ªtica), la oposici¨®n al ingreso continuar¨ªa en gran medida siendo la misma. Y eso es algo que los turcos -cuyo ingreso en la OTAN hace d¨¦cadas fue autom¨¢tico e "imprescindible para contribuir a la lucha contra el comunismo totalitario sovi¨¦tico"- tienen atragantado.
Doble rasero. Antes s¨ª, ahora no. Integraci¨®n militar s¨ª, integraci¨®n socioecon¨®mica no. Buenos soldados anticomunistas y antirrusos y buenos consumidores (de productos alemanes) son aceptados por Occidente y la UE, pero una supuesta invasi¨®n de ciudadanos (?o meros s¨²bditos?) turcos tras la adhesi¨®n es un peligro para la Uni¨®n, sostienen determinados c¨ªrculos de poder, que ofrecen a Ankara una "asociaci¨®n privilegiada" con Europa. Merkel y Sarkozy -erigidos en portavoces de una f¨®rmula miope que ofende a los turcos- se niegan a aceptar que el inter¨¦s estrat¨¦gico de la Uni¨®n Europea y de Occidente consiste en atraer y ligar a una Turqu¨ªa democr¨¢tica al proyecto europe¨ªsta.
Estamos perdiendo un tiempo precioso en perjuicio de una Turqu¨ªa democr¨¢tica y en beneficio de una posible Turqu¨ªa ganada para el fundamentalismo isl¨¢mico. Ahora la cuesti¨®n no es tanto ya si la Uni¨®n Europea rechaza a Ankara cuanto si esta ha comenzado a rechazar a la UE. Kemal Davis, fino analista, lo expresa as¨ª: "la riqueza de los pa¨ªses del Golfo ar¨¢bigo-p¨¦rsico supone un apetecible entorno para Turqu¨ªa, al tiempo que el papel emergente del G-20 hace que las amistades en este nuevo mundo sean m¨¢s importantes que la pertenencia a clubes diversos, UE incluida".
Si Ankara llega a convencerse de que un "club cristiano" nole abrir¨¢ las puertas, cambiar¨¢ de rumbo definitivamente. Las reformas internas emprendidas (ya se han producido algunos retrocesos en el ¨¢mbito de la libertad de expresi¨®n) quedar¨¢n estancadas y la consolidaci¨®n de un frente islamista en el interior y de una pol¨ªtica exterior con ribetes fundamentalistas devendr¨¢n realidades peligrosas para la estabilidad interna y del Oriente Pr¨®ximo en su conjunto, a las que Occidente tendr¨¢ que hacer frente.
Todo lo contrario a lo que una Turqu¨ªa dentro de la UE (con identificaci¨®n creciente con los valores europeos) podr¨ªa aportar de cara a las relaciones con el islam. Europa debe tener en cuenta que al d¨ªa de hoy, en diversos campos y desde luego en el de las relaciones internacionales, Turqu¨ªa puede aportarnos m¨¢s que nosotros a ella. Que est¨¢ teniendo ¨¦xito donde nosotros hemos fallado y que lleva a cabo una pol¨ªtica exterior independiente que goza del benepl¨¢cito de todos aquellos que no son superpotencias.
En concreto, Ankara est¨¢ acertando en un ¨¢rea sensible para nosotros y donde nuestras carencias son palpables. Me refiero a los Balcanes. El pasado 24 de abril y tras meses de intensa actividad diplom¨¢tica entre Ankara, Belgrado y Sarajevo (que la mayor¨ªa de la prensa europea no reflej¨®), el presidente turco, Abdula G¨¹l, reuni¨® en Estambul al presidente de Serbia y al de Bosnia-Herzegovina. No menor ha sido el acierto turco en acercar posiciones entre Serbia y Croacia. Todo ello es especialmente significativo (y dice mucho en favor de la diplomacia de Ankara) si recordamos la antigua dominaci¨®n del imperio otomano en la zona y que la resistencia antiotomana es un acendrado ingrediente hist¨®rico de la identidad nacional serbia.
Si estos logros de la pol¨ªtica exterior turca han pasado pr¨¢cticamente desapercibidos en los medios de comunicaci¨®n occidentales, todo lo contrario ha ocurrido respecto a la iniciativa turco-brasile?a para facilitar la contenci¨®n nuclear de Ir¨¢n. Iniciativa absurdamente criticada por Washington, principal valedor del ingreso de Turqu¨ªa en la UE, y por esta misma. Da la impresi¨®n de que en las relaciones internacionales las superpotencias sospechan -o al menos contemplan con cierta suspicacia- de las iniciativas que impulsan algunos pa¨ªses emergentes. Pareciera que recelaran de ideas y m¨¦todos distintos de los por ellos establecidos, aunque aquellos pudieran aportar soluciones que convienen a todos.
Y, sin embargo, Ankara representa un factor de moderaci¨®n en las relaciones internacionales de la zona. Se trata de un pa¨ªs democr¨¢tico y estable, de econom¨ªa pr¨®spera (el FMI le calcula en 2010 un crecimiento del 6,25%), con relaciones diplom¨¢ticas con Israel, pero que -como ha quedado demostrado- sabe reaccionar ante la violaci¨®n por aquel del derecho internacional. Es un aliado de cultura isl¨¢mica, precisamente el m¨¢s adecuado para contrarrestar a Ir¨¢n, y de cuya posible capacidad nuclear recela. Un pa¨ªs cuyo liderazgo medio-oriental ha hecho que, preguntados los palestinos sobre cu¨¢l consideran el pa¨ªs extranjero que m¨¢s les apoya, respondan (43%) que Turqu¨ªa, mientras que tan solo un 6% considera que es Ir¨¢n.
?Puede en un mundo como el actual permitirse la Uni¨®n Europea no integrar a un pa¨ªs de las caracter¨ªsticas de Turqu¨ªa? Aun cuando pasen todav¨ªa unos a?os hasta que cumpla todos los requisitos exigibles a cualquier candidato, Ankara debe encontrar su lugar en la Uni¨®n, por el bien de esta, de la pol¨ªtica exterior europea y de la estabilidad en Oriente Pr¨®ximo.
Emilio Men¨¦ndez del Valle es embajador de Espa?a y eurodiputado socialista.
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