El Madrid-Barcelona
Junto a la parada de Passeig de Gr¨¤cia sigue abierta la que fuera parada y fonda de la l¨ªnea de tren
Tal como est¨¢n las cosas, parece como si este local le quisiera quitar hierro al asunto. A pocos metros del asfalto por donde discurri¨® la gran manifestaci¨®n de protesta por la decisi¨®n del Tribunal Constitucional con respecto al Estatuto se encuentra el restaurante Madrid-Barcelona, al ladito mismo de la parada de metro de Passeig de Gr¨¤cia, de las l¨ªneas 2, 3 y 4. Este establecimiento est¨¢ situado justo enfrente de donde se alzaba la antigua estaci¨®n exterior del tren, cuando la calle de Arag¨® era una zanja profunda por la que discurr¨ªa el ferrocarril y hab¨ªa que salvar el desnivel por puentecitos. Su sal¨®n, con algo de cantina, lleva abierto desde 1929 y actualmente es propiedad de los Parellada, conocidos por la extraordinaria Fonda Europa de Granollers. Cuenta con un comedor muy agradable -estilizada evocaci¨®n de una casa de comidas, a la vez popular y elegante- y ofrece una sobria y sabrosa carta de cocina catalana y un servicio r¨¢pido y eficaz que rememora los viejos tiempos, cuando su nombre alud¨ªa a la condici¨®n de este apeadero como uno de los extremos de la l¨ªnea ferroviaria que un¨ªa Barcelona con Madrid. Entonces era la cafeter¨ªa de la vecina estaci¨®n, la parada y fonda donde se escenificaba el ¨²ltimo bocado antes de ponerse a buscar el vag¨®n o el asiento correspondiente. Un emplazamiento en perpetua animaci¨®n, que vibraba con cada llegada o partida; siempre con la barra rodeada de maletas y las mesas ocupadas por personas que consultaban la lista de horarios.
Su sal¨®n lleva abierto desde 1929 y ofrece una sobria y sabrosa carta de cocina catalana
Puig i Cadafalch abri¨® en 1903 al lado el T¨¦rminus, hotel con los avances m¨¢s modernos de la ¨¦poca
La calle de Arag¨® llevaba desde 1882 convertida en un t¨²nel al aire libre, que permit¨ªa unir la l¨ªnea que llegaba desde Francia hasta la actual estaci¨®n del Norte (a partir de 1929, hasta la estaci¨®n de Francia), con la que part¨ªa hacia Madrid desde la desaparecida estaci¨®n de Sants, situada en lo que actualmente es la calle de Riego. En aquellos a?os, sus inmediaciones ten¨ªan una connotaci¨®n siniestra, pues era un enclave famoso entre los suicidas para arrojarse desde la acera a las v¨ªas, varios metros por debajo, con el fin de inmolarse. Tambi¨¦n fue lugar de llegada de reyes, pol¨ªticos y personalidades, que desembarcaban en pleno Passeig de Gr¨¤cia y ya sal¨ªan de all¨ª entre las aclamaciones y los v¨ªtores del p¨²blico reunido.
Tal fue su ¨¦xito que en 1902 se construy¨® una estaci¨®n exterior, situada en un tramo cubierto de la calle, hecha de hierro colado, a medio camino entre una caseta de feria y un mercado municipal de los que se hac¨ªan por aquellas fechas, durante muchos a?os conocida como el apeadero de Passeig de Gr¨¤cia. Un a?o despu¨¦s, Josep Puig i Cadafalch inauguraba su hotel T¨¦rminus, localizado donde se levanta actualmente el edificio de la Banca Pastor, en la finca contigua al Madrid-Barcelona, que cont¨® con los m¨¢s modernos avances de la ¨¦poca, como ascensores e iluminaci¨®n el¨¦ctrica en todas las habitaciones, y en cuyos salones se celebraron los banquetes m¨¢s sonados de la Belle ?poque barcelonesa, como los que se tribut¨® a Alfonso XIII y a Jos¨¦ Canalejas, ambos en 1904. Su cafeter¨ªa, centro de animadas tertulias, era frecuentada por Josep Pla y por la redacci¨®n al completo de la revista Destino, y en 1953 se convert¨ªa en uno de los primeros snack bares que tuvo Barcelona, de gran popularidad hasta el a?o de su cierre, en 1969.
Por aquel entonces hac¨ªa nueve a?os que hab¨ªa desaparecido el apeadero, se hab¨ªa cubierto y soterrado la l¨ªnea f¨¦rrea y se hab¨ªa construido la actual estaci¨®n subterr¨¢nea. El T¨¦rminus -una aut¨¦ntica joya modernista- hab¨ªa ca¨ªdo bajo la piqueta de la especulaci¨®n y solo quedaba en pie el restaurante Madrid-Barcelona, que con su reluciente letrero nos sigue recordando el primer puente a¨¦reo entre las dos ciudades -entonces no en avi¨®n, sino en tren-, del cual partieron o llegaron todas las noticias, todos los debates y todas las decepciones que vivieron ambas capitales durante gran parte del pasado siglo XX.
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