Los ecologistas ultiman el salto sin red a la pol¨ªtica
Uralde lidera el movimiento m¨¢s serio en d¨¦cadas para crear un partido verde - En Europa triunfa la ecolog¨ªa, ?por qu¨¦ no en Espa?a? - El abandono del medio ambiente tendr¨¢ costes para el PSOE
El salto a la pol¨ªtica que prepara Juantxo L¨®pez de Uralde con el apoyo de todos los grupos ecologistas es de resultado imprevisible. Los optimistas tienen motivos para pensar que tendr¨¢ ¨¦xito. Las encuestas reflejan una preocupaci¨®n ciudadana por el tema similar al del resto de Europa, el PSOE ha olvidado la ecolog¨ªa - abandono que tendr¨¢ costes- y el desencanto con los grandes partidos les puede dar alas. Ya toca un partido verde. Ahora o nunca. Los pesimistas esgrimen que la crisis econ¨®mica dificulta la opci¨®n, que la gente quiere un empleo y no cambio clim¨¢tico, y que los verdes no lograr¨¢n superar su at¨¢vica divisi¨®n. El resultado ser¨¢ de todo o nada, el tiempo dir¨¢. Mientras tanto, el ecologismo espa?ol vive una excitaci¨®n ¨²nica.
Narbona fue invitada al acto fundacional. Dijo que no pod¨ªa ir
"Zapatero abandon¨® el medio ambiente en 2008. Luego vino el cambio social"
PSOE, PP e IU piden subvencionar el carb¨®n. Solo los verdes se oponen
Los espa?oles est¨¢n en la media de la UE en inquietud por la ecolog¨ªa
El descontento con la izquierda les viene bien, pero la crisis, en contra
El Partido Verde Europeo est¨¢ detr¨¢s de la formaci¨®n, que busca nombre
Uralde estuvo preso en Copenhague tras colarse en la cena de gala de los casi 190 l¨ªderes que acudieron a la Cumbre del Clima. Les ech¨® a la cara que no actuaran ante el cambio clim¨¢tico y que se limitaran a hablar. Eso le dio visibilidad entre el gran p¨²blico, pero no es un reci¨¦n llegado.
Durante 10 a?os ha dirigido Greenpeace en Espa?a, donde tiene 105.000 socios. "Greenpeace en Espa?a tiene tanto peso y poder como en Francia", explica Uralde por tel¨¦fono, y aclara por si hay suspicacias que las cifras no est¨¢n infladas. No servir¨ªa de nada, alega, porque Greenpeace se financia exclusivamente a trav¨¦s de sus abonos, no acepta patrocinios ni dinero estatal.
Tampoco es un desconocido en el sector Alejandro S¨¢nchez, que durante los ¨²ltimos 19 a?os ha dirigido SEO/Birdlife, una de las cuatro grandes ONG de medio ambiente y que el viernes confirm¨® que deja la organizaci¨®n y apunt¨® que se ir¨¢ con Uralde.
Uralde y S¨¢nchez son las caras visibles de un proceso de uni¨®n m¨¢s amplio. La tercera pata es el Partido Verde Europeo, cuarta fuerza pol¨ªtica en la Euroc¨¢mara y que apoya la iniciativa. "Ellos no pueden permitirse que en el pa¨ªs con el quinto PIB de la UE solo obtengan un diputado [Ra¨²l Romeva, de ICV] y apoyan el proceso de uni¨®n", dice Florent Marcellesi, portavoz de la Coordinadora Verde, grupo que aporta al proyecto asambleas y grupos de activistas desperdigados por Espa?a.
Otro de los pilares de la futura formaci¨®n es ICV, un partido con un diputado en el Congreso, Joan Herrera, presencia en el Gobierno catal¨¢n y en Bruselas y miembro del Partido Verde Europeo. Su distanciamiento de Izquierda Unida es cada vez mayor. Desde hace dos a?os, todos estos agentes hablan de unirse por fin, de concurrir juntos a las elecciones y de acabar con la anomal¨ªa de que los verdes no existan en Espa?a. De momento formar¨¢n una fundaci¨®n -a¨²n no tienen nombre- para aglutinar a todo el mundo y buscar apoyos para llegar a las elecciones generales de 2012 y a las europeas de 2014 (donde el sistema electoral de circunscripci¨®n ¨²nica no penaliza a los partidos peque?os). Si llegan a las municipales y auton¨®micas de 2011 ser¨¢ como una prueba. No hay apenas tiempo.
Conf¨ªan en acabar con "la anomal¨ªa" de que solo Herrera empuje a favor del medio ambiente en el Congreso. ?l "no da de s¨ª", en palabras de S¨¢nchez. Cuando la Comisi¨®n de Medio Ambiente del Congreso debate en una misma ma?ana varios proyectos de ley es frecuente ver a Herrera enfrascado entre un mont¨®n de papeles para intentar enmendar normas sin nada que ver entre s¨ª.
No aspiran a emular a Los Verdes alemanes, que en las federales de 2009 obtuvieron el 10,7% de los votos y el 17% en Berl¨ªn. Pero s¨ª se miran en Europe ?cologie, el partido franc¨¦s que en las europeas de 2009, liderados por Daniel Cohn-Bendit, Jos¨¦ Bov¨¦ y la juez Eva Joly obtuvieron 13 eurodiputados y el 16,28% de los votos.
Uralde critica que "el medio ambiente est¨¢ ausente en Espa?a de la discusi¨®n pol¨ªtica. La discusi¨®n sobre el modelo energ¨¦tico se basa en atacar a las renovables. En Europa hay un 10% de votantes ecologistas y creemos que en Espa?a pueden converger muchos sectores en ese porcentaje".
Con el t¨ªtulo Montar Europe ?cologie en Espa?a: algunas reflexiones y propuestas present¨® el pasado 31 de julio Marcellesi su plan ante la II Universidad Verde de Verano que se celebr¨® en Beire (Navarra). All¨ª estaban todos los que son y se dio el pistoletazo de salida a la formaci¨®n, con el objetivo de empezar en septiembre. Seg¨²n Marcellesi, la ex ministra de Medio Ambiente Cristina Narbona estuvo invitada, pero dijo a los organizadores que le era imposible asistir.
Narbona, que desde 1982 ha ocupado cargos en Administraciones del PSOE, ser¨ªa el golpe de efecto perfecto, como admiten los impulsores. Pero vive de embajadora ante la OCDE en Par¨ªs, y dejar el coche oficial y el pasaporte diplom¨¢tico es un paso complicado. As¨ª lo consideran fuentes de la formaci¨®n.
La salida de Narbona del Ejecutivo, en 2008, y la sustituci¨®n por la gris Elena Espinosa -desconocida para m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n pese a llevar m¨¢s de seis a?os como ministra con enormes competencias- es uno de los motivos que alientan la aventura. "Zapatero abandon¨® el medio ambiente en 2008 y fue un adelanto de lo que vendr¨ªa despu¨¦s: el abandono social. Vivimos una crisis econ¨®mica grave, pero tambi¨¦n una crisis ambiental que nos lleva al abismo y cada vez m¨¢s se ve que el ecosocialismo ofrece respuestas que ning¨²n partido da", resume Uralde.
El partido ser¨¢ de izquierdas, pero distanciado de la izquierda tradicional. Un ejemplo son las subvenciones a la fuente de energ¨ªa que m¨¢s gases de efecto invernadero emite: el carb¨®n. El Gobierno insiste en cumplir su plan de apoyo al carb¨®n, empe?o personal de Zapatero por sus v¨ªnculos con Rodiezmo (Le¨®n). El plan del carb¨®n parece intocable, al contrario del Pacto de Toledo o el del sueldo de los funcionarios. Los sindicatos e IU, pero tambi¨¦n el PP, lo apoyan. "Esas subvenciones son un disparate y habr¨ªa que eliminarlas ya. Todo el mundo habla de los mil empleos que da el carb¨®n, pero nadie se preocupa de los 30.000 trabajos destruidos en el sector de la energ¨ªa solar por el Gobierno", resume Uralde, que ve muchos m¨¢s campos de espacio pol¨ªtico ¨²nico: "Hemos visto que todos los partidos nacionales apoyan los toros. Nosotros nos opondr¨ªamos".
Hay m¨¢s diferencias con la izquierda tradicional. Un sistema fiscal ecol¨®gico tiene mucho de impuestos indirectos -sobre carburantes, residuos, electricidad...- para penalizar el derroche de materias primas y premiar la eficiencia, algo que choca con la predilecci¨®n por los impuestos directos para no cargarlos sobre los que tienen menos recursos.
El profesor de Sociolog¨ªa Medioambiental de la Universidad de Barcelona, Joaquim Sempere, cree que no es descabellado que tenga ¨¦xito: "Los votantes aparecen cuando hay un proyecto atractivo y cre¨ªble y hasta ahora ha faltado liderazgo para hacer converger a los distintos verdes". Sempere a?ade que para el proyecto es positivo el desencanto de la izquierda con Zapatero y de los votantes con la clase pol¨ªtica en general, en el sentido de que le puede dar votos, pero advierte de que la crisis juega en contra: "La crisis a veces se da de patadas con el ecologismo. Las ayudas a la industria del autom¨®vil son un disparate ecol¨®gico, pero no s¨¦ si es muy popular oponerse a ello".
?Est¨¢n preparados los espa?oles para apoyar una opci¨®n ecol¨®gica? Hay indicios contradictorios. All¨ª donde se ha puesto un sistema de bicicletas p¨²blicas ha funcionado, y en el primer semestre del a?o el 40% de la electricidad espa?ola ha sido renovable (una cifra estratosf¨¦rica solo al alcance de Alemania y Dinamarca). Seg¨²n eso, no parece que haya nada en el ADN hispano contra el medio ambiente. Que los alcaldes que m¨¢s han destrozado su costa sean los que m¨¢s votos saquen no implica que no haya una minor¨ªa lo suficientemente amplia como para tener representaci¨®n parlamentaria. El ¨²ltimo Eurobar¨®metro sobre el asunto resalta que el 5% de los espa?oles sit¨²a el deterioro del medio ambiente entre los dos problemas que m¨¢s le afectan. La cifra est¨¢ lejos del 24% de Suecia, pero exactamente en la media de los Veintisiete.
Sin embargo, como explica el catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad de M¨¢laga y experto en la evoluci¨®n del ecosocialismo, ?ngel Valencia S¨¢iz, una cosa es lo que se declara en las encuestas y otra la actitud diaria. "Estamos a punto de publicar un estudio para el CIS [Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas] en el que se demuestra que en sus comportamientos hacia el medio ambiente los espa?oles est¨¢n muy lejos de lo que declaran en las encuestas". No es lo mismo decir que uno quiere coches poco contaminantes que pagar un poco m¨¢s por ellos. Cuando las organizaciones ecologistas anunciaron que ir¨ªan ante el Ministerio de Industria a exigir el cierre inmediato de Garo?a, los responsables ministeriales esperaban una avalancha, pero descubrieron que solo acudi¨® un centenar de personas. Luego s¨ª ha habido concurridas movilizaciones -para ser zonas rurales- contra la eventual instalaci¨®n del almac¨¦n nuclear. Calibrar su representatividad real no es sencillo.
Marcellesi se muestra convencido de que es el momento. "Tenemos las cuatro patas montadas: la personalidad de Uralde, las bases de los verdes, el Partido Verde Europeo e ICV, que ya est¨¢ en Espa?a. Con la situaci¨®n actual el salto hay que darlo ahora o nunca".
Se trata de un salto porque s¨ª ha habido antes diputados verdes -uno en el Congreso y experiencias en Parlamentos aut¨®nomos-, pero siempre de la mano de otros partidos. Ladislao Mart¨ªnez, que lleva en el movimiento ecologista desde 1979, destaca que inmediatamente despu¨¦s del refer¨¦ndum de la OTAN, "en el que se vio que hab¨ªa un gran movimiento pacifista con una componente ecologista, el PCE funda Izquierda Unida y absorbe a esos grupos. En Alemania no ocurri¨® y por eso en los setenta se crearon Los Verdes". Valencia resume que "el ecologismo fue aire fresco en democracias aburridas, pero ese no era el caso de Espa?a, marcada a¨²n por la Transici¨®n".
El PSOE pact¨® con Los Verdes en 2004 y les cedi¨® un diputado al Congreso y otro a la Euroc¨¢mara. Al presentar la alianza el coordinador de campa?a socialista, Jes¨²s Caldera, anunci¨® que, de ganar las elecciones, cerrar¨ªan todas las nucleares en 20 a?os. El Ejecutivo ya ni quiere recordar aquella rueda de prensa y se arrepinti¨® pronto de haber metido en su lista al eurodiputado Hammerstein, al que la Oficina Europea Antifraude acus¨® de desviar fondos que le asign¨® la Euroc¨¢mara.
Adem¨¢s de la diluci¨®n en IU, hay m¨¢s factores que explican la ausencia de partidos verdes. Todos los consultados coinciden en que las luchas cainitas y los personajes que pasaban de un partido a otro han sido un lastre. Como el sistema electoral, que hace que solo en dos o tres circunscripciones puedan aspirar a tener representaci¨®n. Eso, y que en comunidades como Galicia o Catalu?a han tenido partidos nacionalistas con v¨ªnculos con grupos ecologistas, dificult¨® la creaci¨®n de un ¨²nico partido.
Valencia apunta que la unidad en el mundo verde no es sencilla: "Hablamos de ecologismo, pero no hay uno solo. Hay ambientalistas, animalistas, quienes creen que se debe actuar desde asociaciones y no en la pol¨ªtica... Es un grupo heterog¨¦neo".
El Ejecutivo se muestra tranquilo ante la pr¨®xima aparici¨®n. No es sencillo -aunque Rosa D¨ªez lo ha conseguido- crear un partido hoy d¨ªa. Uralde teme que conforme se acerquen las elecciones comiencen las apelaciones al voto ¨²til para desanimar al electorado potencial: "El ecologismo hace a?os eran las focas y las ballenas, pero hoy toca aspectos mucho m¨¢s amplios y es leg¨ªtimo que queramos ser una opci¨®n pol¨ªtica. La aventura puede ser loca, pero los aventureros estamos cuerdos".
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