?Qui¨¦n teme a las primarias feroces?
De pronto, un cataclismo, una gran tragedia se cierne sobre Madrid: el anunciado proceso de primarias en el seno del PSM y casi del propio PSOE. Alg¨²n destacado militante socialista ha llegado, incluso, a predecir "un suicidio colectivo" si tales primarias se llevan a cabo.
El catastrofismo y las reacciones hist¨¦ricas y desmesuradas que provocan las primarias solo denotan una cosa, falta de madurez pol¨ªtica, falta de compromiso con una pr¨¢ctica leg¨ªtima y necesaria en una sociedad adulta y democr¨¢tica.
Soy una persona con una larga trayectoria pol¨ªtica en defensa de una cultura de izquierdas, una cultura socialdem¨®crata, y desde hace ya bastantes a?os estoy afiliado al PSOE, bajo cuyas siglas he trabajado en y por Madrid. Baste esta presentaci¨®n para legitimar estas l¨ªneas.
Hace unos a?os, no muchos, la implantaci¨®n del proceso de primarias en el seno del PSOE, para elegir tanto a los responsables org¨¢nicos como a los aspirantes a cargos p¨²blicos importantes, se anunci¨® como un ¨¦xito de transparencia democr¨¢tica. As¨ª se proclamaba, tanto dentro del partido, como ante los propios ciudadanos, en cuya defensa los socialistas trabajaban y a los que solicitaban el voto para poder transformar en realidades, dentro de los organismos p¨²blicos, los intereses y las aspiraciones colectivas.
Las primarias no se pensaron como un ¨²ltimo recurso para dirimir conflictos, sino como un marco en el que aflorasen l¨ªderes e ideas.
He participado activamente en algunas primarias de gran significado, apoyando a uno u otro candidato y debatiendo, desde las agrupaciones a las p¨¢ginas de peri¨®dicos, las cualidades personales confrontadas. Se trataba de identificar y defender con convicci¨®n una pol¨ªtica socialdem¨®crata avanzada, valorando, al mismo tiempo, la capacidad de cada uno para transmitir a los ciudadanos, razonadamente y con entusiasmo, un proyecto progresista que legitimaba la petici¨®n de voto para poder transformar ese discurso en acci¨®n de gobierno, tanto en el municipio como en el Estado.
Aquellos procesos fueron enriquecedores porque movilizaron unas organizaciones un tanto ap¨¢ticas y revivieron un debate ideol¨®gico, inteligente y respetuoso, en el seno del Partido Socialista, a la vez que ayudaban a despertar el inter¨¦s, la curiosidad y la proximidad de muchos ciudadanos que percibieron, al fin, un atisbo de vitalidad y de transparencia en el seno de un partido de izquierdas.
Por eso hoy, todos los socialistas deber¨ªamos saludar, sin reservas mezquinas o miedos corporativos, esta nueva ocasi¨®n de confrontar distintas interpretaciones, distintas sensibilidades sobre lo que deba ser la esencia de una pol¨ªtica socialdem¨®crata y su inseparable corolario del Estado del bienestar. M¨¢s todav¨ªa en estos tiempos, en los que una cruzada neoconservadora intenta arrasar las conquistas sociales de los dos ¨²ltimos siglos.
?branse las esclusas interiores para que circule una corriente de ideas que renueve y reafirme nuestra cultura pol¨ªtica. ?branse las puertas y ventanas para que los ciudadanos puedan vernos vivos y pr¨®ximos.
Hablemos de Madrid. Es dif¨ªcil entender y aceptar con tranquilidad la proclamaci¨®n, casi la imposici¨®n, desde las alturas de unos posibles candidatos a la presidencia de la CAM y a la alcald¨ªa de Madrid. Dif¨ªcil y, me atrevo a decir que negativo, por muy valiosas que sean las personas propuestas, a las que me unen amistad y, en el caso de Lissavetzky, un largo e intenso trabajo pol¨ªtico plenamente compartido. En todo caso, la historia reciente, con aterrizajes forzados y siempre extra?os a los ciudadanos, no es precisamente exitosa.
El PSM y su secretario general, junto con los parlamentarios auton¨®micos, los concejales, los alcaldes y los miembros de las distintas agrupaciones, han pasado a?os duros frente a una pol¨ªtica muy agresiva de la derecha madrile?a. Han conocido, d¨ªa a d¨ªa, y sufrido en sus carnes los graves problemas, desmadres e incluso corrupciones que han azotado esta comunidad. Por todo esto tienen experiencia y valor acumulado para ser ellos, en primer lugar, los que, en un ejercicio de responsabilidad, elijan y propongan a los candidatos en las pr¨®ximas confrontaciones electorales. Digo en primer lugar, lo que no excluye el contraste y la colaboraci¨®n con la ejecutiva federal. Aun m¨¢s, me consta que, desde hace ya meses, se est¨¢ haciendo un esfuerzo de an¨¢lisis, diagn¨®stico y formulaci¨®n de posibles proyectos, para construir una regi¨®n y unas ciudades m¨¢s justas integradas y eficientes. M¨¢s bellas. Trabajo en el que colaboramos afiliados y simpatizantes (no me gusta la palabra militantes) basado en el conocimiento y la experiencia antes se?alados.
Por todo ello, creo que las propuestas de personas y programas nacidos del PSM merecen una valoraci¨®n prioritaria, aunque no exclusivas. Con mi voz apoyo esta opci¨®n en las pr¨®ximas primarias. Oir¨¦ atentamente a los candidatos y votar¨¦ en conciencia, no al m¨¢s valorado por las encuestas sino al que mejor encarne un comprometido programa socialista.
Eduardo Mangada es arquitecto. Fue consejero de los Gobiernos socialistas de Joaqu¨ªn Leguina entre 1983 y 1991.
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