?Qu¨¦ esperamos de las negociaciones?
Los palestinos aprecian el apoyo del Gobierno estadounidense para reactivar el proceso de paz de Oriente Pr¨®ximo hasta desembocar en una soluci¨®n de dos Estados que ponga fin a la ocupaci¨®n iniciada en 1967. Despu¨¦s de 17 a?os de intentos, nos encontramos en un momento crucial en el que es preciso tomar decisiones. Y los palestinos fuimos los primeros en propugnar la soluci¨®n de dos Estados y en hacer dolorosas concesiones; hace ya 22 a?os que reconocimos el derecho de Israel a existir en el 78% de la Palestina hist¨®rica.
Acordamos entablar las conversaciones de proximidad para demostrar nuestra fe en el Gobierno estadounidense. La Liga ?rabe respald¨® activamente el proceso y propuso para esta modalidad un plazo de cuatro meses tras los que, de haber avances significativos, se iniciar¨ªan negociaciones directas.
A palestinos e israel¨ªes nos interesa la coexistencia en dos Estados y la seguridad en la regi¨®n
Israel debe paralizar toda actividad de nuevo asentamiento
El Gobierno de Estados Unidos hizo hincapi¨¦ en el progreso sobre temas relacionados con el territorio y la seguridad. Nosotros nos mostramos dispuestos a un di¨¢logo exhaustivo; el lado israel¨ª, no. Las exigencias actuales de que los palestinos accedan a las negociaciones directas sin que se hayan producido avances suponen cambiar el paradigma acordado y son prematuras, porque todav¨ªa nos queda un mes de plazo. Durante los tres meses de conversaciones de proximidad, Israel ha proseguido su actividad colonizadora y ha reanudado la pol¨ªtica de demolici¨®n de hogares, revocaci¨®n de documentos de identidad y el aumento de la violencia de los colonos contra los palestinos; en ese mismo periodo, mientras el equipo negociador palestino se dedicaba a presentar mapas e informes de situaci¨®n sobre todos los aspectos del estatus definitivo, no hemos o¨ªdo decir una palabra al primer ministro Netanyahu sobre la necesidad de impulsar las conversaciones de proximidad.
Israel no cumple ni sus obligaciones m¨ªnimas y a los palestinos se les pide que entablen negociaciones directas. Es una situaci¨®n que no puede ser m¨¢s parecida a la de hace 10 a?os, cuando se oblig¨® a los palestinos a ir a Camp David pese a que Israel no estaba listo, y al final se nos ech¨® la culpa del resultado a nosotros. ?Todav¨ªa no hemos aprendido la lecci¨®n? Si Israel no est¨¢ listo esta vez, el resultado ser¨¢ a¨²n m¨¢s catastr¨®fico. Lo que ocurri¨® fue que los t¨¦rminos de referencia para las conversaciones eran muy vagos, de modo que fue imposible hacer que predominara una visi¨®n integral de paz.
No podemos perder tiempo. Los palestinos y los israel¨ªes no pueden permitirse otra ronda de negociaciones fracasadas. Antes de emprender negociaciones directas, Israel debe explicar cu¨¢l es su visi¨®n de la paz. Si supostura es el discurso pronunciado por el primer ministro Netanyahu en la Universidad Bar Ilan University ("refugiados, Jerusal¨¦n, seguridad, fronteras, espacio a¨¦reo, son puntos no negociables"), no hay nada que hacer; las llamadas "medidas de confianza" ofrecidas por el Gobierno israel¨ª no son un "regalo" para el pueblo palestino, sino medidas aprobadas ya en los Acuerdos de Oslo, que Israel deber¨ªa haber llevado a cabo antes del a?o 2000.
?Qu¨¦ concepto de proceso de paz deseamos? ?Estamos hablando de c¨®mo hacer que los palestinos renuncien a las fronteras de 1967 o estamos hablando de c¨®mo lograr una paz integral y duradera?
Los t¨¦rminos de referencia deben estar claros. Existe un apoyo internacional extraordinario a la soluci¨®n de dos Estados de acuerdo con las fronteras de 1967, con Jerusal¨¦n como capital de los dos y ciudad abierta y compartida y un acuerdo sobre la cuesti¨®n de los refugiados basado en las resoluciones de la ONU. ?Es mucho pedir, tras 17 a?os de proceso de paz, que Israel reconozca las fronteras de 1967 como base para nuestras negociaciones?
La visi¨®n de la paz regional que tiene Estados Unidos no se contradice con lo anterior, ni tampoco lo hace la idea de un Israel seguro. La seguridad no puede lograrse mediante m¨¢s opresi¨®n y ausencia de derechos, sino mediante la paz y la cooperaci¨®n regional. Que se respeten los derechos de los palestinos no har¨¢ da?o a nadie, y la paz saldr¨¢ ganando.
Para demostrar su voluntad de alcanzar un acuerdo, Israel debe paralizar toda la actividad de asentamientos. Si el punto de partida lo constituyen las fronteras de 1967, no tiene sentido que los israel¨ªes sigan arruinando de antemano el resultado de las negociaciones con medidas unilaterales que no contribuyen a lograr la soluci¨®n de dos Estados.
Cuando el se?or Netanyahu declara que sabe lo que es mejor para la regi¨®n, nosotros le decimos que no queremos sus consejos. Lo ¨²nico que queremos de ¨¦l es cooperaci¨®n y trabajo en com¨²n.
No necesitamos que Netanyahu se dedique a decirnos lo que m¨¢s nos conviene, sino que sea un aut¨¦ntico socio en la b¨²squeda de la paz. Si le importa el futuro de esta zona del mundo, debe asumir la posici¨®n internacional; debe saber que si contin¨²a fundando su postura en la pol¨ªtica interna y en el deseo de conservar a los colonos en su coalici¨®n de Gobierno, el precio de asegurar su futuro pol¨ªtico ser¨¢ el sufrimiento de millones de personas en la regi¨®n.
Todos debemos aprender de los errores del pasado. Unas negociaciones en las que no haya un compromiso, una visi¨®n y unos t¨¦rminos de referencia comunes son inaceptables. Ya las hemos intentado y no han funcionado.
El futuro de millones de personas en Oriente Pr¨®ximo, nuestros hijos y los suyos, no nos permite volver a fracasar. Respetar compromisos previos como la Hoja de Ruta y los resultados de negociaciones anteriores es una buena forma de avanzar.
Invitamos a Israel a dialogar en serio con nosotros porque a todos nos interesa lo mismo: la coexistencia en dos Estados y la seguridad y la estabilidad en la regi¨®n. Si no, todos pagaremos un precio muy elevado.
Saeb Erakat es jefe del equipo negociador palestino. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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