Terapia Niemeyer en Avil¨¦s
El centro cultural recibe los ¨²ltimos retoques y desde ma?ana, la visita de sus vecinos - Las formas sinuosas del brasile?o sacuden el pesimismo de la ciudad
Un d¨ªa de febrero, Avil¨¦s se despert¨® m¨¢s curvil¨ªnea de lo que se hab¨ªa acostado. Junto al perfil rectil¨ªneo de pinos y gr¨²as portuarias hab¨ªa irrumpido una ondulaci¨®n, que desde lejos pasar¨ªa por duna, molusco o monta?a de sal. Aquella c¨²pula fue el primer edificio en que se materializ¨® el Centro Niemeyer, que ayer abri¨® sus puertas a la prensa y el fin de semana se ense?ar¨¢ a los vecinos de la ciudad asturiana. Fue todo un ataque en la l¨ªnea de flotaci¨®n de los incr¨¦dulos. Una evidencia tomasiana. Y un poco de magia tambi¨¦n. ?C¨®mo pod¨ªa emerger aquella estructura de s¨²bito? Gracias a una t¨¦cnica constructiva que para los profanos tiene mucho de abracadabra y que -simplificando- consisti¨® en inyectar hormig¨®n sobre una estructura de PVC.
El centro quiere festejar el 15 de diciembre los 103 a?os del arquitecto
Niemeyer exigi¨® que todas las butacas del auditorio tuvieran id¨¦ntica visibilidad
M¨¢s que la t¨¦cnica, importa el resultado. La oronda c¨²pula fue el primer golpe del efecto Niemeyer: la recuperaci¨®n del orgullo de Avil¨¦s, la sensaci¨®n de volver a tener un hueco en el mundo y no solo lunes al sol. El fen¨®meno qued¨® claramente esbozado por una ni?a alemana que enjuici¨® as¨ª a la amiga de su madre al verla en una revista: "Oye mam¨¢, Mar¨ªa debe ser alguien importante, sale en las fotos con Brad Pitt". Mar¨ªa L¨®pez Castro es la arquitecta del Principado de Asturias que supervisa la construcci¨®n del Centro Niemeyer junto a la r¨ªa de Avil¨¦s. Hace un a?o sali¨®, embarazada de ocho meses, en portadas de medio mundo acompa?ando al actor. Pues eso. Si Brad Pitt visita las obras del complejo cultural proyectado por el arquitecto ?scar Niemeyer (R¨ªo de Janeiro, 1907), ser¨¢ que es algo importante. La autoestima de la ciudad, degradada al comp¨¢s de las reconversiones industriales y el paro, comenz¨® a recomponerse. Por Avil¨¦s, desde 2007 hacia ac¨¢, no solo ha desfilado el marido de Angelina Jolie. Tambi¨¦n lo han hecho Woody Allen (que vuelve en unos d¨ªas), Wim Wenders o Wole Soyinka, Alejandro Amen¨¢bar o Carlos Saura y se han estrechado lazos con selectas instituciones internacionales, tipo Carnegie Hall o London School of Economics.
Definitivamente, algo pasa en los terrenos de la antigua Ensidesa. Y la gente lo ha hecho suyo. As¨ª lo avala el que se agotaron en un santiam¨¦n las 2.240 entradas para las visitas guiadas de la pr¨®xima semana, que se espera una notable afluencia a las jornadas de puertas abiertas del fin de semana -las primeras que mostrar¨¢n el interior de los cuatro edificios- y que ya casi nadie discute el proyecto. El PP, que hab¨ªa descalificado la iniciativa como el "centro ?scar Mayer", ha abrazado la causa con inesperado br¨ªo. "El apoyo es ahora un¨¢nime", corroboraba ayer a pie de obra Jos¨¦ Luis Vega, director general de Turismo y Patrimonio del Principado, la instituci¨®n que m¨¢s empe?o y dinero (43,4 millones de euros) ha puesto en la iniciativa.
Fue, de hecho, el presidente asturiano, el socialista Vicente ?lvarez Areces, el que puso el dedo sobre Avil¨¦s cuando ?scar Niemeyer decidi¨® obsequiar a la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias con un proyecto para festejar sus bodas de plata. El art¨ªfice de aquel sarao fue Natalio Grueso, ahora director del Centro Niemeyer. Un tipo curioso. Un tipo con un demoledor curr¨ªculo profesional y zapatillas deportivas. Un tipo que va a Londres y se codea con Kevin Spacey y va a Nueva York y queda con Woody Allen. En 2005 Natalio Grueso, por entonces en la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias, se cit¨® con Niemeyer en el restaurante El Terzzetto, en Ipanema. Le explic¨® lo de los 25 a?os y la colaboraci¨®n especial.
-Y los dem¨¢s, ?qu¨¦ har¨¢n?-inquiri¨® el arquitecto carioca, premiado con el Pr¨ªncipe de Asturias en 1989.
-Barenboim dar¨¢ un concierto. Allen va a rodar una pel¨ªcula.
-Pues yo soy arquitecto y os voy a regalar un edificio.
As¨ª naci¨® el ¨²nico legado espa?ol del brasile?o, que tiene m¨¢s de 1.000 obras por el mundo, incluidos los templos de las curvas que m¨¢s le deleitan: los samb¨®dromos. Y uno de los m¨¢s apreciados. "Es el trabajo m¨¢s importante entre los proyectos recientes y, seguramente, uno de los que me dio m¨¢s alegr¨ªa entre los creados para el exterior", confesaba en una reciente carta el centenario arquitecto.
Antes de enviar bocetos, Niemeyer pidi¨® detalles de la ubicaci¨®n y la finalidad. Se eligieron terrenos junto a la r¨ªa. Se sopesaron carencias en infraestructuras culturales y as¨ª, cuenta Natalio Grueso, fue fragu¨¢ndose el proyecto, que es la ant¨ªtesis de lo que Fraga impuls¨® en Santiago como Cidade da Cultura. Razonablemente barato y endiabladamente r¨¢pido (la primera piedra se coloc¨® en 2008 y esto es ?obra p¨²blica!).
Nadie pone fecha a la inauguraci¨®n sobre la mesa, pero los edificios est¨¢n lo bastante adelantados como para recibir visitas a partir del s¨¢bado. La c¨²pula dunar, destinada a espacio de exposiciones, dispone incluso de una macrol¨¢mpara dise?ada por Niemeyer. Casi en el centro de la gran plaza, se yergue la torre-mirador destinada a espacio gastron¨®mico frente al edificio multiusos. A un extremo, el auditorio con capacidad para casi 1.000 butacas sin distinci¨®n de clases. Literal. Se llama socialismo arquitect¨®nico y fue una exigencia de Niemeyer, que es un so?ador y, hasta 1990, comunista de carn¨¦. "No existe una localidad que tenga menos visibilidad que otra", precisa Mar¨ªa L¨®pez en el interior de un edificio cuyo perfil exterior recuerda al de una ballena.
El pr¨®ximo 15 de diciembre, ?scar Niemeyer cumplir¨¢ 103 a?os. En Avil¨¦s quieren celebrarlo con algo especial que justifique un viaje del arquitecto. A pesar de sus recientes operaciones y de su rechazo a volar -antes se desplazaba hasta Europa en barco-, desea contemplar su dise?o hormigonado. El hombre que se sac¨® una ciudad de la chistera tambi¨¦n ha sacado a otra del pesimismo.
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