No es lo mismo claro que simple
1 Escribe Christopher Hitchens en su ¨²ltimo libro: "El deber com¨²n del intelectual consiste en argumentar la complejidad y en insistir en que los fen¨®menos del mundo de las ideas no deben convertirse en esl¨®ganes o reducidos a f¨®rmulas f¨¢cilmente repetibles. Pero hay otra responsabilidad: decir que algunas cosas son claras y no deben ser oscurecidas". Hitchens lleva raz¨®n: el nazismo o el estalinismo fueron fen¨®menos muy complejos, pero hay que decir con claridad que la ¨²nica actitud pol¨ªticamente decente era oponerse a ellos, igual que el golpe de Estado ocurrido en Espa?a en 1936 fue un fen¨®meno muy complejo, pero hay que decir con claridad que la ¨²nica actitud pol¨ªticamente decente era oponerse a ¨¦l. La frase de Hitchens se?ala el principal escollo que debemos salvar quienes escribimos en la prensa: proponer la m¨¢xima claridad sin perder la m¨ªnima complejidad. Un escollo que Hitchens no siempre es capaz de salvar.
"Los peores infiernos de la historia tambi¨¦n se han fabricado con las mejores intenciones"
2 Hitchens es quiz¨¢ uno de los intelectuales m¨¢s representativos de nuestro tiempo. Lo es por la brillantez de sus textos y por los lectores que convoca en todo el mundo; tambi¨¦n por su evoluci¨®n ideol¨®gica, que le ha llevado desde su juventud trotskista hasta su madurez neoconservadora de apologeta de George Bush. Ambas cosas est¨¢n fabricando manadas de imitadores. No hay duda de que Hitchens es un polemista suculento, pero a menudo est¨¢ tan interesado en salir bien en la foto que olvida o posterga el asunto de la pol¨¦mica, lo que delata su frivolidad, y siempre est¨¢ tan preocupado por arremeter contra la correcci¨®n pol¨ªtica que no advierte o no quiere advertir que la incorrecci¨®n pol¨ªtica se ha convertido en la peor forma de correcci¨®n, lo que delata su inconsistencia, su demagogia o su cinismo, y a veces le aboca al s¨ªndrome de "Martin-Luther-King-no-es-tan-negro-como-ahora-se-dice", por usar el verso de Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo. Con todo, hay unas cuantas cosas que convierten a Hitchens en un tipo simp¨¢tico; por desgracia, cada vez hay m¨¢s cosas que lo vuelven un tipo antip¨¢tico. Ya he insinuado alguna de ellas; en un art¨ªculo publicado en The New York Review of Books, Ian Buruma enumera otras: su narcisismo, su dogmatismo, su tendencia complementaria a la adulaci¨®n y el insulto, la creciente estrechez de miras de un hombre que se proclama cosmopolita, la creciente falta de iron¨ªa y escepticismo de un hombre que elogia ante todo el escepticismo y la iron¨ªa. Hay una flaqueza m¨¢s dram¨¢tica: su simplicidad moral. Escribe Buruma: "La idea de que hombres buenos pueden hacer cosas terribles (incluso por buenas razones) y hombres malos pueden hacer buenas cosas no entra en su particular universo moral".
Cabe preguntarse si en este punto Hitchens tambi¨¦n es representativo; si lo es, no lo es solo de la nueva derecha, sino tambi¨¦n de la vieja izquierda. No hace mucho sostuve en un art¨ªculo que, en principio, no tenemos derecho a dudar de la pureza de intenciones de un joven de 18 a?os que en 1939 muri¨® por apoyar un golpe fascista en Espa?a, aunque el golpe derribara un gobierno democr¨¢tico y provocara una guerra atroz y una tiran¨ªa de 40 a?os; por lo mismo, no tenemos derecho a dudar en principio de la pureza de intenciones de un joven de 18 a?os que en 1917 muriera por apoyar una revoluci¨®n comunista en Rusia, aunque la revoluci¨®n provocara una tiran¨ªa de m¨¢s de medio siglo y 20 millones de muertos. No pretend¨ªa yo igualar groseramente el golpe militar de Franco con la revoluci¨®n de Lenin, ni a quienes apoyaron uno u otra; me limitaba a decir que, aunque a la corta o a la larga el resultado de ambos hechos fuera espantoso, no hay duda de que hubo j¨®venes que apoyaron con la mejor voluntad ambos golpes y que por tanto desde un punto de vista moral no podemos en principio reprocharles nada, porque, por decirlo a la manera kantiana, los ¨²nicos actos que merecen el calificativo de morales son los que se asientan en la buena voluntad. Extra?amente, un poeta izquierdista me acus¨® de defender en ese art¨ªculo una moral tribal, preilustrada: extra?amente porque no hay moral menos tribal y preilustrada que la moral de Kant. En realidad lo que ocurre es que el poeta izquierdista -como con frecuencia el derechista Hitchens- identificaba sin m¨¢s ¨¦tica y pol¨ªtica, postulando que quien defiende una causa injusta no puede estar actuando ¨¦ticamente, y viceversa; por el contrario, yo creo que uno de los deberes de quienes escribimos consiste en socavar esa confortable falsedad y recordar la incomod¨ªsima evidencia de que los peores infiernos de la historia tambi¨¦n se han fabricado con las mejores intenciones (aunque su opci¨®n pol¨ªtica fuera acertada, en nuestra guerra hubo republicanos que se comportaron indecentemente; aunque su opci¨®n pol¨ªtica fuera execrable, en nuestra guerra hubo franquistas que no se comportaron indecentemente): quienes no entienden esta clara y compleja verdad se resignan a no entender una palabra del funcionamiento de la historia y de los hombres. Mal asunto que tengamos que contar entre ellos a Hitchens y a mi poeta; sobre todo si, como es de temer, su simplicidad representa a la nueva derecha y a la vieja izquierda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
