La tele es el mundo
Una de las servidumbres del verano es que no ponen Espa?a directo, arquetipo plat¨®nico de la televisi¨®n verit¨¦ y compendio estremecedor de la contrariedad dom¨¦stica en todo su plural esplendor. Como muchos de ustedes no estar¨¢n en casa a esas horas, les doy aqu¨ª un gist del programa.
"F¨ªjate en la que me he metido, Mercedes", grita un reportero. "Huy a ver", dice Mercedes. El c¨¢mara desciende por el cuerpo del reportero hasta llegar a las rodillas, que es justo por donde le llega un agua turbia y parda de consistencia indescriptible y con pinta de oler abiertamente mal. "Huy madre", se oye que dice Mercedes desde el estudio. La c¨¢mara vuelve a subir hasta la cabeza del reportero, que en ese momento pregunta: "?Y por qu¨¦ ha sucedido todo esto, Mercedes? Lo contaremos aqu¨ª, hoy, en Espa?a directo". Ya se ve que con este reportero Mercedes no mete ni baza, pero esto no es siempre as¨ª.
Por ejemplo, vemos ahora a un reportero que le est¨¢ gritando a un cocinero: "No, hombre, no eche usted todav¨ªa los cebollinos, que Mercedes no lo ha visto, hombre, que es usted m¨¢s prisas que Nuvolari, diantre". En ese momento se oye un crepitar entrecortado, dos pitidos ensordecedores y unas s¨ªlabas sueltas sin el menor sentido en ning¨²n lenguaje conocido. Se trata de Mercedes, que est¨¢ intentando decir: "Huy, oye, oye, que se os est¨¢n quemando los cebollinos", pero con un mal contacto en la conexi¨®n. "El cebollino de toda esta regi¨®n se distingue por su mayor infrutescencia", dice el cocinero con un marcado acento madrile?o. "?C¨®mo?", grita el reportero. "?Que se os est¨¢n quemando los cebollinos!", dice Mercedes ya con buena conexi¨®n. En fin, as¨ª va progresando el programa.
La tele es el mundo. Por la calle ya no hay forma de enterarse de nada. La gente vuelve del trabajo por la M-40, entra con el coche en el garaje subterr¨¢neo, sube siete pisos en el ascensor y emerge de pronto en su cuarto de estar sin haber interactuado ni con los microbios del pavimento. Si algo sabemos de esa silueta an¨®nima es gracias a Espa?a directo: que se le rompe la bajante, que le asedian las aguas s¨¦pticas, que le clava el fontanero, que le vence la letra, total, las se?as de identidad de un cong¨¦nere. La tele es el mundo.
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