Dos heridos en una pelea multitudinaria entre chinos
En la puerta se despliega una alfombra roja, unas luces apetitosas centellean en el interior, pero al llegar a la puerta un hombre oriental impide el paso: "no puede entrar". Necesita reserva, muy cara. El Cielo y el Mundo, un pomposo karaoke situado a las afueras de Parla, es un lugar herm¨¦tico y desconocido incluso para los vecinos de alrededor. El motivo: la clientela del lugar es exclusivamente china.
El sigilo que suele acompa?ar a esta sala de fiestas, abierta hace cuatro meses, qued¨® perturbado la madrugada del lunes. Sobre la 1.30 se origin¨® una pelea entre varias decenas de personas en el interior del local que continu¨® minutos despu¨¦s en la calle. En la refriega resultaron heridos cuatro hombres, dos de ellos con traumatismos craneoencef¨¢licos, que fueron trasladados a un hospital, y otros dos de car¨¢cter m¨¢s leve, inform¨® el 112. Los motivos de la disputa se desconocen por ahora.
Los testigos y los implicados en el altercado aseguran no hablar ni una palabra de espa?ol.La Polic¨ªa Judicial de Parla buscaba ayer int¨¦rpretes que les ayudasen a prestar declaraci¨®n y as¨ª esclarecer los hechos, pero ninguno se mostraba muy cooperante. Los agentes, no obstante, no descartaban efectuar alguna detenci¨®n a ¨²ltima hora de la tarde, seg¨²n inform¨® un portavoz de la Jefatura Superior de Polic¨ªa. El misterio de lo que ocurri¨® sigue abierto.
En el aparcamiento de la sala de fiestas descansan cada noche coches de gran cilindrada. La clientela de El Cielo y el Mundo est¨¢ formada por empresarios chinos que tienen sus negocios en un pol¨ªgono cercano, Cobo Calleja. "Es un problema entre chinos, as¨ª va a quedar. No creo que nadie vaya a decir nada a la polic¨ªa", aseguraba Hang, un hombre que se paseaba por el pol¨ªgono.
"La costumbre de estos clientes es pasar la noche en la sala y acabar durmiendo en alguno de los hoteles de alrededor, como uno de tres estrellas pegado al karaoke. Est¨¢n hasta por la ma?ana y despu¨¦s vienen aqu¨ª a dormir. Se tiran as¨ª el fin de semana", afirma un camarero del hotel.
No se trata de un karaoke al uso, con un escenario com¨²n. El local est¨¢ dividido en habitaciones privadas que se alquilan a grupos, con pantallas, sof¨¢s y bebidas en su interior. El contable del negocio, un chino que se hace llamar Luis, dec¨ªa en la puerta de entrada, donde a¨²n pod¨ªan verse restos de sangre y cristales rotos, que no hay que alarmarse con lo sucedido: "Estas cosas pasan". ?Se puede echar un vistazo al local? "No, hace falta reserva". Despu¨¦s monta en su BMW X6 y sale a toda velocidad a la carretera.
"Los chinos primero aran la tierra, despu¨¦s recogen el cultivo y por ¨²ltimo beben vino". As¨ª lo explicaba un comerciante oriental en el pol¨ªgono. "Hemos currado mucho durante los ¨²ltimos 10 a?os en Espa?a, hemos ganado dinero y ahora toca tambi¨¦n divertirse". Eso es lo que se hace en El Cielo y el Mundo. Minutos despu¨¦s de que el karaoke abriese sus puertas, por el aparcamiento se paseaba un Aston Martin.
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