'Lied' con denominaci¨®n de origen

Nacida en el mism¨ªsimo Salzburgo, criada musicalmente en Viena, int¨¦rprete de todos los grandes autores de Lieder desde los inicios de su carrera, que despu¨¦s diversific¨® abri¨¦ndola a la ¨®pera, a Bach y a otros menesteres musicales, de Angelika Kirchschlager se puede decir, con raz¨®n, que hace Lied aut¨¦ntico "con denominaci¨®n de origen" certificada.

Asidua de la Schubertiada de Vilabertran (Alt Empord¨¤), a la que no acude cada a?o pero s¨ª regularmente, Kirchschlager regres¨® anoche a la iglesia de Santa Maria y a su p¨²blico ejemplar: silencioso, atento, enterado, fiel y agradecido para ofrecer un amplio recital dedicado a canciones de Johannes Brahms y Hugo Wolf en la primera parte y Reynaldo Hahn y Gustav Mahler en la segunda y con un Montsalvatge, la Canci¨®n de cuna para dormir a un negrito, como adecuado cierre. En su actuaci¨®n estuvo acompa?ada al piano, con tino, con perfecta suficiencia, pero sin especial protagonismo, por Tobias Truninger.

Madurez vocal

Instalada en una espl¨¦ndida madurez vocal, benefici¨¢ndose -y benefici¨¢ndonos- de una experiencia oper¨ªstica que le permite dominar el espacio del escenario y componer los personajes y las l¨ªneas maestras de las situaciones dram¨¢ticas con apenas un gesto y una mirada, Kirchschlager fue en las siete canciones de Brahms y en las seis de Wolf de la primera parte una int¨¦rprete de estilo ideal. A trav¨¦s de la m¨²sica iba directa al sentido del texto y lo extra¨ªa c¨¢lido e intenso pero sin melodrama, que el universo del Lied no es el del tango ni el del bolero. En Reynaldo Hahn fue sutil y refinadamente decadente y supo enriquecer la sublime L'heure exquise, sobre poema de Paul Verlaine, con aquellos min¨²sculos matices de una int¨¦rprete que ha pasado muchas veces, atenta, por aquella partitura.

En Mahler, en cinco canciones procedentes de Des Knabes Wunderhorn (El chico de la trompa maravillosa) supo dar acertadamente con el tono de poes¨ªa popular que los textos requer¨ªan y con los acentos de negra iron¨ªa que algunos inclu¨ªan. Finalmente, supo dar en la Canci¨®n de cuna para dormir a un negrito, de Montsalvatge, con aquel extra?¨ªsimo balanceo irregular que la hace una canci¨®n ¨²nica.