Un alcalde condenado por malversar logra el tercer grado tras un a?o de c¨¢rcel

Jos¨¦ Antonio Rodr¨ªguez Ferreiro, el ex alcalde del Partido Popular en la localidad ourensana de Os Blancos que, seg¨²n sol¨ªa decir, s¨®lo obedec¨ªa ¨®rdenes de Dios, la Virgen y Jos¨¦ Luis Baltar -a quien lleg¨® a erigir un busto en medio del pueblo- ya puede salir de la c¨¢rcel a diario. Rodr¨ªguez Ferreiro vuelve a prisi¨®n solo a pernoctar, aunque ha cumplido ¨²nicamente un a?o de los cinco y tres meses de reclusi¨®n a los que fue condenado por los delitos de prevaricaci¨®n, falsedad continuada y malversaci¨®n de fondos p¨²blicos. Se llev¨® 240.000 euros del Ayuntamiento.

Rodr¨ªguez Ferreiro ingres¨® en la c¨¢rcel de Pereiro de Aguiar en julio del a?o pasado. El C¨®digo Penal establece que el tercer grado -el que Instituciones Penitenciarias le ha aplicado, y firmado el juez que le permite salir a diario y pasar en la calle los fines de semana completos- s¨®lo se debe aplicar cuando se ha cumplido la cuarta parte de la condena.

Entre las excepciones para conceder el tercer grado sin haber cumplido ese tiempo de c¨¢rcel, el C¨®digo Penal contempla el resarcimiento del objeto de la condena. Sin embargo, Ferreiro ha conseguido esta ventaja penitenciaria, y la de pasar fuera los fines de semana (que estren¨® ayer), a¨²n sin haber devuelto el dinero que sustrajo de las arcas municipales de Os Blancos en 1997.

Seg¨²n se puso de manifiesto en el juicio, el ex regidor orden¨® pagos ilegales e hizo caso omiso a las advertencias de ilegalidad que le puso de manifiesto la secretaria-interventora municipal en numerosas ocasiones. Adem¨¢s, qued¨® acreditado que obligaba a algunos funcionarios a ir al banco a cobrar cheques con cuyo importe se quedaba ¨¦l.

Estando ya condenado, e inhabilitado para el ejercicio de la pol¨ªtica, pero en espera de los indultos que finalmente no llegaron, Rodr¨ªguez Ferreiro intent¨® manipular el censo electoral en el mismo municipio de Os Blancos. Lo hizo empadronando en las ¨²ltimas elecciones municipales a 85 personas, en un ayuntamiento con un censo de 1.000 habitantes, en su propio domicilio y en el de un pariente. El INE intervino cuando detect¨® que se acumulaban personas en viviendas de 100 metros cuadrados.