Una de dos: presupuestos o elecciones
El Ejecutivo admite que no podr¨¢ gobernar prorrogando las cuentas p¨²blicas
El pasado jueves, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero empez¨® y termin¨® la reuni¨®n extraordinaria de la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Econ¨®micos del Gobierno pidiendo a sus ministros que se concentren en los Presupuestos Generales del Estado en las pr¨®ximas semanas. Es su mensaje central para estas primeras semanas del curso pol¨ªtico, porque en la negociaci¨®n presupuestaria, cuyo momento culminante se producir¨¢ en octubre, arriesga la interrupci¨®n brusca de la legislatura. Y ello en el contexto de una crisis que se prolonga ya tres a?os y que ha permitido al PP situarse por delante del PSOE en todos los sondeos desde hace m¨¢s de un a?o.
Aunque el reto principal para Zapatero es la negociaci¨®n presupuestaria, antes tendr¨¢ que afrontar otros. Uno ser¨¢ la convocatoria de una huelga general, el 29 de septiembre, por UGT y CC OO, sus aliados hasta esta primavera. Otro, la celebraci¨®n de las elecciones primarias del Partido Socialista de Madrid, el 3 de octubre, en las que se ha implicado a favor de una de las candidatas, la ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez. Y otro m¨¢s, las elecciones catalanas de noviembre, antesala de un curso electoral que finalizar¨¢ con los comicios municipales y auton¨®micos de mayo.
"Una pr¨®rroga ser¨ªa inviable porque no incluir¨ªa el recorte", afirma un ministro
Descartadas la izquierda y CiU, el PNV es el ¨²nico aliado posible
Zapatero necesita el plazo hasta 2013 para recuperar apoyo social
Ha retrasado la reforma de las pensiones debido a la huelga
"Si no hubiera Presupuestos, la situaci¨®n del Gobierno ser¨ªa tan insostenible que tendr¨ªa que adelantar las elecciones", admite un destacado ministro. Su argumentaci¨®n es clara: "Una pr¨®rroga presupuestaria ser¨ªa inviable porque el Gobierno tiene que recortar un 7,77% las cuentas del Estado respecto al a?o anterior para alcanzar los objetivos de reducci¨®n del d¨¦ficit que ha trazado. Unos Presupuestos prorrogados que no tuvieran eso en cuenta ser¨ªan falsos e irrealizables".
Y los Presupuestos no est¨¢n nada claros, porque el Gobierno s¨®lo cuenta para aprobarlos con un candidato nada f¨¢cil, el PNV, una vez descartados la izquierda del PSOE -IU, ICV y ERC- y el nacionalismo catal¨¢n, CiU, este ¨²ltimo por la proximidad de las elecciones en Catalu?a.
El Ejecutivo dispone, de entrada, de una baza favorable, que es la disposici¨®n del PNV a negociar. Pero sabe tambi¨¦n que esa negociaci¨®n no es f¨¢cil, porque el PNV, desplazado a la oposici¨®n en Euskadi por los socialistas vascos, no le debe nada al Gobierno de Zapatero. Solo puede moverle su inter¨¦s en obtener contrapartidas que pueda capitalizar en Euskadi y que le otorguen protagonismo respecto al Gobierno vasco de Patxi L¨®pez.
Y esas contrapartidas se van a traducir en nuevas competencias para Euskadi que sean ¨²tiles para salir de la crisis econ¨®mica, seg¨²n se?alan los representantes del PNV. "Hay margen de negociaci¨®n", responden fuentes gubernamentales que ya han sondeado a los peneuvistas.
En todo caso, Zapatero est¨¢ abocado a una negociaci¨®n presupuestaria de mucho calado pol¨ªtico, en la que tendr¨¢ que implicarse personalmente con el presidente del PNV, I?igo Urkullu, y en la que tendr¨¢ que contar con la complicidad de Patxi L¨®pez.
Zapatero dispone de algunas armas que puede utilizar como contrapartida frente al PNV con el apoyo de L¨®pez. Por ejemplo, garantizar a los peneuvistas, a trav¨¦s del voto de los socialistas vascos, los presupuestos de las tres diputaciones vascas gobernadas por los nacionalistas. Esto ya sucedi¨® el a?o pasado. Pero para el PNV puede resultar m¨¢s determinante apoyar los Presupuestos del Estado con el fin de evitar un adelanto electoral que le perjudicar¨ªa porque polarizar¨ªa las elecciones municipales y forales vascas de 2011 entre el PP y el PSE.
En todo caso, los Presupuestos solo ser¨¢n posibles, este a?o, si el Gobierno cede al PNV traspasos para Euskadi, lo que va a requerir de Zapatero mucha mano izquierda para contentar a la vez a Urkullu y a L¨®pez.
El principal objetivo pol¨ªtico de Zapatero en este comienzo de curso pol¨ªtico, por tanto, es sortear los Presupuestos. Necesita ganar tiempo para que las reformas econ¨®micas que ha promovido cuajen y para que la sociedad perciba que han sido ¨²tiles. Unas elecciones anticipadas ser¨ªan desastrosas para ¨¦l, porque facilitar¨ªan el camino de Rajoy a la Moncloa. Rajoy tratar¨¢ de que Zapatero no disponga de ese tiempo y tratar¨¢ de condicionar a Patxi L¨®pez contra la negociaci¨®n presupuestaria, a trav¨¦s del PP vasco, del que depende el lehendakari.
Ese tiempo es necesario para el Gobierno porque, seg¨²n sus previsiones, y pese a que a¨²n existen incertidumbres, a lo largo de 2011 se empezar¨¢ a percibir un punto de inflexi¨®n en la crisis. Y Zapatero necesita esos casi 20 meses que faltan hasta marzo de 2013 para que la sociedad confronte su papel y el del l¨ªder de la oposici¨®n ante la crisis. Su esperanza de batir a Rajoy, al que a¨²n saca ventaja en las encuestas, radica en disponer de esos 20 meses -una obsesi¨®n en el entorno del presidente- para recuperar el respaldo de sectores del centro izquierda que le han abandonado por el impacto de la crisis, por su retraso en reconocerla y por las medidas impopulares que ha tenido que adoptar.
El presidente mantendr¨¢ el impulso reformista, que le ha supuesto una ligera recuperaci¨®n en las encuestas. Pero ha decidido separar el debate presupuestario, centrado en septiembre y octubre, de reformas clave como la del sistema de pensiones, aplazada a fin de a?o. Con ello, elimina est¨ªmulos para la huelga del 29 de septiembre convocada por los sindicatos, que han hecho de la reforma de las pensiones uno de sus banderines de enganche.
La huelga no es el reto m¨¢s importante para Zapatero en este curso, pero s¨ª es el m¨¢s cercano. Un ¨¦xito de la convocatoria contribuir¨ªa a erosionar la base social del Gobierno que ha mantenido una estrecha alianza con los sindicatos hasta la primavera. El Ejecutivo no espera una huelga como la del 14-D de 1988. Esta aparece diluida en una movilizaci¨®n general europea. Adem¨¢s, la tensi¨®n del Gabinete con los sindicatos no es la que acumularon en 1988. De ah¨ª que el presidente conf¨ªe en que sus consecuencias sean limitadas. Su estrategia es rebajar la confrontaci¨®n. "Los sindicatos no son nuestros enemigos. Son nuestros aliados", se?alan fuentes gubernamentales.
M¨¢s preocupa a Zapatero la situaci¨®n de Catalu?a. Todo apunta a que Jos¨¦ Montilla, que tambi¨¦n necesita tiempo, apurar¨¢ al m¨¢ximo su mandato y convocar¨¢ elecciones en noviembre, con la pretensi¨®n de que su electorado constate su voluntad de recuperar el Estatuto, tras el recorte del Tribunal Constitucional.
M¨¢s all¨¢ de los comicios auton¨®micos, a Zapatero le preocupa la desafecci¨®n existente en Catalu?a -su principal granero de votos-, respecto a Espa?a. Por eso convocar¨¢ pr¨®ximamente la Comisi¨®n Delegada de Asuntos Auton¨®micos. Tambi¨¦n pretende restablecer la conexi¨®n entre Catalu?a y Espa?a reforzando las relaciones del PSOE y el PSC. Por ello pretende que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, integre la lista del PSC a las elecciones catalanas, lo que supondr¨¢ su salida del Gobierno. Pero Zapatero, seg¨²n su entorno, no aprovechar¨¢ ni la salida de Corbacho del Gobierno ni la posible salida de la ministra de Sanidad, Trinidad Jim¨¦nez, para abrir una crisis de Gobierno. "El presidente no est¨¢ en eso", seg¨²n su entorno.
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