Rock para adoradores de las SS
A Coru?a entra en el circuito del proyecto neonazi 'La Europa de las patrias' con el festival Finisterrac - Grupos gallegos difunden en la Red discursos antisemitas
"Por Alemania y Europa, / por un Occidente libre, / desde que el ¨²ltimo en Berl¨ªn a¨²n resistiera fiel al Reich / contra el bolchevismo y sus oscuros poderes / (...) S¨¦ que nunca lo olvidar¨¦is, gloria y honor a las Waffen SS". Este es el estribillo de Ruhm und Ehre der Waffen SS, un tema de la banda alemana Stahlgewitter versionado por los gallegos OrigeNS, que han hecho correr como la p¨®lvora en Internet que el 11 de septiembre se celebrar¨¢ Finisterrac, un concierto RAC (Rock against communism) en el pol¨ªgono coru?¨¦s de Pocomaco.
Los carteles anuncian adem¨¢s a una banda vasca (Odolaren Mendekua, que se traduce como Venganza de Sangre), otra francesa (Bretonische Waffenverband) y la alemana Schwarzer Orden (Orden Negra). "La participaci¨®n de grupos de los otros pa¨ªses de la UE y la convocatoria en foros internacionales como stormfront.org indica que se trata de un festival europeo que podr¨ªa arrastrar a neonazis de todo el continente", advierte Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia. "Finisterrac se ha convertido en una fecha fija en el calendario marcado por el movimiento neonazi para promover su proyecto de unidad La Europa de las Patrias", apostilla Ibarra y pone como ejemplo la actuaci¨®n de Batall¨®n de Castigo en la Sala Heineken de Madrid el pasado 27 de febrero. Este conjunto musical est¨¢ liderado por Eduardo Clavero, activista del partido Alianza Nacional (AN) con antecedentes por homicidio, seg¨²n explica el periodista Antonio Salas (nombre ficticio). "Las actuaciones en directo y la venta de camisetas sirve al movimiento de fuente de financiaci¨®n. All¨ª captan a muchos j¨®venes atra¨ªdos por el black metal", sostiene el autor de Diario de un skin, que comprob¨® durante sus infiltraciones como la m¨²sica se ha convertido en la ideolog¨ªa audible de las bandas neonazis: "Las letras son ultranacionalistas, anti inmigrantes y extremadamente violentas, un aut¨¦ntico manual de adoctrinamiento que va de un skinhead a otro, como un virus que canaliza el odio de los colectivos que se encuentran a ambos lados del Atl¨¢ntico". David Madrid (nombre ficticio), el primer polic¨ªa infiltrado en Ultras sur, reafirma esto: "Los festivales se han convertido en la excusa perfecta para intercambiar merchandising y fanzines dif¨ªciles de encontrar".
El pontevedr¨¦s C¨¦sar Fern¨¢ndez cre¨® el mayor portal nazi en castellano Ourense tuvo una unidad especial en 2002 para controlar a grupos radicales
Ourense tuvo una unidad especial en 2002 para controlar a grupos radicales
Nuevo Orden y Bases Aut¨®nomas ya actuaban en la comunidad en 1993
Un profesor de instituto dirige una revista que publica textos antijud¨ªos
Son actos ilegales, como se recoge en el art¨ªculo 510 del C¨®digo Penal, donde se se?ala que ser¨¢n castigados con prisi¨®n de uno a tres a?os y multa de seis a doce meses "los que provocaren a la discriminaci¨®n, al odio o a la violencia contra grupos o asociaciones, por motivos racistas, antisemitas u otros referentes a la ideolog¨ªa". Sin embargo, no es la primera vez que tiene lugar un concierto de estas caracter¨ªsticas en Galicia. El a?o pasado acogi¨® RAC in Lugo, un festival organizado en mayo por la agrupaci¨®n neonazi Batall¨®n Lucense con actuaciones de Dramattic Battle, los lusos Guarda da Ferro e Invictos, tres bandas vinculadas a organizaciones xen¨®fobas y actos ultraderechistas. Cuatro meses despu¨¦s se celebr¨® Finisterrac en A Coru?a, pero no en el lugar esperado: "Los vecinos del barrio del Ventorrillo est¨¢bamos preocupados porque la cita estaba anunciada en el pol¨ªgono de A Grela, cerca de nuestras casas, y alertamos a las autoridades", recuerda Manuel Rodr¨ªguez, administrador del blog de la vecindad. "Fui de madrugada con mi coche y lo ¨²nico que se ve¨ªa por all¨ª era alg¨²n veh¨ªculo policial. Seguramente dieron una pista falsa para despistar a las fuerzas de seguridad y actuar con impunidad en otro sitio", concluye Rodr¨ªguez, que envi¨® un correo a la direcci¨®n electr¨®nica que se facilitaba en los carteles para averiguar m¨¢s, pero no obtuvo respuesta.
Este a?o heredan el problema los de Pocomaco, que ya se han movilizado: "No vamos a permitir que se salgan con la suya. Las naves est¨¢n ocupadas y es dif¨ªcil que puedan acoger un festival as¨ª, pero tendremos vigilancia privada las 24 horas", dice Lu¨ªs Fern¨¢ndez, presidente de la asociaci¨®n empresarial del pol¨ªgono, quien cree que repetir¨¢n la estrategia de la ¨²ltima edici¨®n.
"Ha habido tres sentencias contra el movimiento neonazi en 2009: una que ilegaliza la banda Hammerskin, otra que disuelve a los Blood & Honour y una tercera contra el Centro de Estudios Indoerupeos. Eso hace que vayan con m¨¢s cuidado", explica Ibarra, que conoce bien este tipo de convocatorias: "El colectivo neonazi que organiza el acto deja un mail [Fisterrac@rocketmail.com] a los interesados y, si no les resultan sospechosos, contestan con un n¨²mero de tel¨¦fono. En llamadas posteriores los interrogan para comprobar si son de su fauna y s¨®lo entonces desvelan detalles del encuentro".
En 2007 se conden¨® a dos a?os de prisi¨®n al pontevedr¨¦s C¨¦sar Fern¨¢ndez por crear resistenciaria.org, la mayor web en castellano sobre nacionalsocialismo por entonces, pero rastrear estas direcciones que sirven de plataforma a grupos como MRA Galiza (Movimento da Resistencia Ariana Gallaecia) no es f¨¢cil. La mayor¨ªa est¨¢n alojados en otros pa¨ªses para eludir la legislaci¨®n espa?ola y sus usuarios se acogen a la libertad de expresi¨®n para cuestionar el genocidio jud¨ªo. As¨ª sucede con el portal libreopinion.com, registrado en Buenos Aires a nombre del Alejandro Biondini, un pol¨ªtico y periodista argentino escogido como tapadera por su vinculaci¨®n a agrupaciones nacionalistas y neonazis. El centro Simon Wiesenthal denuncia la existencia 10.000 webs antisemitas que se mantienen impunemente. "Espa?a no informa a la Agencia de los Derechos Fundamentales de la UE sobre delitos de odio. Es una verg¨¹enza que las autoridades pretendan fingir que no sucede nada s¨®lo porque no lo registren", recrimina Esteban Ibarra.
Fuentes de la polic¨ªa aseguran que conocen el movimiento neonazi en la Red y afirman que Ourense tuvo en 2002 una unidad para controlar a estas bandas, pero consideran que "la presencia de estos grupos radicales en Galicia es testimonial" y prefieren no "policializar la situaci¨®n" a menos que existan denuncias.
No existen bares o librer¨ªas nazis en Galicia, como sucede en Madrid y Barcelona pero, seg¨²n Antonio Salas, en 2002 lo intentaron. Resistencia Aria concentr¨® en una plataforma a las bandas de Pontevedra y Vigo, para tratar de camuflarse como ONG y cobrar subvenciones de la Xunta para adquirir un local pero tuvieron que conformarse con su guarida digital. All¨ª tienen un universo comercial con distribuidoras musicales (Bic¨¦fala) y tiendas (MSN88). A¨²n as¨ª, han escrito su historia delictiva en la calle. La prensa recoge incidentes en la comunidad desde 1993 (la mayor¨ªa imputados a las organizaciones extinguidas Bases Aut¨®nomas y Nuevo Orden). Adem¨¢s, el informe Raxen se?ala conflictos de este tipo en 2009 y hace menos de un mes se produjo una pelea entre neonazis e independentistas en las fiestas de Pontevedra.
En paralelo corre otra guerra legal, sobre el papel. "La vida de las publicaciones neonazis es ef¨ªmera pero por Galicia han pasado algunas muy explicitas como Orgullo Blanco, Arenga o Hiperborea. Ahora s¨®lo sobrevive Handschar", cuenta Antonio Salas. Esta revista que recibe el nombre de la 13? Divisi¨®n de Monta?a de las SS se edita la localidad coru?esa de Ponteceso, seg¨²n public¨® La Voz de Galicia. Su director, el profesor de instituto Xos¨¦ Carlos R¨ªos Camacho (alias Huzman Hamza) defiende su exclusivo corte hist¨®rico, pero sus p¨¢ginas recogen textos como este de Antonio Jos¨¦ Trigo, alias Yas¨ªn Trigo, en el n¨²mero 3 de Handschar: "Los jud¨ªos se han distinguido, no s¨®lo por ser los m¨¢s grandes especuladores y esquilmadores, sino tambi¨¦n los m¨¢s grandes carro?eros".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.