Los hombres tambi¨¦n sufren explotaci¨®n sexual en Espa?a

Llegaban a Espa?a desde Brasil enga?ados por una promesa de trabajo como modelos o bailarines. Algunos s¨ª sab¨ªan que se dedicar¨ªan a la prostituci¨®n, pero desconoc¨ªan las condiciones en que iban a ser explotados: hacinados en pisos peque?os "similares a un submarino", con jornadas de trabajo interminables y constante consumo de Viagra, popper (un vasodilatador que se usa para facilitar la relaci¨®n sexual) y estupefacientes para mantener el ritmo de encuentros sexuales, seg¨²n la polic¨ªa.

Los investigadores anunciaron ayer la desarticulaci¨®n por primera vez de una red dedicada a explotar sexualmente a hombres en Espa?a, en la que 14 personas -la mayor¨ªa de nacionalidad brasile?a, como todas las v¨ªctimas- han sido detenidas. Todas ellas est¨¢n acusadas de delitos contra los derechos de los ciudadanos extranjeros relativos a la prostituci¨®n, contra los derechos de los trabajadores y asociaci¨®n il¨ªcita. Los investigadores calculan que explotaron a entre 60 y 80 personas en los ¨²ltimos meses (un 80% de hombres, un 10% de mujeres y la misma proporci¨®n de transexuales).

Las v¨ªctimas deb¨ªan pagar deudas de m¨¢s de 4.000 euros a la organizaci¨®n

La red explot¨® tambi¨¦n a algunas mujeres y transexuales

El perfil de las v¨ªctimas era de chicos entre 22 y 29 a?os procedentes de la regi¨®n de Maranhao, al norte de Brasil, que buscaban un futuro en Espa?a. La red les facilitaba los billetes de avi¨®n, comprados con tarjetas clonadas, con los que viajaban a otros pa¨ªses (principalmente Francia e Italia). Desde all¨ª acced¨ªan a territorio espa?ol, donde posteriormente eran distribuidos entre diferentes pisos, seg¨²n las necesidades de la organizaci¨®n: primero en Palma de Mallorca y Barcelona, localidades en las que resid¨ªa el cabecilla de la red. Cuando estaban "quemados" (cuando los clientes ya los conoc¨ªan), los trasladaban a viviendas en Madrid o Alicante. En la provincia de Le¨®n ejerc¨ªan en el club Brindis, donde compart¨ªan estancias con mujeres.

Los prostitutos, que cobraban unos 60 euros por media hora de servicio, deb¨ªan entregar a la organizaci¨®n la mitad de sus ingresos, adem¨¢s de unos 200 euros semanales en concepto de alojamiento y manutenci¨®n. La red tambi¨¦n les obligaba a abonar unos 4.000 euros por el traslado a Espa?a, aunque en un principio les hab¨ªan asegurado que solo tendr¨ªan que pagar el billete.

Para afrontar esta deuda, los prostitutos ten¨ªan que estar disponibles las 24 horas del d¨ªa. Si intentaban dejar la trama recib¨ªan amenazas, "incluso de muerte", seg¨²n la polic¨ªa. Las v¨ªctimas que ahora colaboren con la justicia podr¨¢n solicitar el permiso de residencia en Espa?a por circunstancias excepcionales, igual que en los casos de mujeres v¨ªctimas de explotaci¨®n sexual.

Para atraer clientes, la red publicaba anuncios en la secci¨®n de contactos de varios peri¨®dicos locales y en diferentes sitios web en los que exhib¨ªan fotograf¨ªas de los j¨®venes. La clientela estaba compuesta por hombres de todas las edades y situaciones econ¨®micas. La operaci¨®n policial comenz¨® en febrero de este a?o tras la declaraci¨®n de una de las v¨ªctimas, que fue detenida en Granada por estancia irregular, aunque los investigadores creen que la estructura llevaba funcionando entre seis y ocho meses.

Esta es la primera red de explotaci¨®n sexual de hombres que se desarticula en Espa?a, seg¨²n la polic¨ªa. Expertos de la Fundaci¨®n Tri¨¢ngulo -la ¨²nica organizaci¨®n que ha hecho un estudio sobre la prostituci¨®n masculina en nuestro pa¨ªs- se?alan como precedente la Operaci¨®n Amazonia de 2006 en Extremadura, en la que fueron detenidas cinco personas por explotar sexualmente a ciudadanos brasile?os, aunque fuentes policiales han asegurado que aquella no se consider¨® una red propiamente dicha, ya que carec¨ªa de la estructura y la organizaci¨®n de la que ha sido desmantelada ahora.

La coordinadora de la Asociaci¨®n para la Prevenci¨®n, Reinserci¨®n y Atenci¨®n de la Mujer Prostituida (Apramp), Roc¨ªo Mora, se?al¨® que la explotaci¨®n sexual masculina puede parecer un fen¨®meno nuevo, pero que es simplemente "invisible". Fuentes de Apramp aseguran que el acceso a hombres y mujeres explotados sexualmente resulta cada vez m¨¢s dif¨ªcil, porque en los ¨²ltimos cinco a?os han ido abandonando los espacios p¨²blicos para desplazarse a lugares cerrados, como pisos particulares, saunas y clubs de alterne.