Drogas: una nueva propuesta
La Comisi¨®n Global sobre Pol¨ªticas de Drogas est¨¢ encabezada por los presidentes Fernando Henrique Cardoso, C¨¦sar Gaviria y Ernesto Zedillo, e incluye a personalidades como Javier Solana, Amartya Sen, Gra?a Machel y William Perry.
El primer informe de la secci¨®n latinoamericana de la Comisi¨®n Global indica, de entrada, que la pol¨ªtica contra la producci¨®n, el tr¨¢fico y la distribuci¨®n de droga, criminalizando el consumo, ha fracasado si consideramos que en Am¨¦rica Latina han aumentado el consumo, la violencia y el crimen organizado, conduciendo a la crimi-nalizaci¨®n de la pol¨ªtica, a la politizaci¨®n del crimen y a la creaci¨®n de m¨²ltiples v¨ªnculos que favorecen la corrupci¨®n de funcionarios y polic¨ªas y a la infiltraci¨®n del crimen en las instituciones.
El simple prohibicionismo no ha reducido ni la producci¨®n ni el consumo
La comisi¨®n Cardoso-Gaviria-Zedillo pide que en primer t¨¦rmino se reconozca el fracaso de las pol¨ªticas vigentes y se propongan nuevas pol¨ªticas m¨¢s seguras. Ello no implica -importante inciso- desconocer las pol¨ªticas actuales, sino ofrecer estrategias alternativas, subrayar los temas de la prevenci¨®n y el tratamiento, aunque aplicando acciones represivas cuando sean necesarias.
Las pol¨ªticas prohibicionistas de Estados Unidos y las europeas de reducci¨®n de da?os no lograron ni reducir los mercados ni reducir el consumo: ambos han aumentado. Colombia primero, M¨¦xico hoy, se convirtieron en epicentros de un negocio que depende de la demanda de los consumidores. Se trata, en consecuencia, de disminuir la demanda: ?c¨®mo?
Convirtiendo el consumo, de actividad criminal en problema de salud p¨²blica, y a los adictos en pacientes en vez de compradores. Con ello, se reducir¨ªa la demanda y bajar¨ªan los precios. La soluci¨®n carcelaria, por as¨ª llamarla, de Estados Unidos, no puede funcionar en Am¨¦rica Latina. Contamos ya -Brasil y M¨¦xico son amplio ejemplo de ello- con una su-perpoblaci¨®n carcelaria, sistemas penitenciarios anticuados, extendidas redes de corrupci¨®n, como lo demuestran los hechos recientes de la c¨¢rcel de G¨®mez Palacio, en Durango (M¨¦xico), en la que la direcci¨®n permit¨ªa a un grupo de reclusos salir de noche, perpetrar cr¨ªmenes y regresar al amanecer a la penitenciar¨ªa.
El simple prohibicionismo no ha reducido ni la producci¨®n ni el consumo. Las pol¨ªticas en vigor han atacado la oferta m¨¢s que el consumo. Nos hemos dado cuenta, en otras palabras, que eliminar la oferta no elimina la demanda, y la demanda se traduce a menudo en muerte por sobredosis y transmisi¨®n de infecciones.
Doscientos cincuenta millones de seres humanos, globalmente, usan drogas. Solo 25 millones son dependientes lo cual, en s¨ª, indica que el tratamiento es m¨¢s importante que el castigo. La Comisi¨®n piensa que as¨ª como las campa?as contra el tabaco, el alcohol y las enfermedades de transmisi¨®n sexual han tenido ¨¦xito, lo tendr¨ªa una campa?a preventiva que se dirija a la demanda tanto como a la oferta.
Resulta claro que hay que multiplicar las campa?as de informaci¨®n y de prevenci¨®n, dirigidas sobre todo a la juventud, que mayoritariamente es el mercado de las drogas. Hay que hacerles entender a los consumidores -sobre todo a los j¨®venes- que la drogadicci¨®n afecta al poder de decisi¨®n, la inteligencia y el trabajo, y a la sociedad en su conjunto; pedir la cooperaci¨®n contra la violencia, la corrupci¨®n, el lavado de dinero, el tr¨¢fico de armas y el control de territorios, hechos que nos afectan en la vida privada y en la vida social y nacional. ?C¨®mo se mide, al cabo, la infiltraci¨®n del crimen en todos los niveles de la vida pol¨ªtica de un pa¨ªs, en Gobiernos municipales, estatales y aun nacionales? Si esto no se puede ni saber ni atacar frontalmente, entonces aumenta la importancia de lo que s¨ª se puede hacer, por modesto aunque inici¨¢tico que sea.
Otros¨ª, Am¨¦rica Latina en su conjunto y M¨¦xico muy particularmente, tiene una poblaci¨®n juvenil extensa que se plantea problemas de futuro profesional. Muchos escoger¨¢n el camino f¨¢cil, del crimen y la droga, si nuestras sociedades no les ofrecen horizontes mejores en pa¨ªses en gran medida democr¨¢ticos pero estancados en cuanto a su dimensi¨®n social de servicio. Tenemos una poblaci¨®n juvenil y de trabajo que puede poner al d¨ªa las infraestructuras, la educaci¨®n, la salud, las comunicaciones a menudo inservibles o anticuadas de Am¨¦rica Latina.
Carlos Fuentes es escritor mexicano.
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