La zona de m¨¢s producci¨®n forestal apenas sufre fuegos
En la franja cant¨¢brica no ha habido ning¨²n gran incendio en 20 a?os
Galicia es una de las primeras potencias forestales de Europa. Sin embargo, arde. Los incendios se han convertido en el c¨¢ncer que, verano tras verano, calcina el monte gallego. Con una salvedad. La franja cant¨¢brica, de Ferrol a Ribadeo, ha sido la rara excepci¨®n en el mapa negro de los fuegos intencionados, pese a que se trata de la zona con mayor producci¨®n forestal de Galicia. La Conseller¨ªa de Medio Rural confirma que en las dos ¨²ltimas d¨¦cadas no se ha registrado ning¨²n gran incendio forestal (GIF) -de m¨¢s de 500 hect¨¢reas- en los distritos I y VI, que corresponden a Ferrol y A Mari?a.
Los registros sobre incendios de la Xunta se remontan a 1986. En los ¨²ltimos 24 a?os, se declararon dos fuegos importantes en la costa lucense y otro en la comarca ferrolana. Fue en 1989. Desde entonces, no se han contabilizado grandes incendios, aunque s¨ª alg¨²n fuego mediano o conato que se pudo controlar y sofocar antes de que desembocara en tragedia.
En Ortigueira, uno de cada cuatro vecinos est¨¢ vinculado al monte
La mitad de la madera que se corta en Espa?a es gallega
En Galicia se cuentan 1.632 millones de ¨¢rboles, sobre todo pinos, eucaliptos y carballos -por este orden-, seg¨²n el III Inventario Forestal del Ministerio de Medio Ambiente. El 69% del suelo gallego es forestal y capaz de producir 11 millones de metros c¨²bicos de madera al a?o, de acuerdo con los datos que maneja Fearmaga, la Federaci¨®n Empresarial de Aserradores y Rematantes de Madera de Galicia, que agrupa a medio millar de empresas. Una riqueza forestal que poco tiene que envidiar a los grandes bosques n¨®rdicos, aseguran desde el sector. Y precisamente, el mayor potencial arb¨®reo gallego se concentra en el litoral norte, desde Valdovi?o a Ribadeo. Especialmente rentables y productivas son las plantaciones masivas de eucalipto que pueblan la zona del Ortegal y buena parte de la Mari?a lucense.
La explicaci¨®n de por qu¨¦ esas zonas no son pasto de las llamas atiende a varios factores. El primero, meteorol¨®gico. Los atlas clim¨¢ticos de Meteogalicia demuestran que el tiempo es m¨¢s fresco y lluvioso, incluso en verano. Hay m¨¢s humedad y las temperaturas no son tan extremas como en el interior de Ourense y Pontevedra.
No obstante, en Fearmaga est¨¢n convencidos de que es la implicaci¨®n de los propietarios en el cuidado de sus tierras lo que lo preserva el monte de las llamas. "En Ortigueira", asegura Ana Or¨®ns, secretaria de Fearmaga, "uno de cada cuatro vecinos de la zona est¨¢ directa o indirectamente vinculado al monte", mucho m¨¢s limpio y cuidado que en otras comarcas. "Son conscientes de su riqueza y lo cuidan porque les reporta una renta. Abren pistas y pozos para acceder a sus terrenos y limpiar el matorral", se?ala Or¨®ns.
La peculiaridad del monte gallego es que est¨¢ extraordinariamente fraccionado. Unos 672.000 propietarios se reparten dos millones de hect¨¢reas, a raz¨®n de hect¨¢rea y media por persona, y repartida entre siete u ocho fincas. "Tradicionalmente, el monte era el banco de Galicia. Comprar una vaca o casar un hijo pasaba por vender la madera" comenta Or¨®ns. La vinculaci¨®n del gallego con su "trocito de monte" se fue diluyendo generaci¨®n tras generaci¨®n. Los hijos descuidaron las tierras heredadas de sus padres y los nietos se olvidaron por completo.
S¨®lo el norte de Lugo y A Coru?a mantienen una cierta "cultura forestal" que depende, casi siempre, de la voluntad de los gestores particulares. "Donde hay empresas de transformaci¨®n de madera, el n¨²mero de fuegos disminuye y su incidencia es menor", sostiene Fearmaga.
El 66% del monte gallego est¨¢ en manos privadas, un 33% del terreno est¨¢ mancomunado y las administraciones p¨²blicas s¨®lo gestionan el 1%. As¨ª lo refleja la Radiograf¨ªa del monte gallego, publicada en 2009 por la Xunta y varias federaciones madereras, que emplean a 22.700 personas. Or¨®ns explica que son los particulares los que se decantan por el eucalipto, u otra especie, en funci¨®n de su rentabilidad econ¨®mica. "En Ortigueira, predomina el eucalipto, pero A Mari?a mantiene importantes masas de especies aut¨®ctonas". La ecuaci¨®n es sencilla. Cu¨¢nto m¨¢s dinero genera, m¨¢s vela el propietario por sus terrenos.
Desde la red ecologista Galiza Non Se Vende sostienen que "s¨®lo el 9% de la masa forestal gallega est¨¢ cuidada y explotada comercialmente". Denuncian que la comunidad ocupa los ¨²ltimos puestos en inversi¨®n forestal pese a que atesora una riqueza natural que valoran en "28.000 millones de euros". Gran parte de esta masa son millones de ¨¢rboles fruto de las "repoblaciones masivas del franquismo" que cubrieron los pastos y labrad¨ªos con eucaliptos y otras especies for¨¢neas, que crec¨ªan r¨¢pido y se vend¨ªan bien, aunque acabaron anulando a los bosques aut¨®ctonos.
"La eucaliptizaci¨®n", denuncian desde Galicia Non se Vende, "beneficia a unos pocos empresarios". Sostienen que celulosas y madereras se lucran con el bajo precio de la madera quemada. Y califican la pol¨ªtica forestal de la Xunta como "nefasta y ciegamente economicista".
En 2008, Galicia bati¨® r¨¦cords de madera cortada, con ocho millones de toneladas. El 50% de la madera que se corta en Espa?a es gallega, como el 90% del pino que se comercializa en la pen¨ªnsula. No obstante, el a?o pasado fue p¨¦simo para el sector. La crisis contrajo la demanda, se talaron dos millones de toneladas menos, se perdieron 3.300 empleos y la facturaci¨®n global del sector cay¨® un 31%. Ortigueira y A Mari?a tambi¨¦n fueron dos de las zonas m¨¢s afectadas por el paso del Klaus, en enero del 2008. El hurac¨¢n tumb¨® miles de ¨¢rboles y la madera qued¨® atravesada en el monte durante meses.
Desde el sector se?alan que pr¨¢cticamente toda ya ha sido retirada. Fearmaga reclama m¨¢s ayudas p¨²blicas para cuidar el monte gallego "por su riqueza econ¨®mica, ambiental y social" y exigen que se fomente la cultura forestal como parte de la prevenci¨®n contra incendios.
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