Turismo en las favelas
R¨ªo de Janeiro organiza visitas guiadas en los primeros feudos del narco pacificados para limpiar su imagen
El presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, lanz¨® el lunes pasado en la favela de Dona Marta de R¨ªo de Janeiro el proyecto Rio Top Tour, un nuevo paso en la transformaci¨®n que est¨¢n experimentando los suburbios de la ciudad m¨¢s conocida de Brasil. Tras la expulsi¨®n del narcotr¨¢fico armado de varias favelas y con la presencia de Unidades de Polic¨ªa Pacificadora (UPP) que est¨¢n logrando mantener el control de estas comunidades, ahora toca mostrarle a los turistas la cara m¨¢s emotiva y arrabalera de la ciudad.
El nuevo proyecto pretende formar a los vecinos de las favelas para que sean ellos mismos los que gu¨ªen a los grupos de visitantes por sus callejuelas escarpadas. En el caso de Dona Marta, una de las grandes atracciones consistir¨¢ en la visita de las azoteas elegidas a?os atr¨¢s por Michael Jackson para la grabaci¨®n de uno de sus videoclips. Donde antes los milicianos del narcotr¨¢fico vend¨ªan coca¨ªna y controlaban el acceso principal a la favela, ahora se puede disfrutar en paz de una privilegiada panor¨¢mica de los cerros y el oc¨¦ano.
Brasil acoger¨¢ un Mundial de f¨²tbol (2014) y unos Juegos Ol¨ªmpicos (2016)
Con la llegada de los paseos tur¨ªsticos a las favelas pacificadas, el Ministerio de Turismo y el Gobierno de R¨ªo pretenden dar un nuevo giro a su estrategia para limpiar la imagen de una ciudad que desde hace d¨¦cadas carga con el sambenito de ser uno de los lugares m¨¢s violentos del planeta. Dentro de cuatro a?os se celebrar¨¢ en Brasil la Copa del Mundo de f¨²tbol y en 2016 los Juegos Ol¨ªmpicos desembarcar¨¢n en R¨ªo. Ambos eventos arrastrar¨¢n riadas de visitantes de los cinco continentes y exigen unos niveles de seguridad que nada tienen que ver con la preocupante situaci¨®n que se ha apoderado de esta ciudad en las ¨²ltimas tres d¨¦cadas.
Las estad¨ªsticas del Instituto de Seguridad P¨²blica (ISP) de R¨ªo muestran que el despliegue de la nueva polic¨ªa pacificadora guarda una relaci¨®n directa con la mejor¨ªa de los ¨ªndices de criminalidad en toda la ciudad. El cambio se constata en las zonas centro y sur, las m¨¢s frecuentadas por los turistas y los ciudadanos de mayor renta, aunque tambi¨¦n hay ¨¢reas menos privilegiadas, como la favela Cidade de Deus, en la zona oeste, o el castizo barrio de Tijuca, al norte, donde las UPP han cosechado buenos resultados y hoy se respira un cierto clima de paz. Otro efecto inmediato de la expulsi¨®n de las redes criminales de las favelas ha sido la revalorizaci¨®n inmobiliaria de algunas ¨¢reas que desde hace a?os viv¨ªan en la m¨¢s absoluta decadencia.
A finales de agosto diez narcos fuertemente armados tomaron 35 rehenes en el hotel Intercontinental de S?o Conrado, uno de los barrios m¨¢s pudientes de la ciudad, algo que para algunos supuso la evidencia de que la nueva estrategia de seguridad del gobernador de R¨ªo, Sergio Cabral, tiene m¨¢s de propaganda que de realidad. El suceso, que incluy¨® el despliegue de un operativo policial propio de una intervenci¨®n en favela y un espectacular tiroteo en plena calle, se sald¨® con un muerto, siete heridos de bala, la detenci¨®n de los criminales y la liberaci¨®n de todos los rehenes. Cabral aprovech¨® para afirmar que en su Gobierno nadie se hace ilusiones sobre el desaf¨ªo que implica liberar a R¨ªo del crimen. Tambi¨¦n anunci¨® que en breve las favelas de Rocinha y Vidigal "estar¨¢n libres del poder paralelo".
El anuncio parece anecd¨®tico pero es un gran avance en la consolidaci¨®n de un ¨¢rea de seguridad en la zona sur de R¨ªo. La Rocinha es un laberinto de 144 hect¨¢reas controlado por la facci¨®n criminal Amigos Dos Amigos (ADA). Seg¨²n las autoridades, har¨¢n falta 2.000 polic¨ªas para ocupar el suburbio, expulsar al narcotr¨¢fico e imponer orden en la zona. La vecina Vidigal tambi¨¦n requerir¨¢ grandes esfuerzos para acabar con la hegemon¨ªa de los delincuentes.
Por el momento, el Gobierno de R¨ªo ha desplegado 12 unidades pacificadoras y se ha marcado el objetivo de llegar a 2014 con 40 favelas "pacificadas". Se estima que la ciudad m¨¢s tur¨ªstica de Brasil contabiliza entre 650 y 1.000 favelas. La llegada de una UPP a un suburbio suele ir precedida de la intervenci¨®n del Batall¨®n de Operaciones Especiales (Bope) de la Polic¨ªa Militar, que se encarga de identificar los reductos de los narcos para intervenir sin demasiadas contemplaciones. Una vez consumada esta fase, las unidades pacificadoras toman el control de las calles y se establece una comisar¨ªa permanente dentro del suburbio.
Pese a los resultados positivos, el proyecto tambi¨¦n ha recibido algunas cr¨ªticas. La m¨¢s extendida es que la expulsi¨®n de los narcos de las mejores zonas de la ciudad no es m¨¢s que una medida cosm¨¦tica, ya que ¨¦stos, lejos de abandonar el crimen, se han reorganizado en las favelas de la periferia y en zonas del interior.
Otra cr¨ªtica frecuente entre los vecinos de los suburbios que ya cuentan con unidades pacificadoras es que los agentes, que te¨®ricamente tienen un perfil mixto entre polic¨ªa y asistente social, recurren con cierta facilidad al uso de porras y de gas irritante. "Puede ser cierto, pero la realidad es que antes la polic¨ªa que entraba en las favelas usaba pistolas y fusiles. Si ahora han sustituido las armas de fuego por gas y porras, ya es todo un avance", opina el soci¨®logo experto en violencia urbana Ignacio Cano.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.