La prioridad de la reforma fiscal
En la entrevista que le hizo la SER el pasado jueves, la vicepresidenta econ¨®mica Elena Salgado lo dej¨® meridianamente claro: la prioridad "n¨²mero uno" de la pol¨ªtica econ¨®mica es la disminuci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico. Si a ello se le une lo declarado en tantas ocasiones por el presidente, Rodr¨ªguez Zapatero -se respetar¨¢ la protecci¨®n social-, solo queda una salida: subir los impuestos adem¨¢s de reducir el gasto p¨²blico.
Una vez en marcha la reforma financiera m¨¢s o menos, en vigor una pol¨¦mica reforma laboral, y con fecha fija (final de a?o) la reforma de las pensiones, en el horizonte se impone otra reforma estructural urgente: la impositiva, con el objeto de ampliar la base fiscal de nuestro sistema. Es decir, primero para conseguir que paguen impuestos los que no lo hacen porque se refugian en la econom¨ªa sumergida y en la evasi¨®n; segundo, aquellos que el economista que trabaj¨® en el Fondo Monetario Internacional (FMI), Vito Tanzi, ha denominado "termitas fiscales": los que corroen los cimientos del sistema tributario a trav¨¦s de exenciones, exacciones, deducciones, desgravaciones (que se crean para una coyuntura excepcional y se hacen permanentes), benefici¨¢ndose de modo prioritario de lo que pagan sus conciudadanos a trav¨¦s de la utilizaci¨®n del gasto p¨²blico para sus intereses. Y tercero, para que el sistema sea verdaderamente progresivo y paguen m¨¢s quienes m¨¢s ganan y quienes m¨¢s tienen.
Est¨¢ naciendo en Europa una nueva generaci¨®n de impuestos para disminuir los d¨¦ficits p¨²blicos
Una reforma as¨ª supondr¨ªa una fuerte transformaci¨®n y necesitar¨ªa probablemente de cambios profundos tambi¨¦n en la Administraci¨®n Tributaria del Estado (como ocurri¨® con la que a finales de los a?os setenta pusieron en marcha Francisco Fern¨¢ndez Ord¨®?ez y Enrique Fuentes Quintana). Dada la debilidad pol¨ªtica del Gobierno es comprensible que Zapatero la descartase en las palabras que pronunci¨® la semana pasada en Shanghai y declarase que "no se har¨¢n reformas sustanciales" en materia fiscal en el horizonte de los Presupuestos del Estado, sino "modificaciones para exigir cierto esfuerzo mayor a quien tenga m¨¢s capacidad". Modificaciones que por cierto tambi¨¦n puso en duda Salgado en la radio cuando dijo que ser¨ªan objeto de negociaci¨®n con los partidos pol¨ªticos que pueden apoyar las cuentas del Estado para el a?o que viene, y estos (el PNV sobre todo) no parecen muy felices con la idea.
Se comprende por motivos instrumentales (la debilidad pol¨ªtica en esta coyuntura) pero no desde un punto de vista finalista. Uno de los aspectos que ha dejado clara la crisis que ha asolado al planeta desde hace tres a?os es que el problema no era, como dec¨ªan interesadamente los neocon, de Estados fuertes y burocratizados, sino de Estados d¨¦biles que no contaban con los suficientes instrumentos para ejercer adecuadamente sus funciones. Cuando han tenido que acudir en rescate de su sistema financiero y han tenido que aplicar programas de est¨ªmulo para evitar la depresi¨®n han llegado inmediatamente al l¨ªmite de su capacidad fiscal y han incurrido en gigantescos d¨¦ficits que ahora son una de las limitaciones fundamentales para una recuperaci¨®n r¨¢pida, sostenida y con creaci¨®n de empleo. El Gobierno de Zapatero ha reducido los impuestos (bajar los impuestos es de izquierdas), ha suprimido el impuesto sobre el patrimonio, ha facilitado la pr¨¢ctica desaparici¨®n del de sucesiones y donaciones, que corresponde a unas comunidades aut¨®nomas tremendamente endeudadas, y ha permitido que el tipo efectivo del impuesto de sociedades sea del 10%, muy por debajo del nominal (30%), seg¨²n un informe de la Agencia Tributaria, por la multiplicaci¨®n de desgravaciones y deducciones. Y ahora lo ¨²nico que parece ocurr¨ªrsele es un ajuste en el tramo alto del IRPF que, seg¨²n la distribuci¨®n de este impuesto, recaer¨ªa sobre las clases medias.
Mientras tanto, una nueva realidad se refleja en el coraz¨®n de la vieja Europa: una nueva generaci¨®n de impuestos, con el objetivo de aumentar la recaudaci¨®n y hacerla m¨¢s acorde con el peso de cada cual: una tasa a la banca con la que se financien los futuros rescates de entidades en dificultades; una tasa sobre las transacciones financieras (una especie de tasa Tobin) que reduzca la volatilidad de los movimientos de capitales o los aproveche para obtener ingresos p¨²blicos; un impuesto a las centrales nucleares a las que se ampl¨ªe el periodo de funcionamiento; una tasa por la utilizaci¨®n de los aeropuertos o a los transportistas por el uso de las infraestructuras, etc¨¦tera.
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