Irreversibilidad
El demorado anuncio por parte de ETA de un nuevo alto el fuego ha venido a distorsionar el comienzo del curso pol¨ªtico, pero sin que probablemente logre alterar su previsible agenda, como seguro que pretend¨ªan los terroristas. Se encuentran fuertemente debilitados por la contundente eficacia policial, y por ello deben economizar al m¨¢ximo sus menguados recursos, lo que tambi¨¦n contribuye a explicar su decisi¨®n de proclamar un nuevo cese unilateral de hostilidades, que tanto recuerda a sus anteriores suspensiones estrat¨¦gicas. Si solo fuera por esto, estar¨ªamos pues ante otra tregua-trampa, que no deber¨ªa hacernos perder m¨¢s tiempo del estrictamente necesario para denunciar su profunda falacia, al ser una oferta tan claramente insuficiente y por debajo de las m¨ªnimas exigencias de irreversibilidad. La conditio sine qua non de un anuncio de alto el fuego de ETA es esa y no otra: la irreversibilidad de su renuncia a las armas.
El anuncio llega tarde y mal, y su fin es puramente medi¨¢tico
Si alguien usa esta decisi¨®n a su favor, la banda habr¨ªa tenido alg¨²n ¨¦xito
Esto no pod¨ªa ignorarlo ETA, a pesar de lo cual ha optado por hacer p¨²blico su comunicado tarde y mal. Tarde, porque estaba emplazada y se hab¨ªa comprometido a hacerlo antes de las vacaciones. Y mal porque no se ha dignado a aceptar los principios Mitchell de verificabilidad del desarme que hab¨ªa formulado tanto la izquierda abertzale (en su escrito dirigido a la banda conocido el viernes) como el pool internacional de premios N¨®bel que se ofrecieron a intermediar la paz.
Entonces ?por qu¨¦ lo ha hecho as¨ª y ahora, sabiendo que solo causar¨ªa una nueva frustraci¨®n, incluso a sus bases sociales?
Una primera explicaci¨®n es puramente medi¨¢tica: lo ha hecho para dar un golpe de efecto con su inesperado anuncio, formulado en la v¨ªspera del inicio del curso pol¨ªtico. As¨ª rompe la agenda de los dem¨¢s e impone su propia iniciativa para obligar a todos a seguir su juego, quieran que no. Pues en efecto, todos hemos tenido que cambiar nuestros planes, echar al cesto los papeles que ten¨ªamos preparados y disponernos a comentar la oferta de ETA, aunque solo sea para descalificarla. As¨ª satisface su compulsiva adicci¨®n a ser noticia, copando aunque sea por un d¨ªa los titulares de primera p¨¢gina, lo que tanto parece envanecer al vulnerable ego de los aprendices de terroristas. Pero adem¨¢s de esta bulimia medi¨¢tica, ETA podr¨ªa albergar otros objetivos m¨¢s sofisticados, con su frustrante anuncio de otra tregua trampa.
Y como no puede ser de otro modo, dada la naturaleza asim¨¦-trica de su lucha armada, esos otros objetivos pasan por el intento de sembrar la divisi¨®n entre las fuerzas pol¨ªticas. Es de nuevo el eterno divide et impera, pues si ETA ya no tiene fuerzas para "socializar el sufrimiento", sembrando el terror entre los rivales pol¨ªticos de la izquierda abertzale, como todav¨ªa pudo hacer con ¨¦xito en los a?os noventa, s¨ª que puede intentar al menos que unos y otros se enfrenten entre s¨ª. E intentarlo adem¨¢s no con la pr¨¢ctica de la lucha armada sino con el juego de su cese, sobre el que siembra la esperanza pero tambi¨¦n la incertidumbre acerca de su posible reversibilidad o irreversibilidad. Y si ahora ETA juega a dejar de luchar es para ver si as¨ª reabre las viejas fracturas que divid¨ªan al Gobierno y a la oposici¨®n, al PSOE y al PP, a Madrid y a Vitoria, al PNV y al PSE, al PNV y a EA. E incluso a las distintas fracciones de la izquierda abertzale, puesto que quiz¨¢ el objetivo ¨²ltimo de la nueva oferta de ETA sea dividir en dos a la propia Batasuna.
ETA deber¨ªa de saber que las posibilidades de tener ¨¦xito en su intento de dividir a sus enemigos son pr¨¢cticamente nulas. Van ya tantas treguas-trampa frustradas que esta vez nadie les va a prestar ninguna credibilidad. Por eso no se puede esperar que resurjan las divisiones entre el Gobierno y la oposici¨®n, ni tampoco entre el PNV y el PSOE, pues tanto G¨¦nova como La Moncloa, Ajuria Enea y Sabin Etxea, y no digamos ya el Ministerio del Interior, estar¨¢n de acuerdo en rechazar la insuficiente oferta de la banda terrorista. Y como esto es algo que los terroristas no pueden ignorar, habr¨¢ que pensar que en realidad a quien pretenden comprometer es a una parte de sus bases sociales y pol¨ªticas. Pero, m¨¢s all¨¢ de sus rituales adhesiones verbales, ?habr¨¢ todav¨ªa redes sociales abertzales dispuestas a seguir comulgando con la averiada mercanc¨ªa que les ofrece ETA?
La moraleja de toda esta farsa es que nadie deber¨ªa hacer caso de este anuncio. Por el contrario, todos tendr¨ªan que mantener intacto el calendario de su agenda pol¨ªtica. Y en particular, ser¨ªa de desear que, en la negociaci¨®n de los Presupuestos del a?o pr¨®ximo, nadie sintiera la tentaci¨®n de recurrir al anuncio de la banda para desequilibrar la balanza a su favor. Pues si as¨ª fuera, eso significar¨ªa que ETA habr¨ªa tenido alg¨²n ¨¦xito con su burda finta.
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