El colapso del sistema de asilo mantiene a m¨¢s de 270.000 personas en el limbo
Espa?a bate en 2024, por tercera vez consecutiva, su r¨¦cord de peticiones de protecci¨®n internacional y roza las 170.000 solicitudes
Nunca antes tantas personas hab¨ªan pedido asilo en Espa?a como en 2024. El a?o pasado, fueron 167.366 solicitudes de protecci¨®n internacional registradas en territorio espa?ol, seg¨²n la Oficina de Asilo y Refugio, un hito que pulveriza los de 2023 y 2022, cuando se alcanzaron cifras in¨¦ditas, y que ubica a Espa?a como el segundo pa¨ªs de la Uni¨®n Europea con m¨¢s peticiones solo por detr¨¢s de Alemania. Pero el sistema colapsado al que entran esas peticiones deja otra cifra a¨²n mayor: hay m¨¢s de 270.000 personas que han pedido protecci¨®n y que a¨²n esperan una respuesta, seg¨²n la ¨²ltima cifra disponible (septiembre de 2024). Es m¨¢s del doble que hace cinco a?os. Un sistema de asilo que recibe muchas m¨¢s peticiones de las que es capaz de resolver y no responde a tiempo a quienes m¨¢s lo necesitan.
El sistema de asilo espa?ol pas¨® de puntillas por la llamada crisis de los refugiados, mientras el resto de socios de la UE acog¨ªa cientos de miles de ellos a partir de 2015. En Espa?a, las solicitudes de asilo empezaron a dispararse hace cinco a?os: entre 2018 y 2019 saltaron de 55.000 a m¨¢s de 118.000 peticiones y, aunque la tendencia al alza se ralentiz¨® durante la pandemia, en tan solo cinco a?os este canal ha absorbido a m¨¢s de 700.000 personas.
El impulso lo protagonizaron los latinoamericanos. Primero los venezolanos, que iniciaron un ¨¦xodo masivo, despu¨¦s los centroamericanos y los colombianos, a quienes Espa?a suele denegar sus solicitudes de protecci¨®n. Actualmente, ocho de cada 10 latinos que piden asilo en Europa lo hacen en Espa?a y suponen m¨¢s del 75% del total de peticiones en el pa¨ªs. En 2024, el listado de pa¨ªses de origen de los solicitantes lo encabezaron, de lejos, Venezuela (66.134 peticiones) y Colombia (40.140). Sin embargo, ha habido un n¨²mero creciente de malienses que se juegan la vida en el mar para llegar y pedir asilo, lo que ubica a esa naci¨®n como la tercera en el listado, con m¨¢s de 10.600 solicitudes.
El colapso empuja a situaciones de bloqueo que se replican durante todo el proceso. El primer obst¨¢culo es la odisea para solicitar la cita. Sin formalizar la petici¨®n no solo no se pone en marcha el proceso, sino que aquellos que tienen menos recursos y ni siquiera saben d¨®nde dormir no tienen acceso a los centros de acogida. Una vez formalizada la petici¨®n, la ley les permite trabajar a los seis meses, sac¨¢ndoles de la clandestinidad laboral, pero saben que, en la mayor¨ªa de los casos, les comunicar¨¢n eventualmente el rechazo de su solicitud y quedar¨¢n en situaci¨®n irregular. La tasa de reconocimiento espa?ol, una de las m¨¢s bajas de la UE, ronda el 12%.
Ang¨¦lica, colombiana de 35 a?os, formaliz¨® su petici¨®n de asilo en marzo de 2023 y est¨¢ a punto de cumplir dos a?os esperando una respuesta. Hab¨ªa llegado un a?o atr¨¢s a Espa?a, huyendo del conflicto armado en su pa¨ªs: viv¨ªa en Arauca, una regi¨®n fronteriza con Venezuela, y la guerrilla la forz¨® a irse porque quer¨ªa quedarse con las tierras en las que trabajaba. Se fue a Bogot¨¢, pero las amenazas del grupo armado la persiguieron. Prefiri¨® subirse a un avi¨®n con destino a Madrid.
Durante los meses en los que intent¨® conseguir la cita para pedir asilo ¡ªcasi un a?o¡ª, Ang¨¦lica trabaj¨® sin papeles cuidando a una se?ora mayor, pero dependi¨® de las ayudas de organizaciones que trabajan con mujeres. Ella logr¨®, por fin, formalizar la petici¨®n y obtuvo su permiso para trabajar, aunque hasta hoy no ha recibido ninguna respuesta. ¡°El problema es que uno est¨¢ todo el tiempo con la incertidumbre de qu¨¦ va a pasar con uno, de que si te quedas sin el permiso de trabajo c¨®mo vas a hacer otra vez para sobrevivir; es vivir con zozobra todo el tiempo¡±, detalla.
Marina Garc¨ªa-Rodeja Paricio, abogada de Accem, explica que mientras estas personas son solicitantes de asilo viven su vida como en pedazos de tiempo: ¡°Toda la documentaci¨®n les va a durar peque?os periodos, se va caducando, siempre van a tener que estar pendientes de actualizar el empadronamiento, de solicitar la cita para renovar sus documentos en medio del tap¨®n administrativo que hay y por el que no consiguen la cita¡±. Eso repercute, explica la letrada, en una dificultad para conseguir empleo ¡°debido a la desconfianza por parte de los empleadores¡± ante una situaci¨®n tan inestable que lleva a que en cualquier momento ¡ªsi les rechazan su solicitud¡ª esa persona tenga que abandonar su puesto. ¡°Es no poder planificar tu vida a futuro¡±, explica.
Tras a?os observando c¨®mo se agravaba el colapso, el Ministerio del Interior lidera ahora la redacci¨®n de una nueva ley de asilo, m¨¢s dura, que se adapte al nuevo pacto migratorio europeo. El futuro texto, que sustituir¨¢ al de 2009, busca acortar plazos, devolver a sus pa¨ªses a los solicitantes rechazados y disuadir a los que abusan de las solicitudes. Interior mantiene internamente que miles de personas se aprovechan del sistema y que la mayor parte de los que solicitan protecci¨®n lo hacen alegando un riesgo inexistente contra su vida o a sabiendas de que no cumplen los requisitos, para quedarse en Espa?a.
Este ha sido el argumento, de hecho, para lograr que el nuevo reglamento de extranjer¨ªa haga del asilo una v¨ªa mucho menos atractiva. Aunque la nueva norma regularizar¨¢ durante un a?o a un buen n¨²mero de solicitantes de asilo a los que se les ha rechazado su solicitud, el reglamento marca de forma definitiva que el que opte por pedir asilo no podr¨¢ computar el tiempo que pase aguardando una respuesta para acogerse a ning¨²n tipo de arraigo. Su contador volver¨¢ a cero. ¡°Intentar reducir los tiempos de espera, que es una forma tambi¨¦n de reducir la prestaci¨®n de otros servicios como la acogida, es una constante, pero no lo consiguen¡±, explica Blanca Garc¨¦s, analista del Barcelona Centre for International Affairs (Cidob). ¡°La receta para resolver el colapso, por lo que estamos viendo ahora, no ser¨¢ la de poner medios, sino la de limitar el acceso. Se est¨¢ intentando cerrar una v¨ªa [la del asilo] y flexibilizar la otra [la del arraigo]¡±, a?ade.
Efectivamente, no todos los que lo solicitan cumplen con el perfil para recibir protecci¨®n internacional, pero hace a?os que cientos de miles de personas han usado este cauce, que da la posibilidad de vivir y trabajar legalmente mientras se resuelve su petici¨®n, para instalarse en el pa¨ªs. Es lo que Blanca Garc¨¦s llama ¡°sala de espera¡±. Garc¨¦s explica: ¡°Lo que ha permitido el asilo es que el tiempo de espera hasta lograr la regularizaci¨®n por arraigo no lo pases en situaci¨®n irregular, sino trabajando. Te permite esperar en mejores condiciones¡±. El propio sistema favorece la instrumentalizaci¨®n: si resolviese en los seis meses que marca la directiva europea, el asilo no ser¨ªa una alternativa para quien sabe que no ser¨¢ merecedor de la protecci¨®n.
Entre las soluciones para aliviar el colapso, hace a?os que las ONG, Acnur y los propios funcionarios hablan de sacar de este tr¨¢mite a los venezolanos, que suponen un 40% de los solicitantes. Los nacionales de este pa¨ªs tienen desde 2018 un estatus especial y se les concede, de forma casi autom¨¢tica, un permiso especial por razones humanitarias que les permite residir y trabajar legalmente en Espa?a. Es un reconocimiento a la dif¨ªcil situaci¨®n que se vive en el pa¨ªs, como tambi¨¦n se hizo de forma similar con permisos temporales a los ucranios, pero que con los venezolanos sigue el mismo cauce que el resto de solicitantes de asilo. El enorme flujo de venezolanos ha contribuido al colapso de ese tr¨¢mite y aunque podr¨ªa revertirse, las fuentes consultadas dudan de que vaya a hacerse. ¡°El asilo es pol¨ªtica y ahora mismo cualquier movimiento con Venezuela y sus nacionales supone enviar un mensaje. Es muy delicado¡±, explican fuentes part¨ªcipes de esta discusi¨®n.
Junto a la nueva ley de asilo, Espa?a promete m¨¢s medios, int¨¦rpretes y polic¨ªas. Pero al llegar al cargo, en 2018, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ya prometi¨® un plan de choque con el que renovar¨ªa un viejo programa inform¨¢tico y reforzar¨ªa la Oficina de Asilo. Anunci¨® m¨¢s de 200 nuevos funcionarios, aunque en la pr¨¢ctica el personal solo creci¨® de 207 a 293 empleados. La receta con la que preparar¨ªa la oficina ¡°para el presente y el futuro¡± ni siquiera logr¨® superar los problemas del pasado. Pero los 70.000 expedientes de entonces se han multiplicado sin freno y los tiempos de respuesta han hecho que el asilo ¡ªaun sin cumplir los requisitos para obtenerlo¡ª, sea de facto la v¨ªa m¨¢s f¨¢cil para comenzar una vida en Espa?a fuera de la clandestinidad.
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