Hay otros problemas
No hay conflicto ling¨¹¨ªstico en la Universidad catalana. Hay otros problemas: retraso financiero, endeblez del mapa universitario, indefinici¨®n de la carrera docente, la falta de autonom¨ªa misma. ?A qu¨¦, ahora, con la obligaci¨®n del profesorado de saber el catal¨¢n? Parece una broma, si no fuera porque es la intenci¨®n de la autoridad competente.
Hay quejas de alumnos respecto de algunos docentes que obstaculizan el uso de la lengua catalana en las aulas. Parecen razonables y habr¨¢ que atenderlas. Pero eso no justifica un decreto con la obligatoriedad de conocer bien el catal¨¢n para acceder al profesorado. Ni el argumento en el que se basa dicho decreto: que se restablecer¨ªa, as¨ª, el "desequilibrio" entre el catal¨¢n y el castellano en nuestras universidades.
?Desequilibrio? La Universidad catalana ya tiene el catal¨¢n como lengua institucional y vehicular. Y ha de facilitar al m¨¢ximo el poder usar esta lengua en las actividades acad¨¦micas. Pero el resto se regula por s¨ª solo. De hecho, es as¨ª. Nadie se ha quejado de que sea as¨ª. Y la inmensa mayor¨ªa quiere que siga siendo as¨ª. Que cada cual tenga el derecho a expresarse como quiera. El "desequilibrio" resultante es bueno, porque es el equilibrio propio de la vida universitaria: una mescolanza del catal¨¢n, el castellano, el ingl¨¦s, y todas las lenguas que gusten ser usadas para el estudio y la comunicaci¨®n. Si no, convertimos la Universidad en un college, no en la casa donde todo puede ser discutido, sin cortapisas a cuento de la lengua. En los estudios de grado, la lengua vern¨¢cula ser¨¢ previsiblemente la mayoritaria. En el posgrado es distinto: poco a poco se impondr¨¢ el ingl¨¦s, pero sin descartar otras lenguas.
Pero en cualquier nivel y actividad acad¨¦mica, el profesorado ha de tener por lo menos un conocimiento pasivo del catal¨¢n, para que el alumnado pueda ejercer su derecho a usar este idioma. La gran mayor¨ªa de docentes no catalanohablantes as¨ª lo hacen. Solo tendr¨ªan que explicar a sus alumnos, si la situaci¨®n tanto lo requiere, por qu¨¦ no usan -o usan, en el posgrado- el catal¨¢n en sus clases. Pero ni suele llegarse a este extremo. Es cierto que la lengua no es un instrumento cualquiera y que tiene un alto valor simb¨®lico. Por eso el catal¨¢n ha de ser apoyado en las universidades catalanas. Pero no es menos cierto que, en la Universidad, por delante de la lengua pasan el saber y el buen entendimiento entre todos los que se dedican a ¨¦l. Mal favor a la Universidad y al catal¨¢n si se publica este decreto.
Norbert Bilbeny es catedr¨¢tico de ?tica de la Universidad de Barcelona
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