"A ustedes los veo tristes pese a tanta riqueza"
A la edad en que un obispo se jubila, los 75 a?os, Nicol¨¢s Castellanos recorre Espa?a como un chaval buscando dinero para construir viviendas, escuelas, hospitales y hasta piscinas en la regi¨®n boliviana de Santa Cruz de la Sierra. Tiene ya cien centros escolares en pie, es decir, "200.000 chicos a nuestro cargo, o por ah¨ª". Lo dice como si nada, mientras da cuenta, con pocas ganas, del desayuno: caf¨¦ con leche, dos pastas y un zumo de naranja. Le motiva m¨¢s un almuerzo con el alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, y con directivos de una caja de ahorros, para que le paguen entre todos "tres proyectos m¨¢s".
La cita es en el colegio de los Agustinos, en la calle del Padre Dami¨¢n de Madrid, donde ha pasado la noche, frente al estadio Santiago Bernab¨¦u. Suele dormir ah¨ª cuando viene a Espa?a, un mes al a?o. No conoce restaurantes. Sugiero el hotel Eurobuilding, al lado. "Es sitio para ricos", digo. "Eso est¨¢ bien", sonr¨ªe. Es entonces cuando dice que da rabia "que haya tantos pobres entre tanta riqueza".
El ex obispo de Palencia, misionero en Bolivia, dice que esta crisis es de ricos
Mientras caminamos, repasa sus tiempos de provincial -superior- de los Agustinos, con apenas 35 a?os, y lo que habl¨® con el nuncio del Vaticano, Luigi Dadaglio, cuando supo que Pablo VI quer¨ªa hacerle obispo de Palencia. "Le dije que yo no era un te¨®logo, solo un sacerdote dedicado a la pastoral con j¨®venes". Es lo que buscaba el Papa, "gente que hubiese asimilado las ense?anzas del Vaticano II", replic¨® Dadaglio. "Fui el ¨²ltimo obispo nombrado en Espa?a por Pablo VI, en julio de 1978. Muri¨® aquel agosto y todo empez¨® a cambiar".
Castellanos dej¨® el palacio episcopal por un piso en el centro de Palencia y empez¨® a so?ar con irse a las misiones. "Quer¨ªa practicar lo que predicaba. Pregunt¨¦ a un director del Banco Santander por qu¨¦ no iban tambi¨¦n a Bolivia, el pa¨ªs m¨¢s pobre de Hispanoam¨¦rica despu¨¦s de Hait¨ª. Me dijo: 'Por la raz¨®n que t¨² vas, nosotros no vamos. T¨² atiendes a los pobres, nosotros necesitamos ricos".
No result¨® f¨¢cil el salto a Bolivia. Lo ¨²ltimo que quer¨ªa Juan Pablo II era un obispo espa?ol haciendo teolog¨ªa de la liberaci¨®n en la Am¨¦rica profunda. Eso pensaba Roma. Tardaron dos a?os en aceptar su renuncia episcopal. Faltaba encontrar un obispo que lo acogiese. Cuatro lo rechazaron. Hasta que el cardenal Julio Terrazas lo recibi¨® en Santa Cruz con los brazos abiertos.
Nacido entre agricultores -en Mansilla del P¨¢ramo, Le¨®n, en 1935-, Castellanos es agustino, como el gran Lutero, fray Luis de Le¨®n, santo Tom¨¢s de Villanueva o Gregor Mendel, el de las leyes de la gen¨¦tica. "Ellos vieron lo que la Iglesia tard¨® siglos en hacer realidad con el Vaticano II", presume.
Reclamado en mil lugares por su fama, ha venido a recoger el premio Dami¨¢n de Molokai por su defensa de los d¨¦biles, concedido por la revista cristiana 21. En 1988 fue premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia, junto al gran Vicente Ferrer. Hoy Espa?a le duele. No puede dejar de lamentarlo, ¨¦l, un optimista. "Dios nos cre¨® para ser felices, no para sufrir. Pues a ustedes los veo tristes, pese a tanta riqueza. ?La crisis? Esta crisis es de ricos. A mis pobres les pilla ausentes. Est¨¢n siempre metidos en ella. Pero tienen esperanza. En el Norte sobran medios para vivir pero faltan razones para existir, mientras que en el Sur carecemos de los medios para vivir y sobran razones para existir".
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