Obama afronta una debacle electoral en noviembre
Los dem¨®cratas se arriesgan a perder la mayor¨ªa en la C¨¢mara y el Senado
Si un milagro no lo impide, Barack Obama se enfrenta a una debacle electoral en noviembre. Empeque?ecida su figura, agigantados sus rivales -tanto m¨¢s cuanto m¨¢s extremos- y lastrado por un panorama econ¨®mico pesimista, se muestra incapaz, a 55 d¨ªas de los comicios para la renovaci¨®n parcial del Congreso, de evitar que su partido pierda la mayor¨ªa, probablemente en ambas C¨¢maras.
En su discurso del D¨ªa del Trabajo en Milwaukee, este lunes, Obama mostr¨® un br¨ªo desconocido en los ¨²ltimos meses y prometi¨® defender su causa sin desmayo hasta la misma jornada electoral. Pero, a estas alturas, parece una causa perdida. Sus argumentos para revertir la situaci¨®n son insuficientes. Se le aprecia falto de confianza y de ideas, y las esperanzas de salvar su presidencia est¨¢n ya depositadas en el periodo posterior a noviembre, cuando la creaci¨®n de un nuevo escenario pol¨ªtico pueda permitirle empezar de cero de cara a su reelecci¨®n en 2012.
El ¨ªndice de aprobaci¨®n general del presidente ronda el 45%
El 18% de los estadounidenses cree que es musulm¨¢n
Todas las encuestas recientes ilustran un panorama desolador. Su ¨ªndice de aprobaci¨®n general ronda el 45%, y m¨¢s del 60% de los votantes cree que el pa¨ªs camina en la direcci¨®n equivocada. Los republicanos superan a los dem¨®cratas por m¨¢s de 10 puntos entre los votantes registrados y por cerca de 15 puntos entre los posibles votantes. Pr¨¢cticamente todos los candidatos dem¨®cratas que buscan la reelecci¨®n en noviembre est¨¢n en peligro.
En una asamblea anual de analistas pol¨ªticos, celebrada el pasado fin de semana en Washington, todos coincidieron en que los republicanos ganar¨¢n alrededor de 50 nuevos esca?os en la C¨¢mara de Representantes, m¨¢s de los que necesitan para recuperar la mayor¨ªa. En el Senado, donde los dem¨®cratas cuentan actualmente con 59 asientos, pueden quedar con menos de 50, lejos de los 60 que se requieren para evitar las t¨¢cticas obstruccionistas de la oposici¨®n. Legislar en ese panorama ser¨¢ una proeza.
?Qui¨¦nes son los responsables de esta situaci¨®n? ?Qu¨¦ ha ocurrido para perder en tan poco tiempo la enorme ventaja con la que Obama asumi¨® la presidencia? La Casa Blanca atribuye todas las culpas a la crisis econ¨®mica heredada de la presidencia de George Bush y conf¨ªa en que, cuando la cifra del paro -actualmente un 9,6%- mejore, mejorar¨¢ tambi¨¦n la valoraci¨®n del presidente.
Pero los expertos no anticipan una mejora dr¨¢stica de la situaci¨®n econ¨®mica a corto plazo, quiz¨¢ ni siquiera a tiempo como para que resulte apreciable en 2012, y mientras tanto la imagen de Obama se deteriora sin tregua. Sus discursos suenan repetitivos, su figura est¨¢ polarizando al pa¨ªs -solo un 28% de blancos lo votar¨ªan hoy- y la extrema derecha ha conseguido construir un aterrador perfil sobre ¨¦l -el 18% de la poblaci¨®n cree que es musulm¨¢n- sin que nadie en su entorno parezca capaz de impedirlo. Ha perdido su voz, su credibilidad y toda la iniciativa pol¨ªtica.
Es cierto que el periodo que transcurre entre la toma de posesi¨®n y las primeras elecciones parciales es el m¨¢s dif¨ªcil de muchas presidencias. La popularidad de Ronald Reagan o de Bill Clinton no era mayor que la de Obama en esta fase. Tambi¨¦n es verdad que algunas de las carencias que se atribuyen a Obama le corresponden en realidad a un Partido Dem¨®crata dividido y con malos candidatos. Igualmente puede decirse en su descargo que la herencia econ¨®mica -por no hablar de la militar- recibida result¨® ser incluso peor de lo que parec¨ªa en un principio.
Pero esos son males comunes en toda gesti¨®n pol¨ªtica y con los que Obama contaba. La responsabilidad mayor del deterioro producido le corresponde al propio presidente y a su equipo de colaboradores. El Premio Nobel de Econom¨ªa Paul Krugman atribuye el fracaso a la timidez del plan de est¨ªmulo econ¨®mico puesto en marcha por la Casa Blanca. Hubiera sido necesario, seg¨²n ¨¦l, m¨¢s inversi¨®n y durante m¨¢s tiempo para garantizar una s¨®lida recuperaci¨®n. Los ciudadanos, sin embargo, se quejan del exceso del gasto p¨²blico. Un 35% de los encuestados por The Wall Street Journal cree que la reforma sanitaria empeor¨® las cosas, mientras que solo un 28% lo considera una mejora.
Las medidas econ¨®micas que Obama ir¨¢ anunciado esta semana est¨¢n destinadas a corregir algunos errores, pero no llegan a tiempo de influir en las elecciones de noviembre. El presidente necesita mirar m¨¢s all¨¢ de esa fecha y, probablemente, hacer cambios significativos de pol¨ªticas y de personas.
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