Equilibrios locales

Permitir un cierto nivel de endeudamiento a los Ayuntamientos que exhiben unas finanzas saneadas es una medida equilibrada. La primera propuesta, en mayo pasado, de la vicepresidenta econ¨®mica Elena Salgado de prohibir la adquisici¨®n de nuevas deudas en 2011 estaba en consonancia con la dif¨ªcil situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas, pero era poco defendible al no tener en cuenta el nivel de endeudamiento de cada corporaci¨®n local y poner en riesgo las inversiones de gasto plurianual o cofinanciadas con otras entidades.

Ahora, seg¨²n ha anunciado Salgado, van a quedar indultadas de tan dr¨¢stica medida las entidades locales cuyo volumen total de deuda viva no supere el 75% de sus ingresos corrientes. La vicepresidenta ha argumentado que no se puede castigar a los que han sido responsables en tiempos de austeridad, lo que es una raz¨®n de peso. Menos s¨®lido es el planteamiento de que la modificaci¨®n se debe a la mejora econ¨®mica general porque en los ¨²ltimos tres meses no se han registrado indicadores tan positivos que justifiquen una rectificaci¨®n de tal calibre.

Los sucesivos cambios acometidos por el Gobierno en este asunto alientan las aceradas cr¨ªticas del PP sobre el nivel de improvisaci¨®n y chapuza con que trabaja el Ejecutivo. Rectificar la fecha de entrada en vigor del decreto al d¨ªa siguiente de publicarlo y volver a cambiarlo ahora no acreditan lo contrario. De hecho, nada garantiza que la actual propuesta sea la definitiva, dado que todav¨ªa se va a negociar con la Federaci¨®n Espa?ola de Municipios y Provincias. Pero ello no deber¨ªa impedir valorar en sus justos t¨¦rminos la medida.

El endeudamiento municipal tiene un m¨ªnimo impacto en el d¨¦ficit p¨²blico, pero no se entender¨ªa que los Ayuntamientos no sufrieran restricciones mientras los recortes afectan a la ciudadan¨ªa y a otras Administraciones p¨²blicas. Los problemas financieros de las entidades locales son end¨¦micos y se han agravado por la crisis. Pero tambi¨¦n algunas han sufrido la megaloman¨ªa o la ineptitud de unos regidores que han gestionado el dinero p¨²blico con tal imprudencia que han hipotecado el futuro de sus Consistorios de forma mucho m¨¢s dr¨¢stica que cualquier decreto del Gobierno central. Que sean los alcaldes de algunas de las capitales m¨¢s colapsadas por el endeudamiento los que critiquen la medida por electoralista es una broma pesada.