La alucinante vida de Gerard L¨®pez
El nuevo propietario de la escuder¨ªa Renault, hijo de emigrantes gallegos, pretende volver a luchar por el t¨ªtulo en dos a?os
"?S¨ª? Soy Gerard L¨®pez", nos dice. Y aparece all¨ª, frente a nosotros, vestido con la ropa t¨ªpica del equipo Renault de F¨®rmula 1. Parece uno m¨¢s. Pero no lo es. ?l es el jefe. M¨¢s que eso, el propietario de la escuder¨ªa. Lo es desde que a finales del a?o pasado, vistas las dificultades de la f¨¢brica francesa de autom¨®viles para mantenerse en la F-1, el grupo Mangrove Capital Partners decidi¨® hacerse con m¨¢s del 70% del accionariado de la escuder¨ªa. Y da la casualidad de que este luxemburgu¨¦s de 38 a?os, hijo de padres gallegos que emigraron a Suiza y luego a Luxemburgo en busca de trabajo, es el fundador y el mayor accionista de esta empresa, una de las m¨¢s importantes del mundo en inversi¨®n tecnol¨®gica.
"Este a?o hemos invertido 220 millones; en la F-1 nunca ganaremos dinero"
"?Que le hable de mi vida?", responde cuando se le pide que explique c¨®mo lleg¨® hasta ah¨ª. "Dif¨ªcil, me resulta m¨¢s complicado que hacer negocios". Pero explica que naci¨® en Luxemburgo casi por accidente, porque regres¨® a Galicia con sus padres y vivi¨® all¨ª, en la provincia de Lugo, hasta los siete a?os. Luego regres¨® a Luxemburgo. Y cuando lleg¨® el momento de entrar en la universidad pudo elegir entre estudiar en Francia, B¨¦lgica, Alemania, Reino Unido y Espa?a. "Entonces ya hablaba siete idiomas. Y eso me abr¨ªa muchas puertas". Al final fue becado a la Universidad de Miami. Se licenci¨® en Sistemas de Gesti¨®n Inform¨¢tica. "Pero tambi¨¦n estudi¨¦ matem¨¢ticas y lo que hac¨ªa todo el mundo: artes asi¨¢ticas. Un curr¨ªculo algo anormal. Pero no me fue mal". Antes de acabar la carrera hab¨ªa creado ya su primera empresa, Icon Solu-tions. La vendi¨® 15 meses despu¨¦s. Regres¨® a Europa y mont¨® otra empresa, ProLease Financing. Tambi¨¦n la vendi¨®. "Y luego, a finales de los a?os noventa, aunque era un poco joven -ten¨ªa 27 a?os-, decid¨ª cambiar de estrategia: ya no quer¨ªa fundar y hacer crecer una empresa, sino que me interesaba hacerme inversor".
Cre¨® Mangrove Capital Partners, que con 11 a?os de vida es una de las m¨¢s rentables del sector. "Fui el primer inversor en Skype, hasta que lo vendimos a E-Bay". Y ahora, L¨®pez no solo es propietario de Mangrove, sino que es accionista principal de Vialcom y Betim¨®vil en Espa?a. "Tenemos 40 empresas en todo el mundo. Y con mi socio, Eric Lux, controlamos tambi¨¦n el grupo inmobiliario Icodemo, con intereses en Europa, EE UU, Asia y Europa del Este". Tienen tambi¨¦n intereses en el mundo del motor, a trav¨¦s de sus empresas Genii Capital y Gravity Sport Management.
"Y ya est¨¢", comenta cuando acaba el relato. Pero no est¨¢. Porque ahora ha entrado en la vor¨¢gine de la F-1 y se ha planteado el reto de convertir al equipo Renault otra vez en campe¨®n del Mundo. "Ya lo fue en 2005 y 2006 con Fernando Alonso. Y esa capacidad no se ha perdido. Pero en la escuder¨ªa hab¨ªa una falta de confianza alucinante. Lo que hicimos fue meter al equipo en electroshock y darles la confianza y la capacidad financiera para hacer las cosas como saben. Ahora hemos superado ya a Mercedes y esperamos colocarnos a la altura de Ferrari y McLaren. Red Bull va aparte. Y en dos a?os debemos pensar en el t¨ªtulo mundial".
Sin embargo, el objetivo fundamental de Gerard L¨®pez no se limita a eso. "No. Este a?o la inversi¨®n en el equipo han sido unos 220 millones de euros. En la F-1 nunca ganaremos dinero. Pero nuestro objetivo es aprovechar la plataforma que nos ofrece la F-1 para desarrollar nuestros negocios en todo el mundo: en cada pa¨ªs que pisamos nos vemos con pol¨ªticos, empresarios y financieros. Y lo que nos est¨¢ produciendo esto es mucho m¨¢s importante que lo que nunca podr¨¢ darnos un equipo de F-1", comenta L¨®pez, que a veces coge un F-1 y se va a "dar algunas vueltas".
"?C¨®mo ha tenido tiempo de hacer todo eso en solo 38 a?os?". "Yo tambi¨¦n me lo pregunto a veces", responde con una inocente sonrisa. "Trabajando 14 horas al d¨ªa, siete d¨ªas a la semana. Pero divirti¨¦ndome".
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