'Chill-out' con duende
Un puente de hierro, tapeo del bueno y una iglesia del siglo XIII. Flamenco y c¨®cteles en una noche que termina entre el moderneo. El barrio sevillano de Triana engancha
A Triana, el barrio sevillano de la otra ribera del Guadalquivir, se entra por el t¨®pico y se sale con la cabeza hecha un l¨ªo. Puede ser flamenca, exc¨¦ntrica y moderna. Desde su fundaci¨®n por Trajano, el emperador romano nacido en la vecina It¨¢lica, la leyenda se ha acrecentado. Aqu¨ª naci¨® Rodrigo de Triana, el primero en avistar Am¨¦rica, y se formaron las tripulaciones para el Nuevo Mundo. Algo tendr¨¢ si ha dado a gente como Paz Vega, los Morancos, Lole y Manuel o Antonio Canales. El orgullo marca hasta tal punto que por los mentideros de Internet corre un dicho: "F¨ªjate si soy trianero, que cuando voy a la calle Sierpes me siento forastero".
10.00 Inquisidores aguados
A esta especie de rep¨²blica independiente se llega por el puente de Isabel II (1), conocido popularmente como puente de Triana, un armaz¨®n de piedra y hierro de mediados del siglo XIX. Sigue la tipolog¨ªa del Carrousel de Par¨ªs, pero tiene m¨¢s salero, entre otras cosas por esas sevillanas que dec¨ªan: "Por el puente Triana y ol¨¦ pasa la reina tiritiri tirit¨ª tirir¨ª". Debajo resplandece el Guadalquivir como si tuviera cristalitos incrustados. En el centro de la plaza del Altozano se erige el monumento al flamenco, una se?ora con curvas, traje de faralaes y guitarra; a la izquierda, la estatua del torero trianero Juan Belmonte, desde la que si mira a trav¨¦s de la espalda por una oquedad, se observa (?oh, sorpresa!) la Giralda. A la derecha est¨¢ la apretada capilla del Carmen, muestra de la arquitectura regionalista de principios del siglo XX. Los balcones con flores gu¨ªan el camino por la calle de Castilla, de donde parte el callej¨®n de la Inquisici¨®n, un corredor blanco irreal llamado as¨ª porque formaba parte del desaparecido castillo de San Jorge, donde se asentaron en el siglo XV los jueces que aplicaban la justicia divina. Al final se ve agua. ?El mar? Ojal¨¢. Es el Guadalquivir, junto al encalado paseo de Nuestra Se?ora de la O.
12.30 Una promesa a El Cachorro
Mire las fachadas: muchas tienen azulejos. Normal en un barrio que siempre se ha caracterizado por sus cer¨¢micas t¨ªpicas. El futuro Museo de Cer¨¢mica de Sevilla est¨¢ previsto que se inaugure el a?o que viene en el edificio de Cer¨¢micas Santa Ana (2) (calle de San Jorge, 31), que ya es una obra de arte. Hoy quedan pocos talleres, pero se puede echar un vistazo y comprar algo en Cer¨¢mica Montalv¨¢n (3) (calle de la Alfarer¨ªa, 23; www.ceramicamontalvan.com) y Saitma (4) (calle del Callao, 9; 954 08 66 46). Momento de admirar una de las esculturas m¨¢s importantes del barroco andaluz, el aclamado Cristo de la Expiraci¨®n o El Cachorro, dentro de la capilla del Patrocinio (5) (calle de Castilla, 162). La multitud est¨¢ en la calle de San Jacinto (6). Muchos vienen del mercado de Triana , junto al puente, donde est¨¢n los gritos, la guasa y la comida.
14.00 Coquinas y t¨¦ moruno
El tapeo del barrio es tan sagrado como las v¨ªrgenes en las capillas. El recorrido, por lugares aut¨¦nticos previos a la fiebre por el dise?o minimal, ha de ser el siguiente: coquinas, secreto ib¨¦rico y pesca¨ªto frito en La Primera del Puente (7) (Betis, 66; 954 27 69 18), codornices en salsa en El Bistec (8) (Pelay Correa, 34; 954 27 47 59), mejillones rellenos y bacalao al horno en La Blanca Paloma (9) (Pag¨¦s del Corro, 86; 954 33 37 88), revueltos de tagarninas con jam¨®n y rabo de toro en Sol y Sombra (Castilla, 151; www.tabernasolysombra.com; 954 33 39 35) y pav¨ªa de bacalao y huevas en Casa Oliva (10) (calle de San Jacinto, 73; 954 33 30 31). Todo con fino, manzanilla o cerveza bien tirada. Igual nos hemos pasado, pero para reposar ya est¨¢n el t¨¦ y los cojines mullidos de la teter¨ªa Bagdad (11) (calle de la Pureza, 22). Si hace falta chute de cafe¨ªna, el relajado Caf¨¦ de la Prensa (12) (Betis, 8; 954 33 34 20), con juegos de mesa y paredes forradas de peri¨®dicos antiguos.
16.30 Universidad de Mareantes
La historia de Triana se ve en la Casa de las Columnas (13) (calle de la Pureza, 79), un imponente edificio dieciochesco situado en el solar que ocup¨® la Universidad de Mareantes (nombre evocador, ?verdad?), instituci¨®n encargada de la formaci¨®n de los marineros que part¨ªan hacia Am¨¦rica en los siglos XVI y XVII. En la enigm¨¢tica calle de la Pureza se encuentra la iglesia de Santa Ana (14) (calle de V¨¢zquez de Leca, 1), una de las m¨¢s antiguas de Sevilla, erigida en el siglo XIII en estilo g¨®tico-mud¨¦jar por Alfonso X El Sabio, que quiso agradecer as¨ª el fin de una enfermedad en los ojos. Atenci¨®n a la capilla mayor y su retablo renacentista. A dos pasos est¨¢ la capilla de los Marineros (15) (calle de la Pureza, 52) con un mito imaginero de la Semana Santa: la Esperanza de Triana. Si no le sale una l¨¢grima es que todav¨ªa no ha absorbido la esencia del barrio, por el que se desviv¨ªa cantando Miguel Bos¨¦: "El coraz¨®n que a Triana va, nunca volver¨¢...".
19.00 Un patio de arte
Intente, por lo menos, ser un trianero indie (que los hay, no crean) en Don Cecilio (16) (Castilla, 47; 954 33 33 36), donde se pueden comprar, vender o intercambiar revistas, p¨®steres de pel¨ªculas y discos de vinilo, y en Sensei C¨®mics (17) (calle del Farmac¨¦utico Morillo Herrera, 8; 954 27 24 10; www.senseicomics.com), una librer¨ªa friki repleta de tebeos, series y revistas dif¨ªciles de conseguir, y donde los s¨¢bados por la tarde se organizan torneos de juegos. Los t¨ªpicos y floreados patios de vecinos salpican Triana aqu¨ª y m¨¢s all¨¢. Se puede ver uno en la calle del Procurador, 19, que acoge la sala El Cachorro (18) (www.salaelcachorro.com; 954 33 97 47), un centro cultural donde se organizan obras de teatro, exposiciones, conciertos y ciclos de cine, y que incluye una barra para comer y beber a precios populares.
22.00 De la copla a la rumba
Directos a la calle del Betis (19). Por cierto, se llama as¨ª no por el equipo de f¨²tbol, sino porque ¨¦se fue el nombre que los romanos dieron al Guadalquivir. Se cena de maravilla en el restaurante italiano San Marco (Betis, 68; 954 28 03 10 y 954 28 36 89), dentro de un palacio del siglo XVIII con interiores moz¨¢rabes. Recomendables todas las pastas, el carpaccio de salm¨®n y la pechuga de pularda a la crema. El primer c¨®ctel se tomar¨¢ en la terraza chill out Puerto de Cuba (Betis, s/n; 667 79 69 72), frente a la Torre del Oro, y el segundo, en Vogart (Betis, 40), un sofisticado club con fotos cin¨¦filas propiedad de la actriz Paz Vega. A las doce en punto hay que estar en el tablao Casa La Anselma (20) (Pag¨¦s del Corro, 49; 954 27 41 63), que es cuando se canta la salve rociera con las luces apagadas. Es uno de los mejores sitios en Sevilla para escuchar flamenco. Y mientras, la Anselma se encarga de que consumas grit¨¢ndote: "Ni?o, que tengo que pagar las facturas". Si a uno se le ensancha la vena folcl¨®rica, puede volver a la calle del Betis a Rejoneo (Betis, 31), donde las rumbitas, las coplas, la espontaneidad y el buen rollo har¨¢n que se sienta entre amigos. El ¨²ltimo baile ser¨¢ en Demo (Betis, 40), entre modernos y a ritmo de rock independiente y electro. Ay, qu¨¦ dir¨ªa Marif¨¦ de Triana.
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