Aqu¨ª viven las cari¨¢tides
El nuevo Museo de la Acr¨®polis y otros dos estrenos en Atenas
Atenas es una ciudad desangelada, salpicada de rincones simp¨¢ticos y ennoblecida por los testimonios de un pasado ¨²nico. En muchas calles del centro, la alternativa a verse rodeado por construcciones irrelevantes consiste en volver la mirada a la siempre dominante Acr¨®polis. Sobre todo ahora que el Parten¨®n y el Erectei¨®n se encuentran liberados de los andamios met¨¢licos que los atenazaran durante d¨¦cadas a fin de lograr una admirable restauraci¨®n de su m¨¢rmol por una t¨¦cnica de rayos l¨¢ser. Conforme el visitante se aproxima a la mole de la Acr¨®polis, tiene adem¨¢s la posibilidad de descubrir monumentos supervivientes de singulares elegancia y belleza, tales como la Torre de los Vientos o el monumento cor¨¦gico de Lis¨ªcrates, o de comprobar la distancia entre las peque?as joyas que son las iglesias bizantinas de los siglos XI-XII y el entorno arquitect¨®nico de los siglos XIX y XX.
La min¨²scula y delicada iglesia de la Virgen y de San Eleuterio, conocida como la Peque?a Metr¨®poli, con su friso antiguo de figuras zodiacales, se encuentra as¨ª a la sombra de la verdadera metr¨®poli o catedral, construida a mediados del ochocientos: son la mejor ilustraci¨®n de ese contraste. Para olvidar, o si se quiere, para reflexionar sobre el significado de lo antiguo y lo moderno, resulta ¨²til entonces caminar por el barrio de Plaka, tomar una cerveza o una retsina en alguna de sus tabernas y si despunta el apetito, saciarlo con un sabroso suvlaki o con la ensalada de queso feta pimentada del siempre lleno Thanassis, a dos pasos de la plaza de Monastiraki.
Hasta aqu¨ª el cuadro de la Atenas de siempre. La novedad reside en que en estos ¨²ltimos meses, aunque pareciera imposible, los atractivos de la capital griega se han multiplicado. El emblema de esa transformaci¨®n positiva es el nuevo Museo de la Acr¨®polis, pero a su lado, y con una importancia comparable, se encuentran hitos tales como el Museo Bizantino o el broche tambi¨¦n final al Museo Arqueol¨®gico con la sala de Chipre. Y siguen estando ah¨ª, a dos pasos del Bizantino, dos museos de historia griega procedentes de grandes colecciones particulares, el Benaki y el de Arte Cicl¨¢dico. La b¨²squeda de lo nuevo puede ser prolongada con la visita a las estaciones de metro que exhiben hallazgos realizados durante la construcci¨®n del suburbano.
La joya de la corona de esta Atenas muse¨ªstica es el nuevo Museo de la Acr¨®polis, inaugurado a finales de junio de 2009. El espectacular edificio, proyectado por Bernard Tschumi, alberga el resultado de las excavaciones llevadas a cabo en sus cercan¨ªas, as¨ª como las colecciones antes expuestas en el reducido museo situado anteriormente en el interior del recinto sagrado. La mayor¨ªa de las piezas fundamentales exhibidas se encontraban en su predecesor, ¨²til asimismo para un tiempo de reposo huyendo del sol imperante buena parte del a?o en la explanada del Parten¨®n. Solo que ahora el despliegue en un mayor espacio hace posible una contemplaci¨®n incomparablemente mejor de la riqu¨ªsima estatuaria que arranca de los kuroi y culmina en las cari¨¢tides rescatadas del Erectei¨®n para preservarlas del desgaste meteorol¨®gico. En la planta superior, la reconstrucci¨®n con elementos originales del friso expoliado del Parten¨®n evoca la principal ausencia.
Colecci¨®n de iconos
La historia del Museo Bizantino inaugurado en mayo es bien diferente. Al visitante del pasado se le ofrec¨ªa ante todo una notable colecci¨®n de iconos, donde destacaban los del renacimiento pale¨®logo, en la agon¨ªa de Bizancio. Observable ya en la apertura parcial de 2004, el planteamiento es otro, aunque los iconos sigan constituyendo la espina dorsal de la exposici¨®n permanente. Se trata de convertir al arte en factor explicativo de los cambios y de las continuidades registradas en una evoluci¨®n m¨¢s que milenaria. Desde la sorpresa inicial del Jes¨²s fil¨®sofo que simboliza el engarce de la nueva fe con el mundo pagano hasta el complejo de salas ahora abiertas de Bizancio despu¨¦s de Bizancio, que responde con rigor e imaginaci¨®n al criterio de que "el arte no es solo un fen¨®meno est¨¦tico, sino la evidencia de una cultura". De ah¨ª el papel fundamental que representa la contextualizaci¨®n, sabiamente dosificada: est¨¢ el documento por el que Andr¨®nico II ofrece a Cristo un nuevo monasterio y tambi¨¦n la carta del sult¨¢n que corrige los excesos ejercidos por sus delegados sobre sus s¨²bditos griegos. El esplendor de la pintura cretense y de las islas J¨®nicas despu¨¦s de 1453 es reflejado con cenit en los iconos de Miguel Damaskinos y en la enorme expresividad de obras tales como el ascenso del profeta El¨ªas, cuyos caballos rojos son el emblema adoptado ahora por el museo. M¨¢s adelante, con una sumisi¨®n cada vez m¨¢s amplia al poder otomano, va configur¨¢ndose la identidad helena.
Con la sala chipriota inaugurada hace unos meses parece haberse completado la planta superior del Museo Arqueol¨®gico Nacional. De modo definitivo ha quedado reducida la presencia de los frescos de Santorini, procedentes de las excavaciones efectuadas en la isla y que anta?o estuvieran reunidos en una ¨²nica sala. Semidestruida por una de las grandes erupciones volc¨¢nicas de la historia hacia el 1500 antes de Cristo, Santorini nos leg¨® una fascinante serie de estampas de fondo religioso, pero de ejecuci¨®n entre realista y simb¨®lica, como las de las ni?as boxeando, el pescador o la procesi¨®n mar¨ªtima. Tres quedan en Atenas, habiendo pasado el resto al Museo de Prehistoria en la isla, con algunas a¨²n en restauraci¨®n. No menos fascinante es la cer¨¢mica, con viv¨ªsimas representaciones animales, superiores las de Santorini a las guardadas en Atenas, y unas jarras de gran elegancia, a medias antropom¨®rficas y zoom¨®rficas, donde la boca sugiere el pico del ave, mientras sobre la lisura del cuerpo resalta la belleza de unos inolvidables pezones negros.
El recorrido por la Atenas monumental puede tener un ep¨ªlogo singular. El monasterio de Dafn¨ª, a 11 kil¨®metros de la capital. Sufri¨® graves quebrantos por un terremoto en 1999 y desde entonces cerr¨® sus puertas para los trabajos de restauraci¨®n. Como cerrado figura en las gu¨ªas. Sin embargo, el acceso individual est¨¢ autorizado a un interior convertido en bosque met¨¢lico que impide la visi¨®n de algunos de sus mejores mosaicos del siglo XI, pero que como compensaci¨®n permite al visitante aproximarse por las escaleras de acero a los espl¨¦ndidos mosaicos de fondo ¨¢ureo en la c¨²pula. Ver de cerca el grandioso pantocr¨¢tor o el c¨ªrculo subyacente de los 16 profetas constituye un privilegio que se perder¨¢ cuando felizmente Dafn¨ª recupere su aspecto original.
GU?A
C¨®mo ir
? Iberia (www.iberia.com) vuela directo a Atenas desde Madrid, ida y vuelta a partir de 178 euros, todo incluido.
? Aegean Air (www.aegeanair.com). Directo a Atenas desde Madrid, ida y vuelta a partir de 181,25 euros, precio final.
? Greco Tour (www.grecotour.com). Agencia de viajes de Madrid especializada en Grecia.
Visitas
? Museo de la Acr¨®polis (www.theacropolismuseum.gr). Calle de Dionysiou Areopagitou. Abre de martes a domingo, de 8.00 a 20.00. Entrada, 5 euros.
? Museo Bizantino (www.byzantinemuseum.gr). Vasilissis Sofias, 22. De martes a domingo, de 8.00 a 20.00; lunes, de 13.30 a 20.00. Entrada, 4 euros.
? Museo Arqueol¨®gico Nacional (www.namuseum.gr). Avenida Patsion, 44. De martes a domingo, de 8.00 a 20.00; lunes, de 13.30 a 20.00. Entrada, 7 euros.
Informaci¨®n
? Oficina de turismo de Atenas (www.breathtakingathens.com).
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