La felicidad de uno de Bilbao

"No he llegado a tener una relaci¨®n sentimental con Quentin Tarantino a pesar de que lo he intentado. Como compensaci¨®n me ha dado dos premios", soltaba un euf¨®rico Alex de la Iglesia 10 minutos despu¨¦s de llevarse dos premios gordos y poner a la Mostra a sus pies. El payaso nunca hab¨ªa tenido una noche tan grande: Balada triste de trompeta se llev¨® los premios a mejor gui¨®n y direcci¨®n y a De la Iglesia se le sal¨ªa el coraz¨®n por la montura de las gafas. El realizador de Bilbao abandona la Mostra con la satisfacci¨®n del deber cumplido y con una historia de amor disfrazada de f¨¢bula oscura y terror¨ªfica conquista el Olimpo de los leones: se lleva el de plata a casa, envuelto para regalo, con una sonrisa tan grande que la barba parec¨ªa no caberle en la cara. El cineasta se lo merece, especialmente por tener los bemoles de entregar una pel¨ªcula semejante sin que en ning¨²n momento le haya traicionado el miedo esc¨¦nico, sin arredrarse ni plegarse a m¨¢s ley que la suya, la del tipo con m¨¢s personalidad del moderno cine espa?ol. "En este festival se premia al mejor coctelero. El truco est¨¢ en mezclar los elementos bien. Todos somos farsantes, porque todos disfrutamos de copiar de otros. Eso es la posmodernidad".

"Como no me he liado con Tarantino, ¨¦l me lo compensa con dos premios"

El vasco ha guardado las formas cuando ha recogido el premio al gui¨®n ("Qu¨¦ bonito es", dijo mir¨¢ndolo), pero se abandon¨® a la fiesta cuando Guillermo Arriaga explic¨®: "Odiamos a los payasos pero este hombre nos ha hecho amarlos". Con su traje negro por bandera, Alex de la Iglesia grit¨®: "?Por el amor de Dios, much¨ªsimas gracias! Estos d¨ªas en Venecia han sido los mejores de mi vida". Su discurso no fue muy largo, aunque s¨ª intenso.

Otra cosa que ha quedado clara es que Quentin Tarantino manda, y mucho. Y es que el icono estadounidense ha repartido los galardones cortando ¨¦l la pana: su ex novia, Sofia Coppola, se ha llevado el Le¨®n de Oro; su padrino y mentor Monte Hellman se ha llevado un Le¨®n especial a su contribuci¨®n art¨ªstica; y su amigo Vincent Gallo ha mojado por partida doble. Tarantino ha sido el hombre-orquesta de la ceremonia y, a pesar de que es dudoso que nombres como Danny Elfman o Guillermo Arriaga se hayan plegado a sus deseos, no es menos cierto que su ascendencia habr¨¢ sido inmensa.

La cuesti¨®n es que al final los pron¨®sticos fueron buenos y de la terna que todos consideraban dignos de optar al Le¨®n de Oro finalmente fue Sofia Coppola la que se llev¨® el gato (le¨®n en este caso) al agua. Su Somewhere, la historia de un actor venido a menos cuya vida da la voltereta y vuelve a ponerse en pie con la visita de su hija de 11 a?os, conquist¨® a algunos -que no a todos- aunque no encabezaba las quinielas. Sin embargo, su excelente pel¨ªcula acab¨® sac¨¢ndole varias cabezas al resto de favoritos y cruz¨® la l¨ªnea de meta sin necesidad de mirar atr¨¢s. El suyo es un galard¨®n merecido a una pel¨ªcula con detalles deliciosos y sin miedo de resultar contemplativa, algo sumamente extra?o pero que se agradece sobremanera. Cine raro, lento, pero aut¨¦ntico e impecable. "El Le¨®n de Oro ha sido un¨¢nime. Esta pel¨ªcula nos encant¨® desde el primer momento y luego creci¨® en nuestros corazones [...] cuando nos pregunt¨¢bamos qu¨¦ est¨¢bamos buscando en el Le¨®n de Oro siempre acab¨¢bamos hablando de ella. Tengo que decir que es un tremendo honor dar este premio a Sofia Coppola", pontificaba Tarantino, ech¨¢ndole un poco de emoci¨®n y un mucho de teatro. Luego abraz¨® a la ex y aplausos.

Antes se hab¨ªa entregado la Copa Volpi al mejor actor. El galard¨®n fue una aut¨¦ntica sorpresa y es que lo de Vincent Gallo casi parece una broma; cierto es que el actor lo daba todo en su talib¨¢n a la fuga de Essential killing, pero Stephen Dorff o Paul Giamatti le daban mil vueltas. Por supuesto, el actor no subi¨® a recoger el premio ni cuando el director del filme, Jerzy Skolimowski, y le desafi¨® desde el escenario a dar la cara, y es que Gallo y el circo siempre van de la mano. Eso s¨ª, al menos el jurado tuvo el buen gusto de premiarlo por esta pel¨ªcula y no por su otra aportaci¨®n al s¨¦ptimo arte, Promises writen in water, que aparec¨ªa como la peor valorada en todos los listados de los cr¨ªticos de la Mostra: menos mal que en eso estamos todos de acuerdo.

Essential killing tambi¨¦n se alz¨® con el premio especial del jurado y Skolimowski volvi¨® a subir al escenario para ponerse metaf¨ªsico: "Dios me avis¨® de que mantuviera mi discurso al m¨ªnimo, pero el diablo me dijo que nombrara a toda la gente que ha colaborado conmigo en esta pel¨ªcula". A continuaci¨®n recit¨® el listado de todos los que le hab¨ªan llevado por el buen camino y solucionado.

Mientras Tarantino segu¨ªa pegando gritos y sonriendo a carcajadas, un pel¨ªn pasado de vueltas, se anunciaba la Copa Volpi a mejor actriz. Este premio fue probablemente el m¨¢s inesperado de la noche, y se lo llev¨® la francogriega Ariane Labed por la pel¨ªcula griega Attenberg, en su papel de lun¨¢tica introvertida obsesionada con los documentales de Richard Attenborough. La chica en cuesti¨®n vive de las clases de sexo que le imparte su mejor amiga hasta que un d¨ªa un extra?o irrumpe en su vida y todo se va al garete, como acostumbra a suceder. Labed se deshizo por el camino de Natalie Portman y hasta de la mism¨ªsima Catherine Deneuve. No es que la chica lo hiciera mal, ni mucho menos, pero Portman se la com¨ªa con patatas.

Faltaba un premio gordo y ese fue para Monte Hellman, el padrino de Tarantino, el hombre que en 1992 le produjo Reservoir dogs y que se presentaba en Venecia con el aura de rebelde que le ha acompa?ado desde sus tiempos tortuosos con Jack Nicholson. Hellman subi¨® al escenario, se fundi¨® en un abrazo con su hijastro Tarantino y empu?¨® el premio: "Todo lo que puedo decir es que habiendo sido el m¨¢s viejo en competici¨®n debo entender con este premio que est¨¢is tratando de matarme. Esta pel¨ªcula es mi primera pel¨ªcula. Todo lo que hecho hasta ahora solo ha sido una preparaci¨®n para esto". La verdad es que Tarantino se lo hab¨ªa puesto dif¨ªcil, al describirle como "gran artista y poeta minimalista".

Esto es lo que dio de s¨ª la noche m¨¢s espa?ola de Venecia en a?os, donde por una vez lo de "vencedor moral" es una verdad como un templo. El vencedor moral, que quede claro, ha sido un tipo con zapatones, nariz roja y del mismo Bilbao.