Un fiasco may¨²sculo
Un H¨¦rcules fenomenal derrota merecidamente a un Bar?a v¨ªctima de sus concesiones
Al Bar?a le atropell¨® un cami¨®n en el Camp Nou mientras descansaba en la hamaca de su triunfal salida a Santander y sonaba el micr¨®fono reivindicativo de Mourinho en el Bernab¨¦u. Hab¨ªa quien ya daba incluso la Liga por ganada desde la goleada de El Sardinero de la misma manera que hoy se cuentan quienes piensan que puede perderse como ya pas¨® el a?o de Ronaldo, el curso 1996-97, cuando el H¨¦rcules le gan¨® los dos partidos al equipo que entonces entrenaba Robson.
Aquel equipo imparable que hace 15 d¨ªas debut¨® en el campeonato qued¨® ayer paralizado ante un reci¨¦n ascendido que si no alcanz¨® la goleada fue por m¨¦rito del portero Vald¨¦s. No se hab¨ªa visto nada igual desde que Lo Pelat marc¨® dos goles con el Espanyol en febrero de 2009. Irreconocibles y aturdidos, los azulgrana encajaron con deportividad una derrota especialmente dolorosa porque ayer, adem¨¢s, era fiesta grande en Catalu?a, la Diada nacional, y los Segadors sonaron tambi¨¦n en el Camp Nou.
BARCELONA 0 H?RCULES 2
Barcelona: Vald¨¦s; Adriano (Alves, m. 57), Piqu¨¦, Abidal, Maxwell; Iniesta, Mascherano (Xavi, m. 46), Keita; Bojan (Pedro, m. 46), Messi y Villa. No utilizados: Pinto; Milito, Busquets y Jonathan.
H¨¦rcules: Calatayud; Cort¨¦s, Abraham Paz, Paramot, Pe?a; Tiago G¨®mez (Tote, m. 74), Abel Aguilar, Fritzler, Drenthe (Senoda, m. 61); Valdez (Kiko Femenia, m. 65) y Trezeguet. No utilizados: Velthuizen; Rodr¨ªguez, Rufete y Portillo.
Goles: 0-1. M. 26. Valdez, despu¨¦s de un rechace a la salida de una falta. 0-2. M. 57. Valdez remata un centro de Tiago.
?rbitro: Velasco Carballo. Amonest¨® a Mascherano, Adriano, Trezeguet y Drenthe.
Camp Nou: 79.363 espectadores.
Ocurre que el equipo de Guardiola nunca fue reivindicativo, jam¨¢s se le dieron bien los remontes, sino que siempre le gust¨® llevar la iniciativa. Ayer no tuvo el control del partido y a veces ni siquiera dispuso de la pelota, sino que no sali¨® del bander¨ªn de c¨®rner, se?al de que atac¨® muy mal mientras que el H¨¦rcules se defendi¨® muy bien. El plantel del Boquer¨®n Esteban, un viejo conocido del barcelonismo, cuadr¨® un encuentro perfecto, y hasta cierto punto reivindicativo, porque desde hace un tiempo en el Camp Nou solo se habla del dream team y se ningunea a personajes igualmente hist¨®ricos de la casa.
Los azulgrana extra?aron demasiadas cosas, desde el horario in¨¦dito -las seis de la tarde- hasta la alineaci¨®n, especialmente rebuscada por m¨¢s que mediara el virus FIFA y un par¨®n de 15 d¨ªas. A Guardiola le dio por mantener a Abidal de central, reservar a Alves, Puyol, Xavi y Busquets, futbolistas que tocan de memoria, y poner en escena a los fichajes, jugadores como Adriano, Villa y Mascherano, m¨¢s pendientes de su estreno, de no meter la pata si acaso, que del juego colectivo. A la que el t¨¦cnico se corrigi¨®, ya era demasiado tarde. El H¨¦rcules estuvo m¨¢s cerca de la goleada que el Barcelona de darle la vuelta al marcador.
Los barcelonistas perdieron armon¨ªa, sincronizaci¨®n y velocidad y a los alicantinos les result¨® relativamente c¨®modo proteger a su portero. Apenas concedieron ocasiones, porque cerraron muy bien los pasillos interiores y obligaron al contrario a jugar por fuera en situaciones de inferioridad, de dos contra uno, muy forzadas. A los laterales y extremos azulgrana siempre les aguardaba una doble marca mientras Iniesta y Messi apenas entraron en juego.
El v¨¦rtigo del H¨¦rcules en cada una de sus selectivas salidas contrast¨® con el cansino f¨²tbol barcelonista, poco fluido, muy lento. El juego azulgrana era tan acad¨¦mico como pastoso, f¨¢cil de responder para el trabajado grupo de Esteban. Los focos del partido se situaron para desdicha del Bar?a en los pies de Mascherano. El jefecillo tom¨® una tarjeta amarilla al poco de empezar y poco despu¨¦s choc¨® con Drenthe. El argentino concedi¨® la falta que Valdez remach¨® en una acci¨®n mal defendida por la falta de altura azulgrana: Drenthe colg¨® el bal¨®n, Aguilar lo descolg¨®, Abraham Paz se interpuso ante la salida de Vald¨¦s y Valdez empuj¨® a la red.
El Bar?a se encontr¨® de forma sorprendente ante un gui¨®n desconocido en el estadio y no tuvo respuesta, como es costumbre por otra parte, cuando le ha ocurrido fuera de casa. Aunque Guardiola recuper¨® la convencionalidad con la presencia de Xavi y Pedro, el equipo no cogi¨® el hilo del partido y qued¨® expuesto al contragolpe del H¨¦rcules, que resolvi¨® con un segundo gol de Valdez. Mal dise?ado y mal acabado, el equipo barcelonista se perdi¨® y no entr¨® en juego. No lleg¨® a tiempo de nada, siquiera de recuperar su identidad, v¨ªctima de un rosario de calamidades y concesiones. Vulnerable, falto de ritmo e ingenio, pen¨® en la elaboraci¨®n, desnaturalizado, sin pies ni cabeza.
A veces parece que en determinados partidos el Bar?a pierde naturalidad, sin que medie raz¨®n, y act¨²a forzado, condicionado por sus decisiones. Ayer se complic¨® la vida sin necesidad y cuando repar¨® en el partido, el H¨¦rcules ya cantaba victoria. No fue el mejor d¨ªa de Guardiola, ni de Iniesta, ni de Messi, de los mejores. Acostumbrados a ganar, cada derrota suena a una cat¨¢strofe.
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