Noruega 4 - Espa?a 20
Zapatero defiende en Oslo las reformas para luchar contra un paro del 20%, sin comparaci¨®n en los pa¨ªses ricos - Se re¨²ne con Strauss-Kahn antes de la cumbre
Noruega es el lugar adecuado para una cumbre internacional del paro: el desempleo ha crecido a toda velocidad desde el inicio de la crisis. Casi se ha duplicado. Alcanza ya el 3,8% -un impactante 3,8%- de la poblaci¨®n activa: menos de la mitad que la media de los pa¨ªses desarrollados (nombre art¨ªstico del club de los ricos, la OCDE), que roza el 10%. Espa?a juega en otra liga: el desempleo supera el 20%. Y subiendo.
El paro es un mal extendido de forma muy desigual alrededor del mundo. Pero su evoluci¨®n desde el inicio de la crisis puede resumirse a trav¨¦s de un relato con tres protagonistas: Espa?a, Noruega y Brasil. Esta es una crisis de ricos: la econom¨ªa brasile?a (la de los emergentes en general) no solo la ha capeado bien, sino que el paro incluso se ha reducido notablemente. Noruega es un caso muy distinto, casi una excepci¨®n en el mundo rico. Hizo los deberes a su debido tiempo y por eso apenas not¨® la crisis financiera y apenas est¨¢ sufriendo la crisis econ¨®mica; el paro no ha dejado huella. En el otro extremo, justo al otro lado, est¨¢ Espa?a. El presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero asistir¨¢ a la cumbre de Oslo para defender su gesti¨®n con los peores n¨²meros del mundo desarrollado: la crisis se ha llevado por delante 2,7 millones de empleos -seg¨²n un documento del FMI y la OIT que se discutir¨¢ en la reuni¨®n- m¨¢s de la mitad de ellos en el sector inmobiliario.
La cumbre contar¨¢ con destacados l¨ªderes pol¨ªticos y sindicales
Moncloa sostiene que la respuesta a la crisis fue adecuada y ahora toca ajustar
Hay buenas razones para que la salida de la actual crisis de empleo sea m¨¢s lenta para la econom¨ªa espa?ola. Con el revent¨®n del ladrillo hay una reasignaci¨®n pendiente de recursos de mayor envergadura en Espa?a que en otros lados. En ese proceso es donde la flexibilidad del aparato productivo entra en juego. Y Espa?a no es precisamente un dechado de virtudes en ese aspecto. "Tras la crisis de los noventa, el desempleo tard¨® 13 a?os en alcanzar la media europea, y eso con un crecimiento veloz. Eran los a?os del proyecto europeo: ahora falta esa ilusi¨®n, y no es probable que el empleo vuelva a niveles anteriores a la crisis hasta dentro de una d¨¦cada, aunque el ministro de turno d¨¦ un plazo inveros¨ªmil de cuatro a?os", ataca el economista Juan Jos¨¦ Dolado.
Zapatero defender¨¢ en Oslo que hizo lo apropiado cuando estall¨® la crisis. En ese momento elev¨® la cobertura del paro y activ¨® pol¨ªticas de est¨ªmulo, recogiendo el guante del G-20. Y que ha llegado el momento de los ajustes: recorte del d¨¦ficit, de infraestructuras, recorte incluso del gasto social, una de las se?as de identidad de su Gobierno. "Llega tambi¨¦n la hora de las reformas: en el mercado laboral se trata de dar m¨¢s flexibilidad, aportar capacidad de resistencia ante las crisis (en l¨ªnea con modelos como el alem¨¢n o el austriaco: modificaciones salariales y de la jornada, para que el ajuste no llegue siempre v¨ªa despidos) y un plan para mejorar las pol¨ªticas de b¨²squeda de empleo y de formaci¨®n", explican desde Moncloa. Zapatero se reunir¨¢ con el director gerente del FMI, Dominique Strauss-Kahn, y ser¨¢ una de las figuras destacadas de la cumbre, a la que asistir¨¢ tambi¨¦n una extensa n¨®mina de pol¨ªticos y sindicalistas.
El presidente llega a Noruega con los sindicatos en pie de guerra por la reforma laboral. "La reforma no satisface a nadie: ni a los mercados, ni a quienes ped¨ªan un contrato ¨²nico, ni a quienes quer¨ªan flexibilidad. Hay un cierto recorte del coste del despido, una reducci¨®n de los niveles de protecci¨®n de los trabajadores con resultados ambiguos para las empresas y nulos en generaci¨®n de empleo. Ni siquiera est¨¢ claro que reduzca la temporalidad. Y sobre todo acaba con la paz social", critica el economista Santos Ruesga. "La reforma era imprescindible, pero tal vez ha sido demasiado apresurada: cuando una casa arde suele haber poco tiempo para dialogar. Hay medidas discutibles, pero los problemas de Espa?a exigen cambios profundos", a?ade Philippe Egger, de la OIT. Oslo evaluar¨¢ ma?ana la pol¨ªtica laboral de Zapatero. Para el examen final -el 29-S- faltan poco m¨¢s de dos semanas. Septiembre tiene esas cosas.
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