La Diada certifica el fin de la etapa del tripartito en Catalu?a

La Diada del Onze de Setembre celebrada ayer mostr¨® que en Catalu?a ha llegado la hora del s¨¢lvese quien pueda. Finiquitada definitivamente la unidad en torno a la defensa del Estatuto recortado por el Tribunal Constitucional, las fuerzas que gobiernan la Generalitat, socialistas, republicanos y ecosocialistas, se vio claramente que la hora del tripatito, al menos en su actual configuraci¨®n, ha tocado a su fin. Los socialistas se quedaron solos en defensa del discurso institucional del presidente de la Generalitat, Jos¨¦ Montilla, quien alert¨® el jueves contra las "pulsiones separadoras" entre Catalu?a y el resto de Espa?a. Nadie, y mucho menos sus socios de Esquerra Republicana, suscribieron las palabras del presidente. "El discurso fue demasiado partidista", dijo el l¨ªder de ERC, Joan Puigcerc¨®s, para quien el presidente ha ido demasiado lejos en su campa?a para combatir el auge del independentismo.

A dos meses y medio para las elecciones catalanas , ning¨²n partido, tampoco los socios del tripartito, se esforzaron en buscar un m¨ªnimo com¨²n denominador en defensa del Estatuto. Todos abundaron en sus diferencias y Converg¨¨ncia i Uni¨® volvi¨® a inflar el globo del soberanismo al que recurre cada a?o por estas fechas. "Independencia o decadencia", proclam¨® el n¨²mero dos de Converg¨¨ncia, Felip Puig, tras semanas de coqueteo de Artur Mas con el "derecho a decidir".

Los socialistas arroparon a Montilla en su intenci¨®n de agrupar todo el voto catalanista no independentista. El todav¨ªa ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, se estren¨® en la precampa?a present¨¢ndose como la garant¨ªa de que el PSC est¨¢ en contra de "desenchufar Catalu?a de Espa?a". Casi a la misma hora, Jordi F¨¤brega, alto cargo del Gobierno catal¨¢n, desafiaba a Montilla protagonizando un acto de quema p¨²blica de un decreto de Nueva Planta, la orden que acab¨® con las instituciones catalanas tras la ca¨ªda de Barcelona ante las tropas borb¨®nicas en 1714. En la manifestaci¨®n independentista de la tarde tambi¨¦n se quem¨® una foto del Rey y la Constituci¨®n. Con la habitual divisi¨®n de platafrormas, no estuvo muy concurrida (14.000, seg¨²n los organizadores y 9.000 a juicio de la Guardia Urbana). Fue una jornada tranquila. En el monumento a Rafael Casanova, el p¨²blico que quer¨ªa seguir la ofrenda de partidos e instituciones fue ubicado a 300 metros de distancia.