Adi¨®s al mordaz antiburgu¨¦s

Claude Chabrol, uno de los cineastas clave de Francia y de Europa, miembro de la legendaria generaci¨®n de directores que conform¨® la Nouvelle Vague, muri¨® ayer en Par¨ªs a la edad de 80 a?os. Hab¨ªa nacido tambi¨¦n en esta ciudad, en una familia acomodada de farmac¨¦uticos, aunque sus mejores filmes acuchillaron el alma de la burgues¨ªa de provincias. Toda Francia record¨® ayer su iron¨ªa, su hedonismo y los afilados retratos de esos burgueses provincianos que ha dejado en sus obras. Las emisoras de radio y las cadenas de televisi¨®n se poblaron tambi¨¦n de viejas entrevistas llenas de su gran humanidad. En buena parte de ellas el cineasta -y el entrevistador- terminan parti¨¦ndose de risa.

Seg¨²n Huppert, "ten¨ªa una mirada de inteligencia implacable, l¨²cida"

Chabrol realiz¨® m¨¢s de 60 pel¨ªculas para el cine -y una veintena para la televisi¨®n-, entre las que se cuentan algunas obras maestras para la filmograf¨ªa europea como El bello Sergio (1957), Los primos (1958), La mujer infiel (1968), El carnicero (1970), Un asunto de mujeres (1988), La ceremonia (1995) o La flor del mal (2002), entre otras. El presidente de la Rep¨²blica, Nicolas Sarkozy, haci¨¦ndose eco del dolor general del pa¨ªs, lo defini¨® as¨ª: "Ten¨ªa de Balzac la finura de su retrato social; de Rabelais, su humor, y seguramente tambi¨¦n su truculencia. Pero sobre todo fue ¨¦l mismo, tanto en sus pel¨ªculas como en la vida".

Como artista, comenz¨® sin embargo en las ant¨ªpodas, estudiando Farmacia y Filosof¨ªa y Letras, pero su amor al cine pudo m¨¢s. En 1953, cuando ten¨ªa 23 a?os, tras frecuentar el cineclub del Barrio Latino animado por Eric Rohmer, se incorpor¨® a la redacci¨®n de la revista Cahiers du Cin¨¦ma, entrando en contacto por esa ¨¦poca con los otros componentes de la Nouvelle Vague: Fran?ois Truffaut, Jean-Luc Godard o el citado Rohmer.

Una copiosa herencia de la que por entonces era su mujer le permiti¨® llevar a cabo su primer filme en 1957, El bello Sergio, en el que un joven regresa a casa para encontrar a su h¨¦roe de infancia convertido en un alcoh¨®lico irrecuperable. Con ella obtuvo el premio a la mejor direcci¨®n en el Festival de Locarno y el Jean Vigo del a?o siguiente. Los primos, rodada en 1958, consigui¨® el Oso de Oro del Festival de Berl¨ªn. En mayo de 1959 rod¨® Una doble vida, con la que su protagonista, Madeleine Robinson, gan¨® la Copa Volpi a la mejor interpretaci¨®n femenina del Festival de Venecia.

Desde entonces, y como recordaba el diario Le Figaro, Chabrol "tratar¨ªa el cine con una pasi¨®n irreverente, mezclando arte y comercio, profundidad y facilidad, erudici¨®n y broma", desplegando una actividad descomunal.

Ecl¨¦ctico, prol¨ªfico, cult¨ªsimo, lector omn¨ªvoro, muy trabajador, muy amigo de sus actores y de la gente, Chabrol elabor¨® a un ritmo endiablado sus m¨¢s de 80 pel¨ªculas. Supo, como recordaron ayer muchos comentaristas, diseccionar las miserias de la peque?a burgues¨ªa. Pero tambi¨¦n hizo pel¨ªculas hist¨®ricas, o sociales o truculentas, inspiradas directamente en sucesos famosos o en novelas policiacas, de las que era muy aficionado.

En 1979 estren¨® Prostituta de d¨ªa, se?orita de noche, en la que retrat¨® a una conocida asesina que en los a?os treinta hab¨ªa envenenado a sus padres. Encarg¨® el papel principal a Isabelle Huppert, que a partir de entonces se convertir¨ªa en su actriz fetiche. Ayer, Huppert, en una entrevista radiof¨®nica, record¨® sus rodajes con ¨¦l: "No me filmaba como una mujer objeto del deseo, sino como si fuera su hija, siempre de una manera simple, ¨ªntima, muy dulce". Tal vez porque a ella no la defini¨® como a Emmanuelle B¨¦art tras el rodaje de El infierno: "Cara de ¨¢ngel, cuerpo de puta". Huppert asegur¨® que su mirada como cineasta era "ir¨®nica, l¨²cida, dotada de una inteligencia implacable". Y a?adi¨®: "Pero lo m¨¢s importante era su inmenso humanismo. Alguien capaz de ver lo malo de la sociedad, o lo menos malo, pero de recogerlo todo a trav¨¦s de un gran humanismo. Era alguien, en el fondo, profundamente bueno". Thierry Fr¨¦maux, director del Festival de Cannes, se?al¨® que a sus 80 a?os "continuaba trabajando con la misma energ¨ªa de siempre, de modo que daba la impresi¨®n de que iba a seguir ah¨ª siempre". Y con ganas de viajar: ya hab¨ªa anunciado su presencia en la pr¨®xima Seminci, el certamen de Valladolid, donde iba a recibir la Espiga de Oro a finales de octubre y a inaugurar el ciclo Universo Chabrol. Aun sin su presencia, el homenaje se mantendr¨¢.

Simp¨¢tico, accesible, amante de los sudokus y de ver la televisi¨®n, era un gastr¨®nomo capaz de emplazar un largometraje por los restaurantes que hubiera alrededor. De hecho, ayer, algunos actores recordaban que en los rodajes de sus pel¨ªculas no hab¨ªa bocadillos y el servicio de catering a las once de la ma?ana estaba acorde con el enorme apetito y el delicado paladar del director.

G¨¦rard Depardieu rod¨® con ¨¦l solo una vez, y ha sido en su pel¨ªcula p¨®stuma (ten¨ªa el siguiente proyecto ya en mente): Bellamy. Ayer, el actor defini¨® as¨ª a Chabrol: "Claude era la alegr¨ªa de vivir, ten¨ªa ese amor por la comida, por compartir, lo ten¨ªa todo: la historia del cine y la pasi¨®n, pero tambi¨¦n la infancia, el placer y la risa".