Cuando la leche es el caramelo
Las distribuidoras saben que vender el cart¨®n barato perjudica al productor, pero induce al consumidor a pensar que todo el supermercado ofrece gangas
Tiran cartones, se desga?itan contra las marcas comerciales, bloquean el paso de camiones hacia las industrias. El archivo del sector l¨¢cteo gallego est¨¢ plagado de im¨¢genes de ganaderos desesperados reclamando precios justos por la materia prima que sale de las mamas de sus reses. Por ahora en Europa no se ha inventado otra forma de protestar. Lo hacen los franceses y los holandeses siempre que se ven acorralados. Este verano les ha vuelto a tocar a los gallegos, que han sufrido en sus huesos la desaparici¨®n de 20.079 granjas en los ¨²ltimos diez a?os.
La puntilla puede venir con el fin del r¨¦gimen de cuota l¨¢ctea impuesta por Bruselas. Naci¨® como un sistema para regular la oferta, pero las exiguas asignaciones a Espa?a, que acababa de entrar en la Comunidad Europea y todav¨ªa no hab¨ªa modernizado el sector, empujaron a desaprensivos a innundar el mercado con excedentes de leche negra en la d¨¦cada de los noventa. Muchas explotaciones se propusieron entonces comprar cuota para poder vender. Ahora tienen que pagar los cr¨¦ditos de esa inversi¨®n a sabiendas de que no les servir¨¢ de nada dentro de cuatro a?os.
El error es que la industria se centre en producir para marcas blancas
"La Xunta no quiere intervenir", asegura el ex director de Medio Rural
?Hay salida? "Los precios tan bajos que se pagan a los productores tienen que ver con una industria transformadora centrada en la leche l¨ªquida, la marca blanca, y con una distribuci¨®n que la utiliza como reclamo". Edelmiro L¨®pez, ex director xeral de Desenvolvemento Rural con el bipartito y profesor de la Universidade de Santiago, habla de una cadena l¨¢ctea desestructurada, una selva donde no hay negociaci¨®n abierta de precios. Y de un gobierno, el gallego, "que por una parte no quiere intervenir y por otra pide al Gobierno de Zapatero un golpe en la mesa". Al igual que su compa?ero de departamento, el tambi¨¦n profesor Francisco Sieiro, cree que la distribuci¨®n est¨¢ utilizando el brick en los supermercados como gancho para inducir a pensar a los consumidores que el resto de los productos tambi¨¦n son baratos. No importa que sus m¨¢rgenes comerciales se reduzcan en cada cart¨®n a niveles rid¨ªculos. Lo que no se gana por un lado se rentabiliza en otros productos.
Seg¨²n Uni¨®ns Agrarias, los ganaderos gallegos est¨¢n vendiendo el litro de leche en la franja de los 28 c¨¦ntimos de euro, lo que significa que soportan los precios m¨¢s bajos de todas las comunidades productoras espa?olas. S¨®lo este verano sus ingresos ca¨ªan una media del 13%, lo que supone el desplome de la renta anual en 14.465 euros. El a?o pasado, ante una crisis similar, productores, transformadores y distribuidores acordaron poner fin a la pol¨ªtica de abusos implantando contratos estables, que establecen un precio referenciado seg¨²n los mercados europeos, recogen indemnizaciones en caso de incumplimientos y garantizan la seguridad alimentaria. Los incumplimientos de la industria convirtieron el acuerdo en papel mojado.
Por la din¨¢mica propia de la Galicia, las explotaciones no tienen el tama?o suficiente para asegurarse sus propios forrajes. "Un error, hay que actuar en los costes de producci¨®n", se?ala L¨®pez. Bajo su mandato en la Conseller¨ªa de Medio Rural impuls¨® el Banco de Terras, un sistema para facilitar que los propietarios de terrenos yermos los alquilen a productores y as¨ª puedan cosechar cereales con que alimentar el ganado. "En Galicia las tierras r¨²sticas est¨¢n en manos de 1,7 millones de propietarios, 50.000 recibe pagos de la PAC y cientos de miles no las trabajan", insiste alarmado. Ese mecanismo arranc¨® a medio gas por la desconfianza de los propietarios por la p¨¦rdida de derechos o la falta de garant¨ªas en el cobro. Sin embargo, desde la USC alertan de que la din¨¢mica del envejecimiento est¨¢ provocando el abandono de la agricultura y, de rebote, alimenta otros fen¨®menos, como los incendios forestales.
Otros investigadores, como Xabier Sim¨®n, de la Universidade de Vigo, enlazan la soluci¨®n con el concepto de soberan¨ªa alimentaria, acu?ado a mediados de la d¨¦cada de los noventa. "Si ya estamos innundados de productos de otros mercados, la progresiva liberalizaci¨®n jugar¨¢ en contra de las explotaciones gallegas", alerta. Para enfrentar el problema apuesta por las redes locales de consumo responsable, lo que en la pr¨¢ctica equivale a estimular la compra de productos que se hayan cultivado cerca de casa. El "kil¨®metro cero", slow food como reacci¨®n al fast food para asegurar un poco m¨¢s de calidad y reducir el impacto medioambiental.
Desde el campo sindical, Uni¨®ns Agrarias reclama que se de a la alimentaci¨®n el mismo trato preferente que se le da, como sector estrat¨¦gico, a la energ¨ªa. Creen que parte del problema que estall¨® con la crisis nace de la misma semilla: la falta de regulaci¨®n internacional de los mercados de materias primas agrarias, que ha permitido que en los ¨²ltimos a?os se especule abiertamente con estos productos. "La ¨²ltima gran subida de cereales de los a?os 2007 y 2008 no se debi¨® a razones de mercado sino al ansia por parte de los fondos de inversi¨®n de ganar en este sector lo que hab¨ªan dejado de ganar en otros", se?ala un informe de UUAA.
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