Los democristianos se niegan a dar la mayor¨ªa parlamentaria a Berlusconi

Berlusconi prosigue su desesperada b¨²squeda de una nueva mayor¨ªa que le permita seguir gobernando sin depender de los 34 diputados rebeldes de Gianfranco Fini. Ayer, el primer ministro asegur¨® que muchos miembros de la UDC (democristianos) votar¨¢n a t¨ªtulo individual junto al Gobierno en el Parlamento "contra la opini¨®n de su propio l¨ªder", Pierferdinando Casini. Este replic¨® con una denuncia p¨²blica y una clara toma de distancia: "Berlusconi nos ha ofrecido de todo y m¨¢s pero no estamos en las rebajas de fin de temporada", ironiz¨® Casini. "Es hora de que el primer ministro abandone el delirio de autosuficiencia, reconozca que no tiene una mayor¨ªa y dimita".

Durante un encuentro con j¨®venes del Pueblo de la Libertad trufado de chascarrillos machistas y con la vergonzante propina de un chiste sobre Hitler que fue muy aplaudido, Berlusconi se mostr¨® confiado en el ¨¦xito de su campa?a de captaci¨®n de tr¨¢nsfugas. Su Gobierno, afirm¨®, tendr¨¢ en la C¨¢mara apoyo suficiente para aprobar los cinco puntos program¨¢ticos que llevar¨¢ al Parlamento a final de mes.

"Nos ha ofrecido de todo para pactar", asegura el l¨ªder democristiano

"Es hora de que abandone el delirio de autosuficiencia", advierte Casini

Pero la partida est¨¢ mucho m¨¢s abierta de lo que parece. Desde Venecia, la Liga Norte mostr¨® de nuevo las u?as y advirti¨® que si los finianos de Futuro y Libertad se niegan a aprobar la fiscalidad federal, "la ¨²nica soluci¨®n ser¨¢n las elecciones anticipadas".

El escenario es inquietante para un Berlusconi atrapado entre tres fuegos: un Fini que le ofrece lealtad con condiciones como respetar el equilibrio entre el norte y el sur del pa¨ªs; una Liga Norte que le chantajea con el voto anticipado y presiona por la autonom¨ªa financiera del norte, y la necesidad de seguir gobernando para mandar una se?al de estabilidad a los mercados de deuda cuando Italia debe colocar t¨ªtulos soberanos por valor de unos 160.000 millones de euros entre septiembre y diciembre.

La gran pesadilla es que la Liga Norte, que siempre piensa y act¨²a siguiendo impulsos m¨¢s regionales que generales, y m¨¢s electorales que racionales, podr¨ªa desconectar en cualquier rabieta el respirador del Gobierno del que forma parte. El ministro del Interior, Roberto Maroni, se?al¨® ayer que si Berlusconi no obtiene 316 votos el 29 de septiembre, "se ir¨¢ a las urnas".

Hasta ese momento, como demostr¨® ayer la fiesta anual de los dirigentes de la Liga Norte y la pueril charla de Berlusconi con los cachorros de su partido ("somos un pueblo, no un partido, y por eso el PDL existe y existir¨¢ siempre", proclam¨®), todo parece susceptible de empeorar en la actual crisis pol¨ªtica italiana.

Los jerarcas de la Liga convirtieron durante unas horas a la sublime Venecia en un cuartel vociferante, racista y antieuropeo. Hubo apelaciones a la limpieza ¨¦tnica de los gitanos, insultos al Parlamento Europeo por su censura a las expulsiones de masa en Francia, reivindicaciones de las ra¨ªces cristianas y de los crucifijos en las escuelas e imprecaciones contra el "proyecto de islamizaci¨®n" anunciado por Gaddafi para Europa.

La funci¨®n termin¨® con la tradicional ceremonia de la ampolla: ante la mirada de su hijo y delf¨ªn (al que ¨¦l llama La Trucha), el l¨ªder de la Liga Norte, Umberto Bossi, verti¨® agua del Po sobre las cabezas de sus ministros y presidentes regionales.