Cohen prolonga su leyenda con una nueva sesi¨®n de c¨¢mara
Casi 4.000 personas corean su repertorio en Ourense
Veinte metros de escenario con luces de textura -zen-, novecientas sillas en la zona noble -m¨¢s ne¨®fitos que fans- y casi 3.000 personas arracimadas con ilusi¨®n en la lejan¨ªa de las gradas del Paco Paz, un pabell¨®n de baloncesto convertido en caluroso auditorio, con la publicidad del Xacobeo y la Diputaci¨®n jalonando a los artistas. All¨ª se present¨® Leonard Cohen, a punto de cumplir 76 a?os, con la banda que le ha acompa?ado en casi doscientos conciertos desde 2008.
Con su segundo directo (Songs from the road) ya en la calle, despu¨¦s del Live in London del a?o pasado, el poeta y m¨²sico canadiense se ajust¨® al gui¨®n del viaje emprendido desde el desfalco de Kelley Lynch, ex contable y compa?era sentimental. Como en Castrelos, el a?o pasado, todo empez¨® con Dancing to the end of love. The future, Ain?t no cure for love y el cl¨¢sico de 1968 Bird on the wire dieron una peque?a pauta de lo que es un espect¨¢culo de Cohen en la actualidad. Con traje, sombrero y su voz de bar¨ªtono, entre la salmodia de las viejas visiones folk y la emocionante precisi¨®n po¨¦tica de temas tan vivenciales como Famous blue raincoat, el viejo sacerdote de la m¨²sica popular -¨¦l se pone por detr¨¢s de Dylan- se arrodill¨® muchas veces, tambi¨¦n para leer el teleprompter, ech¨® carreras y dedic¨® eleg¨ªas a p¨²blico y m¨²sicos, sobre todo al ma?o Javier Mas (bandurria, la¨²d y guitarra), durante m¨¢s de tres horas. La comunicaci¨®n con su propia obra, coros mediante, es m¨¢s natural con las cuerdas en primer plano que con el saxo percutiendo en los ¨²ltimos ¨¦xitos, aunque el p¨²blico de las primeras filas pareciese a gusto en la atm¨®sfera ochentera.
No faltaron Feij¨®o y Baltar, junto a los conselleiros de Cultura y Educaci¨®n
All¨ª estaban, entre otros, N¨²?ez Feij¨®o, recibido con algunos silbidos -y no s¨®lo por razones de aforo, aunque hubiese asientos libres-, los conselleiros de Cultura y Educaci¨®n y el presidente de la Diputaci¨®n, Jos¨¦ Luis Baltar. M¨¢s cerca de Cohen que casi nadie, los pol¨ªticos escucharon sus canciones lujuriosas, los temas sobre la imposibilidad de cambiar nada y las trist¨ªsimas derivadas sobre el humor melanc¨®lico y el paso del tiempo. Suzanne, Sisters of Mercy, The partisan o Hallellujah centraron, tras un peque?o descanso, la segunda parte del concierto.
Take this waltz fue la elegida antes de los bises, pero casi nadie baj¨® de las gradas para bailar con Cohen en su ¨²nico concierto peninsular de 2010. "No se puede", le respondieron a una pareja. Mucha m¨¢s seguridad -otra vez- que protocolo.
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