M¨¦xico detiene al segundo capo de la droga en 15 d¨ªas
El Grande, a la vista est¨¢, es un narcotraficante menos glamouroso que La Barbie. Sus m¨¢s de dos metros de estatura, su cara de malo mal¨ªsimo y un apodo tan de andar por casa atrajeron el domingo sobre su detenci¨®n menos inter¨¦s medi¨¢tico que el arresto del rubio ?dgar Valdez, hace ahora dos semanas. Y, sin embargo, la captura de Enrique Villareal Barrag¨¢n -que ese es el verdadero nombre de El Grande- arroja una serie de datos que pueden estar marcando un punto de inflexi¨®n en la lucha contra el crimen organizado: M¨¦xico empieza a ser un lugar muy peligroso... tambi¨¦n para los narcotraficantes.
El Grande -al que tambi¨¦n se conoc¨ªa como el King Kong o el Comeni?os- fue arrestado por la Marina en la ciudad de Puebla vivito y coleando, sin pegar un solo tiro, en una casa a la que se acababa de mudar y tal vez como consecuencia de la delaci¨®n de alguno de sus colegas o de un pacto con las autoridades. No en vano empiezan a surgir en M¨¦xico informaciones con altas dosis de verosimilitud que hablan de que su ex colega La Barbie -ambos hab¨ªan sido lugartenientes de Arturo Beltr¨¢n Leyva, el jefe de jefes, abatido en diciembre pasado- ya hab¨ªa pactado su entrega con Estados Unidos. Su detenci¨®n en M¨¦xico bien pudo ser fruto de un acuerdo con la agencia antidrogas estadounidense (DEA, en ingl¨¦s) o con los propios federales mexicanos, pero lo que ya nadie duda es que La Barbie, acosado por los carteles rivales, opt¨® por cantar ante las autoridades antes de caer bajo las balas. ?Ha sido El Grande su primer tributo?
Aunque las versiones oficiales en M¨¦xico siempre gozan de la incredulidad general, lo cierto es que una parte de lo declarado ayer por el contraalmirante Jos¨¦ Luis Vergara, portavoz de la Marina, tiene su raz¨®n de ser: "El personal que se dedica a delinquir ya sabe que tenemos capacidad para detenerlos y por eso se entregan sin oponer resistencia". Vergara ofreci¨® una lista de los peces gordos de la droga que el Gobierno mexicano ha detenido desde el mes de diciembre pasado. El primero fue Arturo Beltr¨¢n Leyva, el jefe de jefes, a quien no le dieron opci¨®n a rechistar. Lo dejaron frito a golpe de granadas y de rifles de alto poder y luego cubrieron su cad¨¢ver desnudo con billetes ensangrentados. La Barbie y El Grande prefirieron un final m¨¢s pac¨ªfico. ?A cambio de qu¨¦? A buen seguro, la incierta respuesta a esa pregunta tiene a un buen n¨²mero de capos llamando al cami¨®n de la mudanza.
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