La redenci¨®n de Imephor

Hace unos a?os, el egipt¨®logo Josep Cervell¨® conoci¨® a Imephor, que all¨¢ por el 2.200 antes de Cristo fue sumo sacerdote en Menfis, al sur de El Cairo. Cervell¨® lider¨® una prospecci¨®n arqueol¨®gica en un yacimiento cercano a la necr¨®polis egipcia de Saqqara. Pero un violento saqueo, en 1999, frustr¨® la excavaci¨®n y el investigador tuvo que limitarse al estudio de inscripciones, que resultaron ¨²nicas.

Los caprichos del destino han propiciado el reencuentro (simb¨®lico) de Imephor y Cervell¨®. Una alumna de su m¨¢ster en egiptolog¨ªa vio ocho fragmentos de piedra calc¨¢rea a la venta en el escaparate de un anticuario de Barcelona. La chica se limit¨® a contar que eran "muy majas", pero el profesor sospech¨® que pod¨ªan ser las piezas robadas en Saqqara, y que ¨¦l conoce como nadie. A Cervell¨® no le cost¨® "ni un segundo" saber que los fragmentos proven¨ªan del yacimiento que visit¨® en Egipto y donde, tras un estudio minucioso, alumbr¨® el nombre de Imephor.

"La forma de los signos es peculiar y el nombre es un h¨¢pax", o sea, una palabra de la que hay un ¨²nico ejemplo escrito. "Fue un personaje importante, sacerdote de un templo dedicado a Ptah [dios egipcio de la creaci¨®n]", dijo Cervell¨® desde Lisboa, despu¨¦s de que los Mossos anunciaran que hab¨ªan salvado unas piezas que, para el investigador, poseen un valor "incalculable".Ante el riesgo de que las piezas se vendieran (a 2.000 y 10.000 euros cada una) Cervell¨® llev¨® el caso a la fiscal¨ªa. Los Mossos interrogaron al anticuario, que las hab¨ªa adquirido en una tienda de arqueolog¨ªa de Londres. "Actu¨® de buena fe. No sab¨ªa que eran robadas", precis¨® el jefe de patrimonio de la polic¨ªa, Antoni Mariscal, quien a?adi¨® que ahora hay que "rebobinar la cinta" (de Barcelona a Londres y m¨¢s all¨¢) para atrapar a los saqueadores.

Los fragmentos se devolver¨¢n, con toda probabilidad, a Egipto. Se trata de textos funerarios que indican "nombre y cargos" de Imephor. Los ladrones aprovecharon el aislamiento de Saqqara, en mitad del desierto, para arrancar los bloques y cortarlos en pedazos del tama?o de un cuadro, para ser vendidos y colgados de alguna pared. "Lo destrozaron todo", lament¨® Cervell¨®. Algunos fragmentos, sin embargo, se salvaron y su recuperaci¨®n ha redimido ahora, aunque sea en parte, al "gran sacerdote de Ptah", uno de los cargos civiles y religiosos m¨¢s prominentes del Reino Antiguo.