?D¨®nde est¨¢ David Bowie?
EMI rescata en edici¨®n ampliada 'Station to station', su audaz disco de 1976, mientras se especula sobre la delicada salud del cantante brit¨¢nico
En sus buenos tiempos, David Bowie era un adicto a las retiradas. Cada poco anunciaba que abandonaba el directo "para siempre" o que jam¨¢s volver¨ªa a tocar sus ¨¦xitos. A veces, cierto, se trataba de animar la venta de entradas para la gira del momento, pero, en general, obedec¨ªa a un deseo de vivir su carrera de manera dram¨¢tica. En realidad, sab¨ªamos que Bowie era exactamente lo contrario de una Greta Garbo y que inevitablemente volver¨ªa.
Ya no existe esa seguridad: parece haberse retirado de la m¨²sica. Cada poco salta el rumor de una reaparici¨®n, pero finalmente se queda en nada. Se le ha podido ver como invitado en alg¨²n concierto de una cantante hermosa (Alicia Keys), un veterano de los sesenta (David Gilmour) o un grupo en ascenso (Arcade Fire). Ocasionalmente, visita los estudios para alg¨²n proyecto bien pagado de Hollywood, para a?adir algo de prestigio al estreno discogr¨¢fico de Scarlett Johansson, para pagar la deuda contra¨ªda con el productor Tony Visconti.
El ¨¢lbum nos transporta a los a?os m¨¢s enloquecidos del cantante
A veces se le ve pasear por Nueva York y acudir a alg¨²n acto
De no tratarse de un personaje tan maquiav¨¦lico, experto en manipular a los medios y engatusar a su audiencia, podr¨ªamos afirmar que s¨ª, que efectivamente David Bowie se ha retirado. Hablamos de alguien que publicaba un ¨¢lbum cada dos a?os, que promocionaba con devoci¨®n. Reality, su ¨²ltima colecci¨®n de canciones nuevas, data de 2003. Al a?o siguiente, durante la Reality Tour, se quej¨® de unos dolores en el pecho y fue sometido a una angioplastia en un hospital de Hamburgo; el resto de la gira se cancelaba, y hasta hoy.
Como el resto de lo referente a Bowie, su salud resulta un misterio y un prodigio. Aparentemente, ha sobrevivido intacto a largas temporadas de coca¨ªna, unas dietas caprichosas y un infernal ritmo de trabajo. Sin olvidar el tabaco: su desayuno comenzaba por el Gitanes que le encend¨ªa su secretaria. En 2008 circul¨® el rumor de que hab¨ªan detectado un c¨¢ncer de h¨ªgado. En cualquier caso, el tratamiento no parece haberle afectado. Se le ve pasear por Nueva York y acude a inauguraciones y otros actos relacionados con el mundo del arte.
Podr¨ªa haberse jubilado sin avisar, dejando opciones abiertas. Tiene la excusa familiar: est¨¢ viendo crecer a su hija, fruto del matrimonio con la modelo Iman. Con 63 a?os, carece de urgencias econ¨®micas, tras una astuta jugada financiera: vendi¨® participaciones en su negocio central, que no es otro que la explotaci¨®n de sus derechos de autor y sus grabaciones cl¨¢sicas.
El 28 de septiembre se reedita Station to station. Lo que en 1976 era un elep¨¦, se ha transformado en un triple CD y, en la edici¨®n de lujo, en una caja con cinco CD, un DVD, tres vinilos y reproducciones de pases, chapas, fotos y toda la parafernalia deseada por cualquier fan. En el canon de Bowie, Station to station supone la bisagra entre su primera etapa estadounidense y el celebrado Tr¨ªptico de Berl¨ªn, la colaboraci¨®n con el productor Brian Eno; seg¨²n algunos, se deber¨ªa hablar de cinco discos, ya que Bowie dedic¨® muchas de sus energ¨ªas berlinesas a dos trabajos con Iggy Pop, The idiot y Lust for life. En realidad, todo est¨¢ m¨¢s liado de lo que aparenta: hubo temporadas en su casa de Suiza y grabaciones en un estudio franc¨¦s. Station to station nos transporta a los a?os m¨¢s enloquecidos de Bowie, una monta?a rusa de logros y pesadillas. Consigui¨® finalmente su objetivo de triunfar en Estados Unidos, gracias a su aproximaci¨®n a los ritmos afroamericanos de Fame y Golden years. Al protagonizar su primer largometraje, The man who fell to Earth, aprendi¨® las crudas lecciones del negocio del cine: Hollywood ignor¨® la propuesta del realizador Nicholas Roeg y Bowie no logr¨® colocar su nueva m¨²sica como banda de la pel¨ªcula.
Nunca estuvo m¨¢s cerca del precipicio. En Los ?ngeles ten¨ªa acceso a cantidades industriales de merk, coca¨ªna farmac¨¦utica. Su consumo le llev¨® a la paranoia: se cre¨ªa el objetivo de una secta dedicada a la magia negra y guardaba su orina en el frigor¨ªfico, para evitar que cayera en manos de sus enemigos; termin¨® recurriendo a un manual del Vaticano contra las posesiones diab¨®licas, aunque se fiaba tan poco de los que le rodeaban que ¨¦l mismo ejerci¨® de exorcista. Su papel de extraterrestre en el filme de Roeg agudiz¨® su obsesi¨®n por los ovnis y los visitantes del espacio exterior. Todo lo que ve¨ªa - o imaginaba ver- le suger¨ªa que ten¨ªa poderes de adivinaci¨®n. Tem¨ªa morir en un accidente de avi¨®n y volvi¨® a Europa en barco; en el viejo continente, se desplazaba en tren, ante la alarma de los guardias de frontera de la Uni¨®n Sovi¨¦tica o Polonia, que revisaban incr¨¦dulos su colecci¨®n de libros sobre el Tercer Reich.
Se le atragant¨® su famosa capacidad para vampirizar conceptos, sonidos, est¨¦ticas. En Estocolmo proclam¨®: "Gran Breta?a se beneficiar¨ªa de un l¨ªder fascista. Fascista en su verdadero sentido, no nazi. Despu¨¦s de todo, el fascismo es realmente nacionalismo. De alguna manera, el fascismo es una forma muy pura del comunismo". Cuando lleg¨® a la estaci¨®n Victoria londinense, salud¨® al p¨²blico congregado all¨ª con un gesto que algunos juran que parec¨ªa propio de Mussolini. Estaba jugando con fuego y muchos de sus amigos y asociados respiraron aliviados cuando David se alej¨® de los focos y se refugi¨® en Berl¨ªn Occidental, cuyos habitantes prefirieron considerarle otro exc¨¦ntrico m¨¢s.
Furia surrealista
- Para Station to station, David adopt¨® el personaje del Delgado Duque Blanco, entre un dandi alien¨ªgena y un esteta en blanco y negro. Durante la gira, el p¨²blico quedaba noqueado por la proyecci¨®n de Un perro andaluz, el corto de Bu?uel
y Dal¨ª; como m¨²sica ambiental, un anticipo de
la aventura berlinesa: Kraftwerk.
- La actual reedici¨®n incluye el concierto del 23 de marzo de 1976, con sonido superior al de las versiones piratas (se emiti¨® en la serie radiof¨®nica King Biscuit Flower Hour). La banda, un quinteto dirigido por Carlos Alomar, tritura a capricho lo m¨¢s intenso del repertorio de Bowie m¨¢s ese cl¨¢sico de Lou Reed titulado Waiting for the man.
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