Cuando la UNESCO duerme...
El mismo comit¨¦ que ha sacado a las Gal¨¢pagos de la lista de bienes en peligro no impide el nuevo rascacielos de Sevilla o l ampliaci¨®n del puerto de Ibiza
La perspectiva sorprende al que la mira como si dos Sevillas antag¨®nicas se miraran frente a frente. De un lado, una ciudad hermosa a escala humana: edificios, agujas, c¨²pulas, torres de iglesias, dominados por la Giralda. Del otro, un gigante de cristal, una torre de 178 metros, que se yergue al borde del r¨ªo y a 100 metros del barrio de Triana, la torre Cajasol, nueva sede de la entidad bancaria. La imagen, afortunadamente para muchos, es solo una recreaci¨®n virtual. Pero los promotores de la obra, dise?ada por el arquitecto estadounidense de origen argentino C¨¦sar Pelli, esperan que sea una realidad pronto.
Las plataformas ciudadanas contrarias al proyecto confiaban en que la Unesco tomar¨ªa cartas en el asunto. Sevilla tiene tres monumentos en la lista de patrimonio de la humanidad —la catedral con la Giralda, el Archivo de Indias y el alc¨¢zar—, y la agencia de Naciones Unidas pidi¨® el a?o pasado informes sobre el tema. Pero las excavadoras trabajan en el solar, y el comit¨¦ reunido este verano en Brasilia para estudiar, entre otras cosas, los problemas de conservaci¨®n de m¨¢s de setenta bienes incluidos en la lista no ha dicho nada concluyente sobre la torre Cajasol. Ha lamentado el inicio de las obras. Y ha pedido a Espa?a que "reconsidere el proyecto para evitar cualquier posible impacto adverso" sobre el conjunto. Tambi¨¦n ha reclamado un nuevo informe para entregar antes de junio de 2011. Pero, mientras tanto, las obras avanzan. "Desgraciadamente, la Unesco act¨²a con mucha lentitud, tarda en tomar las decisiones y eso favorece la pol¨ªtica de hechos consumados", dice Ana ?vila, portavoz de la plataforma T¨²mbala, que agrupa a una decena de asociaciones contrarias al proyecto.
La torre de Sevilla es un caso dif¨ªcil para la Unesco, porque no est¨¢ en el sitio patrimonio de la humanidad
La reuni¨®n de Brasilia acept¨® el trazado actual del t¨²nel del AVE, que pasa bajo la Sagrada Familia de Barcelona
"Cuidar el paisaje es la asignatura pendiente de Espa?a", dice el portavoz de ICOMOS, V¨ªctor Fern¨¢ndez-Salinas
Hay quien cree en Unesco que el comit¨¦ de patrimonio deber¨ªa estar formado por expertos y no por pol¨ªticos
Mechtild R?ssler, responsable para Europa y Norteam¨¦rica del Centro de Patrimonio, la secretar¨ªa t¨¦cnica que asesora al comit¨¦ de la Unesco, se defiende de estas cr¨ªticas. "La cuesti¨®n es compleja porque la torre se encuentra fuera del sitio patrimonio de la humanidad y de la zona de amortiguamiento", el ¨¢rea fijada por este organismo para preservar el entorno de los monumentos catalogados.
No es la de la torre Cajasol la ¨²nica decisi¨®n de las tomadas en Brasilia que afecta a bienes espa?oles. En la agenda de la reuni¨®n, que termin¨® a primeros de agosto, hab¨ªa media docena de casos espa?oles a estudio. Entre ellos, la ampliaci¨®n iniciada en mayo del puerto de Ibiza, ciudad que figura en la lista de patrimonio de la humanidad desde 1999 por su biodiversidad y cultura. Los ecologistas y los organismos asesores de la Unesco temen que esta ampulosa infraestructura destruya la est¨¦tica del lugar y afecte a "la calidad paisaj¨ªstica del conjunto amurallado de Dalt Vila". Y no solo eso. La gran pradera de posidonia que se extiende entre Ibiza y Formentera a lo largo y ancho de 700 kil¨®metros cuadrados puede quedar da?ada para siempre por los m¨¢s de 600.000 metros c¨²bicos de fangos contaminados que est¨¢ previsto remover para dar calado al nuevo puerto.
La Unesco, alarmada, envi¨® el oto?o pasado una delegaci¨®n de expertos de las dos organizaciones que la asesoran, el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS por sus siglas en ingl¨¦s) y la Uni¨®n Internacional para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (IUCN). "Nos consta que los expertos quedaron horrorizados por lo que vieron en Ibiza", dice Neus Prats, del Grupo de Estudios de la Naturaleza GEN-GOB Eivissa. Pero el comit¨¦ intergubernamental que toma las decisiones ha sido m¨¢s sensible a las razones de Espa?a. La pradera de posidonia, dicen las autoridades locales, est¨¢ a casi 10 kil¨®metros del puerto. La obra se har¨¢, aunque la Unesco recomienda mucha prudencia y mucho cuidado con el drenado del puerto. Poca cosa, piensa Prats, que hubiera querido ver en el escrito de decisiones la palabra "detener".
Bajo la hojarasca del lenguaje burocr¨¢tico asoma tambi¨¦n claro el veredicto del comit¨¦ sobre el controvertido trazado subterr¨¢neo del AVE en Barcelona. Los guardianes del patrimonio mundial hab¨ªan sido llamados en causa en este tema, que est¨¢ a¨²n en los tribunales espa?oles, porque las obras de Gaud¨ª en Barcelona se encuentran en la lista de patrimonio de la humanidad y el t¨²nel del AVE pasar¨¢ a solo 140 cent¨ªmetros por debajo de los cimientos de la Sagrada Familia y bajo la Casa Mil¨¢. Pero la agencia, contra el parecer de sus organismos asesores, ha aceptado el trazado elegido, y ha dado el visto bueno, aunque con muchas cautelas, a las obras, que se realizan en estos momentos con un impresionante despliegue de seguridad y bajo la atenta supervisi¨®n de los t¨¦cnicos de Adif y de la propia Unesco.
Ana ?vila no se explica por qu¨¦ en otras ocasiones la agencia de la ONU ha sido mucho m¨¢s severa. En 2009, por ejemplo, el comit¨¦ expuls¨® a Dresde de la lista de patrimonio por seguir adelante con la construcci¨®n de un puente gigantesco sobre el valle del r¨ªo Elba. Tambi¨¦n amonest¨® a Burdeos por la proyectada construcci¨®n de un puente sobre el Garona, y le exigi¨® importantes modificaciones, bajo amenaza de pasar a la lista de bienes en peligro. ?Por qu¨¦ ha sido tan blanda ahora? Para empezar, no se trata del mismo comit¨¦. Doce de los veinti¨²n miembros del actual equipo ejecutivo fueron renovados en octubre pasado. Y la impresi¨®n de ?vila es que los nuevos son m¨¢s sensibles a las presiones pol¨ªticas. Maribel Monta?o, delegada de Cultura del Ayuntamiento de Sevilla, que defendi¨® en Brasilia la torre Cajasol, no lo niega, pero matiza: "La Unesco navega entre las presiones de los Gobiernos y las de los organismos asesores que tienen una reputaci¨®n de severidad muy grande", dice. "Si fuera por ellos no se har¨ªa nada. Y las ciudades hist¨®ricas son tambi¨¦n ciudades vivas que tienen que desarrollarse".
?ngeles Albert, directora general de Bellas Artes del Ministerio de Cultura, el interlocutor del Estado espa?ol con el comit¨¦ de la Unesco, quita tambi¨¦n hierro al asunto. "La proliferaci¨®n de torres y su relaci¨®n con los bienes de patrimonio mundial es un tema que trasciende las fronteras de nuestro pa¨ªs", asegura. Albert considera inevitables las tensiones "entre las exigencias de la preservaci¨®n del patrimonio y las derivadas del desarrollo econ¨®mico y social, pero sin duda hay ¨¢mbitos de conciliaci¨®n en los que se trabaja cada d¨ªa". Despu¨¦s de todo, Espa?a, con 42 bienes en la lista de patrimonio de la humanidad, no tiene ninguno oficialmente en peligro. Al contrario, el Estado "se caracteriza por seguir una pol¨ªtica cultural de compromiso y responsabilidad con el mismo", dice.
No es esa la opini¨®n de las asociaciones preocupadas por el legado cultural. Una cosa es conservar la Giralda, y otra muy distinta es mantener intacto el espacio que la rodea. Y eso incluye la visi¨®n a¨¦rea del conjunto. Los madrile?os saben lo que eso significa. Desde 1973 conviven con la torre de Valencia, que destruye una de las perspectivas m¨¢s bellas de la ciudad, asomando por encima de la puerta de Alcal¨¢. "El paisaje es la verdadera asignatura pendiente de Espa?a. No se puede invadir el paisaje natural ni el urbano con obras que lo destruyen y lo afean. Es una p¨¦rdida, incluso econ¨®mica, irreparable. El paisaje no es un capricho est¨¦tico, es un bien social de primer orden", dice V¨ªctor Fern¨¢ndez-Salinas, profesor de la Universidad de Sevilla y directivo del comit¨¦ espa?ol de ICOMOS.
El comportamiento de las autoridades espa?olas con los bienes hist¨®ricos, le parece inaceptable a este profesor . "Aqu¨ª, la lista de patrimonio mundial es un objetivo pol¨ªtico, porque es un excelente reclamo tur¨ªstico, pero no se asume lo que significa. No se entiende que estar en ella es una responsabilidad, no un premio. Adem¨¢s, la presi¨®n inmobiliaria, combinada con la megaloman¨ªa de algunos pol¨ªticos, termina por resultar fatal".
Fern¨¢ndez-Salinas reparte las responsabilidades entre las instituciones p¨²blicas, "y los propios ciudadanos, que nos merecemos lo que est¨¢ ocurriendo porque no nos movilizamos". Pero tambi¨¦n se queja del nuevo comit¨¦ de la Unesco. "Es muy blando, y eso es negativo para el patrimonio que debe cuidar". Nada menos que 911 sitios culturales y naturales. Y en esa queja coincide con el presidente de ICOMOS internacional, Gustavo Araoz, que define el comportamiento del nuevo comit¨¦ de patrimonio universal como "menos riguroso" y m¨¢s "indulgente" con las peticiones de los Estados miembros.
Y las decisiones tomadas en Brasilia parecen avalar esta opini¨®n. ?C¨®mo explicarse, si no, que el comit¨¦ se plegara a las presiones de Ecuador para rescatar las islas Gal¨¢pagos de la lista de bienes en peligro donde figuraban desde 2007? Aquella decisi¨®n no fue un capricho. Se trataba de exigir al Gobierno de Quito que pusiera remedio al deterioro galopante de un lugar ¨²nico, sometido a la sobreexplotaci¨®n tur¨ªstica y a la presi¨®n demogr¨¢fica. La Unesco, nuevamente, ha decidido contra la opini¨®n de su asesor principal en temas de bienes naturales, la IUCN. El clamor internacional ha sido tal, que hasta el semanario brit¨¢nico The Economist se preguntaba recientemente "si est¨¢ en peligro la propia lista de bienes en peligro".
El comit¨¦ solo ha sido m¨¢s en¨¦rgico en casos extremos. Ha amenazado a Per¨² con incluir el santuario hist¨®rico de Machu Picchu en esa lista fat¨ªdica si no se toman medidas para acabar con el acceso incontrolado al sitio y si no se reparan los graves da?os causados por recientes inundaciones y corrimientos de tierras en las ¨¢reas de acceso.
Tambi¨¦n ha dado algunas satisfacciones a los defensores del patrimonio en Espa?a. Ha pedido que se abandonen las obras del auditorio que proyectaba construir Caja Duero en el huerto del convento de las adoratrices, en plena ciudad vieja de Salamanca. "Estamos muy satisfechos con esta decisi¨®n", dice Isabel Mu?oz, presidenta de la asociaci¨®n que defiende el patrimonio en esa ciudad. Pese a las modificaciones introducidas en el proyecto, la agencia ha reiterado su negativa a las obras, que ya dio el a?o pasado, y ha pedido que se abandone el aparcamiento previsto en la plaza de los Bandos de la misma ciudad. "Creo que, aunque est¨¦ mal decirlo, es m¨¦rito nuestro. Llevamos nueve a?os luchando contra este proyecto. Nos hemos movido mucho y al final hemos conseguido paralizarlo", a?ade Mu?oz. Es un triunfo temporal porque, reconoce, "Salamanca sufre una presi¨®n tremenda. Igual que Segovia. All¨ª quer¨ªan construir en el huerto del convento de las oblatas". Tampoco ha habido luz verde para un aparcamiento estrat¨¦gicamente situado en la zona hist¨®rica de ?vila. "Pero se han hecho cosas tremendas en esa ciudad. Al final, hasta la Unesco reconoce que se han destruido por completo los perfiles emblem¨¢ticos", se lamenta Mu?oz.
?C¨®mo no entender a la Unesco cuando son tantos los atropellos en marcha?, se pregunta esta profesora. Sin embargo, las ¨²ltimas decisiones del comit¨¦ han hecho tambalearse la confianza que muchos ten¨ªan en su juicio. Demasiada pol¨ªtica, es la sospecha general. Mechtild R?ssler, que habla en nombre de la agencia cultural de Naciones Unidas, no niega que haya presiones pol¨ªticas en un organismo en el que las decisiones corren a cargo de un comit¨¦ integrado, al fin y al cabo, por pol¨ªticos de 21 pa¨ªses que se elige de forma rotatoria. "Como en todos los procesos intergubernamentales, las presiones pol¨ªticas son inevitables". Pero la Convenci¨®n de 1972, que pone en pie la lista de patrimonio de la humanidad, "pide que los Estados est¨¦n representados por expertos". Entre otras cosas, para que las discusiones se basen "en un an¨¢lisis profundo" y "est¨¦n orientadas a la preservaci¨®n de los sitios y no fundadas en argumentos pol¨ªticos".
Pero una cosa son las declaraciones te¨®ricas, y otra, la pr¨¢ctica de las reuniones que se celebran a puerta cerrada.
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