Un pueblo de 108 nacionalidades
El 40% de los 90.000 habitantes de Roquetas de Mar son inmigrantes
En Roquetas de Mar (Almer¨ªa) conviven 108 nacionalidades, lo que convierte este municipio en el m¨¢s multicultural de la provincia. La comunidad extrajera representa cerca del 40% de la poblaci¨®n, que alcanza los 90.000 habitantes, seg¨²n los datos de la Oficina Municipal de Inmigraci¨®n.
La pir¨¢mide, de mayor a menor poblaci¨®n extranjera, tiene en su base a Ruman¨ªa, de donde proceden 10.020 personas censadas en el Ayuntamiento de Roquetas de Mar. Le siguen, de lejos, Marruecos, con 2.690 ciudadanos, y Senegal, con 1.410. En la c¨²spide de esta pir¨¢mide se sit¨²an una ciudadana de Kazajst¨¢n, uno de Tanzania, un somal¨ª, un croata y un liban¨¦s. Ghana, Ghinea Bissau, Gambia, Colombia y Argentina, sobre todo, son otros pa¨ªses de procedencia de los vecinos.
"Hay mucha gente sin trabajo, sin casa y sin comida", dice una inmigrante
La poblaci¨®n extranjera sigue creciendo en esta localidad del poniente almeriense. Es el caso de los vecinos procedentes de Mali, que suman ya 650 personas.
La situaci¨®n laboral preocupa, y mucho, pero ahora llegan los mejores meses para trabajar al tratarse del inicio de la campa?a agr¨ªcola. "A partir de mayo vendr¨¢ lo peor", vaticina Modibo Traore, presidente de la Asociaci¨®n de Ciudadanos de Mali y residente en Espa?a desde 1993.
Este verano, dice, ha sido muy duro. "Hay mucha gente sin trabajo, sin casa y sin comida y buscan alimento por la noche entre la basura", describe. A¨²n as¨ª, y sabiendo que la situaci¨®n no parece que ir¨¢ a mejor a corto plazo, no se marchan.
Los vecinos de Senegal no lo tienen m¨¢s sencillo. Es una de las nacionalidades con mayor representatividad entre la poblaci¨®n roquetera pero, en cambio, muchos s¨ª quisieran regresar a su pa¨ªs. "Los que no se han ido es porque no tienen la nacionalidad. Los que la tienen, se han ido a Francia. Si todo el mundo tuviera papeles, aqu¨ª no quedaba nadie", traslada Andr¨¦ Mendy, representante del colectivo de senegaleses en el municipio. Lleg¨® a Almer¨ªa antes que Modibo Traore. "Cuando yo vine, en 1988, los tomates estaban tirados en el suelo, porque nadie los quer¨ªa coger, nadie quer¨ªa trabajar en un invernadero. Ahora, todo el mundo ha vuelto y hasta el jefe se ve obligado a coger a sus hermanos para trabajar", describe. ?l ha encontrado una ocupaci¨®n lejos de la arena, en una lavander¨ªa, pero no le alcanza para mucho: 683 euros al mes por cuatro horas al d¨ªa.
La poblaci¨®n rumana, la m¨¢s numerosa, funciona aparte. Mientras el movimiento asociativo est¨¢ en auge en Roquetas de Mar, ellos se mantienen al margen de este tipo de colectivos. Se adaptaron r¨¢pidamente, encontraron su hueco laboral en la construcci¨®n y, ahora, se dedican a las reformas con sus propios negocios de alba?iler¨ªa. Adem¨¢s de numerosa, es m¨®vil y con ganas de regresar a su pa¨ªs despu¨¦s de hacer algo de negocio. Una parte importante, seg¨²n constatan colectivos de ayuda al inmigrante, vive en la provincia durante una d¨¦cada para, posteriormente, regresar.
Completamente distinta es la percepci¨®n de la poblaci¨®n subsahariana. En su mayor¨ªa, explican desde Almer¨ªa Acoge, evita retornar aunque durante uno o dos a?os no encuentre trabajo y su econom¨ªa sea "de guerra".
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