ETA internacional
La indiferencia nacionalista mueve a la banda a buscar fuera apoyos a favor de la negociaci¨®n
Seguramente los jefes de ETA no saben bien qu¨¦ quieren, excepto que no les gustar¨ªa ser sus enterradores. Ayer se conoci¨® su segundo mensaje en 15 d¨ªas, en el que nuevamente cuenta m¨¢s lo que no dice que lo que afirma. Los encapuchados de la BBC se dirig¨ªan a su propio brazo pol¨ªtico y los redactores de este segundo env¨ªo lo hacen a las personalidades internacionales reclutadas por el mediador y asesor de Batasuna Brian Currin, firmantes de un llamamiento en el que ped¨ªan a ETA un "alto el fuego permanente y verificable". En vez de eso, lo que ETA admite es su disposici¨®n a analizar con esas figuras los pasos necesarios para alcanzar una soluci¨®n negociada al conflicto pol¨ªtico vasco.
Durante muchos a?os, cuando, en momentos de zozobra, el mundo de ETA lanzaba una botella al agua hablando de negociaci¨®n, esperaba encontrar receptividad en el nacionalismo institucional. El punto de uni¨®n era la idea del conflicto pol¨ªtico "que requiere soluciones pol¨ªticas", es decir, la negociaci¨®n de contrapartidas favorables al nacionalismo. El PNV qued¨® tan escaldado del experimento de la tregua de 2006 que ahora la desconfianza domina a cualquier otra consideraci¨®n. Esa puede ser la raz¨®n de que los de Otegi hayan vuelto la mirada hacia lo que en su momento llamaban "internacionalizaci¨®n del problema" para la que nunca faltan voluntarios como los que ya pretenden marcar el calendario de la negociaci¨®n al Gobierno. De ah¨ª la apelaci¨®n de ETA a la comunidad internacional para que colabore en la b¨²squeda de una soluci¨®n negociada. Pero hace ahora cuatro a?os, la v¨ªspera de la votaci¨®n en el Parlamento Europeo de una resoluci¨®n en favor del proceso de paz, ETA robaba en Francia 350 pistolas.
Esa confusi¨®n sigue presente en la actitud y los escritos de ETA. Las presiones le han llevado a anunciar la suspensi¨®n de las acciones armadas, pero no se trata de una decisi¨®n incondicional e irreversible, como interpret¨® Batasuna, sino provisional y condicionada a una negociaci¨®n pol¨ªtica. Algo que tras el bombazo de la T-4 todos los partidos democr¨¢ticos descartaron. Por razones de principio, pero tambi¨¦n pr¨¢cticas: si antes del abandono definitivo de la violencia se admitiera negociar contrapartidas pol¨ªticas, se cargar¨ªan de raz¨®n los sectores de la banda que sostienen que la violencia sigue siendo eficaz para alcanzar objetivos imposibles por v¨ªa democr¨¢tica. Y no habr¨ªa fin de ETA.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.