?Es posible una ciudad con menos humos?

Hoy es el D¨ªa sin Coches en Madrid y probablemente usted no lo sepa. Ni lo note. Si es conductor puede que haya decidido ir a trabajar en su coche como cualquier otro d¨ªa. Tampoco pasar¨¢ nada. Ni la Polic¨ªa Municipal le pondr¨¢ una multa, ni se topar¨¢ con una calle cortada. En el D¨ªa sin Coches, una iniciativa europea enmarcada dentro de la Semana de la Movilidad que apuesta por medios de transporte alternativos, la capital no limita el tr¨¢fico en una sola calle.

El a?o pasado, mientras Alberto Ruiz-Gallard¨®n anunciaba la puesta en marcha de un sistema de alquiler de bicicletas hoy paralizado, la intensidad circulatoria aument¨® un 10% entre las siete y las diez de la ma?ana en las carreteras de la regi¨®n. S¨ª disminuy¨® un 2,7% en la almendra central, pero ni el Ayuntamiento lo atribuy¨® a la iniciativa. EL PA?S retrata a cuatro madrile?os que han encontrado una alternativa al coche. Una actriz pegada a su bicicleta, cinco compa?eros de trabajo que comparten veh¨ªculo, una azafata que ha convertido el andar en una forma de vida o un profesor que nunca ha cogido su coche para ir a trabajar. Apuestan por una movilidad m¨¢s sostenible. Todos los d¨ªas y no solo por esta jornada reivindicativa.Tienen su coche aparcado en el garaje o se han deshecho de ¨¦l. Apuestan por otro medio de transporte, m¨¢s barato, entretenido y sostenible. Cuatro madrile?os cuentan cu¨¢l es su alternativa diaria a los atascos. Mientras m¨¢s de 2,4 millones de coches circulan cada d¨ªa por la capital la bicicleta, el transporte p¨²blico o el coche compartido intentan ganar el pulso al tr¨¢fico.

ANA BERNIQUE "Vend¨ª mi coche y la moto para usar la bici"

Con Ana Bernique da la impresi¨®n de que se puede vivir con una bici debajo del brazo. "Siempre ha sido mi medio de transporte. Miento. En realidad llegu¨¦ a tener coche y moto pero los vend¨ª para obligarme a usar la bicicleta. Cuando ten¨ªa el coche, me di cuenta de que no usaba otra cosa", cuenta esta actriz, "mitad alemana-mitad madrile?a".

Su recorrido habitual, Chamber¨ª-Legazpi, requiri¨® un par de entrenamientos para quitarse el miedo. Ahora recorre tranquilamente sus 13 kil¨®metros, sube una pendiente de las que duelen hasta en primera y presume de tener la conciencia (ecol¨®gica) bien tranquila. "Es que me parece una burrada vivir en una ciudad donde miro alrededor y solo veo un ocupante por coche", clama mientras mira de reojo su bonita y pesada bicicleta verde.

Acostumbrada a Colonia (Alemania), donde "en las autoescuelas te ense?an a girar la cabeza para ver si hay un ciclista", Bernique es de las que se empe?an en reivindicar sus dos ruedas. No entiende por qu¨¦ el Ayuntamiento "ha ignorado los carriles bici que se aprobaron" en el proyecto de remodelaci¨®n del Eje Prado-Recoletos. Tampoco que se hayan instalado un mont¨®n de hierros donde encadenar el manillar, pero que se haya abandonado el Mybici, el sistema p¨²blico de alquiler que desde hace a?os es un ¨¦xito en Barcelona.

El a?o pasado, precisamente en la Semana de la Movilidad, Alberto Ruiz-Gallard¨®n anunci¨® a bombo y platillo que este servicio de alquiler funcionar¨ªa en la primavera de 2011. Meses despu¨¦s la crisis se comi¨® los 51 millones que deb¨ªan gastarse en 10 a?os para disponer de 1.500 bicicletas y el proyecto qued¨® aparcado sine die.

"Madrid no tiene conciencia ciclista. Hay veces que da miedo circular. Conozco a gente que no usa su bicicleta porque no se atreve", se queja mientras recuerda los bocinazos e insultos de los taxistas cuando ha ocupado su carril o el acoso de conductores impacientes que reivindican su prioridad. "Yo las ventajas de la bici las tengo claras: es lo m¨¢s barato, me mantiene en forma y es ecol¨®gico. Y que conste que lo que defiendo no es una utop¨ªa. Existe realmente y est¨¢ en el extranjero".

CARMEN RODR?GUEZ "Andar se ha convertido en una forma de vida"

Carmen Rodr¨ªguez, azafata de vuelo de 37 a?os y vecina del distrito de Tetu¨¢n, no tiene t¨¦rmino medio. Ella si no va en avi¨®n va andando. Un metrob¨²s de diez viajes puede durarle m¨¢s de tres semanas. ?Y el coche? "Compartido y solo para ir al aeropuerto".

"A los 33 a?os me separo y me quedo con el coche en el reparto. Por problemas econ¨®micos lo vendo con la esperanza de comprarme otro en cuanto me recupere. Y ya han pasado cuatro a?os y me he dado cuenta de que puedo vivir perfectamente sin ¨¦l".

Pero el haberse convertido en "andarina profesional" se lo debe a su m¨¦dica que hace un a?o, como terapia para curarse de una depresi¨®n, le recomend¨® practicar algo de ejercicio. "Yo no tengo un horario fijo y tampoco me ve¨ªa encontrando mi deporte a mis cuarenta a?os, la verdad. As¨ª que me decid¨ª por andar". Un a?o despu¨¦s sigue yendo a pie a comer a casa de sus padres en el barrio de Prosperidad, tambi¨¦n a tomar caf¨¦ con sus amigas en el centro y si no tiene nada que hacer "camina por caminar", que es lo que hace en la mayor¨ªa de las ciudades que visita.

"Andar se ha convertido en una forma de vida", afirma. "Es muy gratificante. Estoy m¨¢s dura. El sol te da en la cara. Respiras aire aunque sea de ciudad, ahorras dinero, te da el fresquito en invierno... Y si necesito el coche, que no es m¨¢s de dos veces al a?o, lo pido y ya est¨¢".

RAQUEL L?PEZ "Compartiendo el coche nos hemos hecho amigos"

Un anuncio en el que su empresa ofrec¨ªa una plaza de garaje a los trabajadores que compartiesen su coche uni¨® los trayectos de Raquel L¨®pez y cuatro de sus compa?eros. L¨®pez, administrativa de 36 a?os, vive en el barrio de Campamento (Latina) y cada ma?ana pasa por Cuatro Vientos para recoger a los que ya llama sus amigos. Entonces, ponen la m¨²sica a tope, cantan, duermen y charlan y en 40 minutos se plantan en Ciudad Lineal. Y as¨ª la vuelta. "Gracias a compartir coche hemos conseguido ser amigos. Ahora ya quedamos para salir a tomar unas ca?as", cuentan desde el manos libres del veh¨ªculo mientras regresan a casa.

FERNANDO LOZANO "Voy en autob¨²s porque conducir estresa"

Fernando Lozano, 60 a?os, es profesor de pl¨¢stica y tiene un lema: "Nunca he usado el coche para ir a trabajar". Dice no dar el perfil, pero all¨ª est¨¢ en el intercambiador de Moncloa guardando con celo su sitio en la fila. Vuelve a su casa, en las Rozas, despu¨¦s de sus clases en un colegio del Centro. En 15 minutos estar¨¢ en su sof¨¢. Su Rover de hace seis a?os coge polvo en el garaje. "No hay que exagerar, no lo tengo abandonado, pero casi. Solo lo uso si tengo que hacer alguna compra porque si no en el autob¨²s es muy inc¨®modo".

"?Qu¨¦ razones puede haber para que la gente use tanto el coche?", se pregunta. "Como no sea el estatus social, que mueve mucho", se responde. "Conducir estresa y el cambio clim¨¢tico y la boina que hay sobre Madrid ya no es una broma. Y eso es por los coches. Nos pasar¨¢ factura", sentencia antes de picar su billete.

Y en un banco del vest¨ªbulo, V¨ªctor Resina, un futuro controlador a¨¦reo, amante de los coches y de las motos, cuenta c¨®mo abandona su Audi Coup¨¦ en su garaje de Segovia para venir a Madrid. No hace falta convencerle: "En Madrid es imposible aparcar. Tardo lo mismo en coche que en autob¨²s y entre peajes y gasolina gasto mucho m¨¢s. Es que ni me lo planteo".