"Mi libro sobre Z¨¢topek no es una biograf¨ªa"
Jean Echenoz, nacido en Orange hace 62 a?os, vive en uno de esos barrios del viejo Par¨ªs llenos de caf¨¦s y lavander¨ªas. A su casa se llega por una laber¨ªntica escalera de madera. Su apartamento es luminoso, silencioso y antiguo. Si alguien busca la vivienda t¨®pica de un escritor parisiense, ah¨ª la tiene. Pero ya no hay m¨¢s t¨®picos: Echenoz acaba de publicar en Espa?a Correr (Anagrama), una novela sobre un tema inusual, sobre la figura de un deportista legendario del que casi no hay libros, el corredor de fondo checoslovaco Emil Z¨¢topek (1922-2000), alguien dotado por el cielo para el atletismo, capaz de ganar, en los Juegos Ol¨ªmpicos de Helsinki de 1952, tres medallas de oro en diez d¨ªas, en los 5.000 metros, en los 10.000 y en el marat¨®n, una haza?a jam¨¢s repetida por nadie.
"Correr es lo que le daba la vida, pero al mismo tiempo se la robaba, porque le quitaba todo el tiempo, le arrebataba casi todo"
"?l corr¨ªa para huir de la dictadura, pero, a la vez, para el r¨¦gimen era un s¨ªmbolo, un ejemplo y un reh¨¦n, todo junto"
PREGUNTA. ?Por qu¨¦ eligi¨® a Emil Z¨¢topek?
RESPUESTA. Ya en mi anterior libro, Ravel, hab¨ªa escrito sobre alguien real. Y me gust¨®. Pero decid¨ª elegir a alguien completamente diferente: no quer¨ªa ni un escritor ni un pintor... Buscaba algo que me resultara ajeno. A m¨ª el deporte no me interesa demasiado. As¨ª que decid¨ª centrarme en alg¨²n deportista m¨ªtico. Pens¨¦ en un ciclista, o en un corredor de f¨®rmula 1, pero luego prefer¨ª un deporte m¨¢s pobre, m¨¢s simple. As¨ª llegu¨¦ a Z¨¢topek. Su nombre, la sonoridad de su nombre, como de m¨¢quina, fue lo que primero me atrajo. Despu¨¦s, empec¨¦ a buscar informaci¨®n y r¨¢pidamente me interes¨® porque no se pod¨ªa desgajar su figura de los reg¨ªmenes autoritarios bajo los que vivi¨®: primero el nazismo y luego el socialismo. Tambi¨¦n me interes¨® su personalidad.
P. ?C¨®mo era?
R. Era un atleta portentoso, pero, al contrario que muchas figuras deportivas de ahora, colmadas de dinero y de gloria, ¨¦l era, aparentemente, muy sencillo.
P. Y corr¨ªa mucho pero muy mal, seg¨²n cuenta usted...
R. S¨ª, s¨ª, es curioso: ganaba haciendo todo lo que, en teor¨ªa, no debe hacerse. No ten¨ªa t¨¦cnica, ni estilo. Hay otras aparentes contradicciones interesantes: correr es lo que le daba la vida, pero al mismo tiempo se la robaba, porque le quitaba todo el tiempo, le arrebataba casi todo. ?l corr¨ªa para huir de la dictadura, pero, a la vez, para el r¨¦gimen era un s¨ªmbolo, un ejemplo y un reh¨¦n, todo junto. Adem¨¢s, est¨¢ esa ambig¨¹edad de un tipo obligado a obedecer al r¨¦gimen que, al mismo tiempo, corre porque su carrera es una manera de luchar.
P. ?De rebelarse?
R. S¨ª, de rebeli¨®n. Pero tambi¨¦n era una cosa ¨ªntima y privada aunque sea p¨²blica y hasta multitudinaria. Hay un lado asc¨¦tico, casi mon¨¢stico en esa manera de correr.
P. En sus obras de ficci¨®n se documenta mucho. Supongo que en esta a¨²n m¨¢s...
R. Bueno, en Francia no encontr¨¦ libros sobre Emil Z¨¢topek. En Checoslovaquia se public¨® una biograf¨ªa, pero tampoco la encontr¨¦. Lo que hice fue leerme todos los art¨ªculos de atletismo de L'Equipe desde 1946, fecha en que Z¨¢topek aparece en la escena internacional, hasta 1957, en que se retira. Tambi¨¦n vi much¨ªsimas fotograf¨ªas.
P. ?Y cu¨¢l es la diferencia entre hacer una novela con un personaje de ficci¨®n y otra con un personaje real?
R. Mi libro no es una biograf¨ªa. El Z¨¢topek del que hablo no es el verdadero Z¨¢topek. Lo que yo he hecho es apoderarme de alguien real y manejarlo como un personaje de ficci¨®n, como en mis otras novelas. He intentado ser lo m¨¢s fiel posible a su biograf¨ªa, pero me he concedido, como novelista, un margen de libertad. No me entrevist¨¦ con personas que conocieron a Z¨¢topek.
P. ?Por qu¨¦?
R. Quise entrevistarme con un corredor franc¨¦s que le conoci¨®. Le escrib¨ª, pero no me contest¨®. Pero es que, adem¨¢s, yo no buscaba una biograf¨ªa, como he dicho, sino otra cosa: por eso part¨ª de la leyenda construida ya por la prensa. Encontr¨¦ escenas que por s¨ª solas ya hac¨ªan de Z¨¢topek un personaje de novela, como cuando, ya retirado, fue rebajado por el r¨¦gimen sovi¨¦tico a trabajar de basurero.
P. ?Va a seguir con personajes reales o volver¨¢ a la ficci¨®n pura?
R. En un mes en Francia saldr¨¢ otro libro m¨ªo sobre un sabio estadounidense de origen croata llamado Nikola Tesla. He hecho una serie de tres: Ravel, Z¨¢topek y Tesla.
P. ?Y qu¨¦ tienen en com¨²n?
R. Al principio yo cre¨ªa que nada. Ahora, despu¨¦s de haber escrito sobre ellos, veo que les une cierta cercan¨ªa con la soledad.
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