Una minor¨ªa europea
El crecimiento electoral de los grupos racistas en Europa (Suecia es el m¨¢s reciente ejemplo) agudiza el temor a la p¨¦rdida de votos de los partidos que hasta entonces hab¨ªan ocupado ese espacio en las urnas. Las medidas adoptadas por Francia a finales de julio (el desmantelamiento de centenares de campamentos gitanos y la expulsi¨®n de miles de rumanos y b¨²lgaros de esa etnia) o en avanzado curso de tramitaci¨®n (p¨¦rdida de la nacionalidad francesa de los extranjeros naturalizados condenados por determinados delitos) reflejan la calculada estrategia del presidente Sarkozy para arrebatar banderas y consignas al ultraderechista Frente Nacional de Le Pen.
El rechazo franc¨¦s a los gitanos rumanos ni siquiera podr¨ªa explicarse (aunque nunca justificarse) en el marco de los problemas puramente migratorios. La etnia gitana es una minor¨ªa europea desde la Baja Edad Media: aunque las estad¨ªsticas son inseguras, se baraja la cifra de 12 millones (700.000 en Espa?a) en los 27 Estados socios. De a?adidura, a efectos del r¨¦gimen jur¨ªdico europeo (libre circulaci¨®n dentro de la UE y residencia) no son gitanos rumanos sino rumanos de etnia gitana. Y el eventual exceso ret¨®rico de la alusi¨®n a la II Guerra Mundial de la comisaria de Justicia Viviane Reding no alcanza ni de lejos el consumado efecto pr¨¢ctico de las medidas aplicadas: nadie deber¨ªa olvidar que el Holocausto jud¨ªo march¨® en paralelo con el genocidio nazi de medio mill¨®n de gitanos.
Las repercusiones de la expulsi¨®n por Francia de rumanos y b¨²lgaros de etnia gitana alcanzan a Espa?a
Los malos ejemplos cunden cuando ofrecen beneficios sin riesgo aparente para el imitador. Los eurodiputados populares se negaron en el Parlamento de Estrasburgo el pasado 9 de septiembre a sumarse a una moci¨®n que repudiaba las expulsiones francesas y exig¨ªa su inmediata suspensi¨®n. La visita realizada esta semana a Badalona por la lideresa popular en Catalu?a, Alicia S¨¢nchez-Camacho, para mostrar a una diputada del partido de Sarkozy las dimensiones del problema gitano en la localidad fue una oportunista preparaci¨®n de las elecciones municipales.
El desplazamiento por conveniencias electoralistas de los conservadores a planteamientos xen¨®fobos hacer virar en la misma direcci¨®n a todo el espectro pol¨ªtico. Es cierto que los eurodiputados socialistas espa?oles apoyaron la moci¨®n de Estrasburgo del 9 de septiembre; y que el Grupo Parlamentario del PSOE en el Congreso ha expresado su preocupaci¨®n al respecto. Tambi¨¦n es verdad que durante estos ¨²ltimos a?os Espa?a ha avanzado en el esfuerzo de integraci¨®n de los gitanos. Pero el respaldo dado por el presidente Zapatero a su colega Sarkozy durante el ¨²ltimo Consejo Europeo resulta como m¨ªnimo decepcionante: si Pablo Iglesias recelaba de los peligros del abrazo aristocr¨¢tico en las alianzas del PSOE con los partidos burgueses, sus lejanos herederos bien podr¨ªan tomar parecidas preocupaciones respecto al abrazo diplom¨¢tico de Zapatero con Sarkozy o Berlusconi.
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