"En tipos de contratos y subvenciones ya se ha explorado casi todo"
Los pol¨ªticos asumen que las normas e incentivos tienen una eficacia limitada
Si uno busca en la hemeroteca de este peri¨®dico, la primera vez que apareci¨® la expresi¨®n "contrato basura" o "empleo basura" fue a finales de 1993, cuando el Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez alumbr¨® un tipo de acuerdo laboral "de aprendizaje" para menores de 25 a?os sin cobertura de paro, invalidez ni enfermedad com¨²n, y con una retribuci¨®n que pod¨ªa quedar en el 75% del salario m¨ªnimo interprofesional el primer a?o. En n¨²meros: 39.000 pelas de la ¨¦poca. Era una de las medidas de la reforma laboral del 94. Ya en 1988, con tasas de desempleo de j¨®venes que no bajaban del 30%, se lanz¨® un Plan de Empleo Juvenil que se sald¨® con una huelga general. La reforma del 84 tambi¨¦n impuls¨® la contrataci¨®n temporal y en pr¨¢cticas.
No se puede esperar m¨¢s de estas pol¨ªticas, dice un ex alto cargo de Empleo
La soluci¨®n final es de largo plazo y pasa por el famoso cambio de modelo
La tasa de paro global aquel a?o en que se bautiz¨® al "contrato basura" era del 22% y al siguiente, en el segundo trimestre del 94, escal¨® al 24%. La de los menores de 29 a?os, pr¨¢cticamente, se duplicaba. Las reformas y acuerdos laborales destinados a impulsar el empleo de los j¨®venes han gravitado mayoritariamente sobre la creaci¨®n de contratos ad hoc, temporales y m¨¢s precarios, e incentivos econ¨®micos. Se trataba de hacer m¨¢s atractivo al aspirante a un trabajo sin experiencia, meterle en el mercado y que su situaci¨®n se consolidase con el tiempo.
"El contrato temporal se hizo de buena fe, pensando en que estas personas se har¨ªan luego fijas, y se cre¨® mucho empleo, pero en lugar de un mecanismo de entrada al mercado laboral se ha convertido en uno de salida", lamenta Jes¨²s Caldera, que fue ministro de Trabajo entre 2004 y 2008. "Cuando yo era ministro, el paro bajaba y no entend¨ªa por qu¨¦ no bajaba el gasto en prestaciones de paro, y era por esa rotaci¨®n precisamente", explica el vicepresidente de la Fundaci¨®n Ideas. "Hay un problema de fondo que no son las instituciones laborales, sino el modelo productivo", insiste.
Temporalidad y paro siguen sobre la mesa. Los pol¨ªticos y expertos consultados para este reportaje coinciden en que una normativa laboral genera un escenario m¨¢s propicio para la creaci¨®n de empleo, pero su efecto es limitado para solucionar las dolencias estructurales.
Las pol¨ªticas, coinciden, deben poner el acento en la formaci¨®n, adecuarla a las necesidades del mercado de trabajo. Guerra al abandono escolar temprano. Impulso a los emprendedores. La apuesta por sectores de alto valor a?adido. El adi¨®s a la dependencia del ladrillo y de servicios poco cualificados, esos que crean (pero tambi¨¦n destruyen) empleo a mansalva con las oscilaciones econ¨®micas. Que miles de decisiones empresariales particulares den el giro hacia un nuevo tejido productivo. Ese nuevo modelo econ¨®mico que se repite como un mantra, como una oraci¨®n en los ¨²ltimos a?os. "Que los j¨®venes de ahora creen que las empresas no se han sabido crear antes", dice Carles Campuzano, de CiU, que pide un marco laboral m¨¢s flexible para las microempresas.
Los j¨®venes tienen m¨¢s problemas de paro que los adultos en todos los pa¨ªses europeos. El pero, en Espa?a, tiene que ver con la intensidad del problema: la brecha entre los menores de 25 a?os y el paro total no es de un 7,5% a un 10,4%, como en Alemania; o del 9,5% al 23,3%, como en Francia; sino del 18% al 37,8%, seg¨²n los datos de Eurostat de 2009. El problema es el paro en general.
Pero cuando la econom¨ªa estornuda, el trabajo de los j¨®venes en Espa?a coge un buen resfriado, y cuando la econom¨ªa coge una gripe muy seria, los j¨®venes asoman a esa "generaci¨®n perdida" contra la que alertaba hace unos d¨ªas Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Las pol¨ªticas de empleo sirven para parar el golpe, pero no solucionan todo el problema de los despidos cuando hay crisis. Aspiran a alterar la distribuci¨®n del empleo y es la recuperaci¨®n del ciclo econ¨®mico la que lo crea. No se puede esperar mucho m¨¢s de las pol¨ªticas de empleo, para eso est¨¢ la pol¨ªtica econ¨®mica general", reflexiona Valeriano G¨®mez, investigador de la Fundaci¨®n Ortega y Gasset y ex secretario general de Empleo.
Grosso modo, para los j¨®venes la actual reforma laboral establece bonificaciones para las empresas que contraten a j¨®venes, ayuda a la contrataci¨®n indefinida y ampl¨ªa la edad tope de los contratos de formaci¨®n (el de los que carecen de cualquier t¨ªtulo) de 21 a 24 a?os y el de pr¨¢cticas de cuatro a cinco a?os despu¨¦s de haber logrado una titulaci¨®n. Adem¨¢s, pone mayor ¨¦nfasis que antes en que este tipo de empleo vaya acompa?ado de una formaci¨®n para el empleado que debe acreditarse. "El hecho de que se hayan concentrado las bonificaciones en ellos, y que se hayan alicatado mejor los elementos del contrato hace pensar que este plan tiene que funcionar mejor que lo que ha habido antes", conf¨ªa una fuente del Ministerio de Trabajo, aunque admite que "los efectos positivos de esto se notar¨¢n con la recuperaci¨®n del ciclo econ¨®mico y gracias a otras pol¨ªticas m¨¢s transversales".
"En el empleo joven v¨ªa subvenciones o modalidad de contrato ya se ha explorado casi todo, no soluciona el problema de fondo, esto solo puede conseguirse por la v¨ªa de la actividad, incentivando el n¨²mero de emprendedores", reflexiona Manuel Pimentel, empresario y ministro de Trabajo con el PP, entre 1999 y 2000.
El fomento de los emprendedores y la falta de adaptaci¨®n de la formaci¨®n a las necesidades del mercado de trabajo no cae de los labios de los pol¨ªticos. El Gobierno ha incluido ayudas a la emprendedur¨ªa en su Ley de Econom¨ªa Sostenible que reduce los plazos y facilita la financiaci¨®n a trav¨¦s del ICO (Instituto de Cr¨¦dito P¨²blico). Tambi¨¦n planea reformar la Formaci¨®n Profesional. "Tenemos un plan que mejorar¨¢ y adaptar¨¢ los t¨ªtulos, con 78 millones de euros de presupuesto. Hemos pedido que las comunidades pongan 78 millones m¨¢s. Hay que buscar los yacimientos de empleo: el sector biotecnol¨®gico o las energ¨ªas renovables... los sectores de valor a?adido", explica Miguel Soler, director general de Formaci¨®n Profesional.
Para el PP, la reforma del Gobierno no solventar¨¢ el problema. "Las reformas laborales son un instrumento, pero lo fundamental es una pol¨ªtica econ¨®mica coherente. Las bonificaciones tienen un efecto neutro: ayudan pero si un empresario tiene que contratar a alguien, lo har¨¢ y si no lo ve claro, no", opina Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, portavoz de empleo popular.
En general, los incentivos econ¨®micos "ayudan, pero cualquier bonificaci¨®n prima la contrataci¨®n de un colectivo a costa de otro que resulta menos atractivo econ¨®micamente. Lo que hace falta es creaci¨®n de empleo en s¨ª misma", opina Lorenzo Serrano, del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (IVIE).
Las bonificaciones aparecen en la mayor parte de los planes de empleo de los partidos, que tambi¨¦n incluyen otros contratos a medida. El PP habla de un "contrato de primer empleo joven" con bonificaciones, el PNV habla de un nuevo contrato de inserci¨®n tambi¨¦n subvencionado y CiU apuesta por la mejora y revisi¨®n de los contratos en formaci¨®n y en pr¨¢cticas. Desde el PNV, Emilio Olabarria aboga por el "autoempleo" y contratos juveniles "m¨¢s flexibles". Tambi¨¦n pide una reserva del 25% del empleo p¨²blico para los j¨®venes, entre otras medidas.
Izquierda Unida se desmarca. "Hay que reducir los tipos de contratos y fomentar el empleo mediante inversi¨®n p¨²blica. Los contratos de pr¨¢cticas no funcionan, el empresario prefiere coger becarios", apunta Jos¨¦ Garc¨ªa Rubio.
Las lacras
-Uno de cada tres parados en Espa?a tiene menos de 30 a?os. Son 1,5 millones de desempleados entre 16 y 29 a?os, de los cuales 361.800 a¨²n busca su primer puesto. La tasa juvenil casi duplica la total.
-Los datos son abrumadores: a mayor nivel de formaci¨®n, menos paro: la tasa de desempleo es el 38% entre los 24 y 29 a?os para aquellos con formaci¨®n primaria y se va reduciendo hasta el 16,6% para aquellos con formaci¨®n superior (9,4% en el caso de los Doctorados).
-Aun as¨ª, casi tres de cada 10 licenciados ocupa puestos de trabajo para los que se siente m¨¢s cualificado de lo necesario y el incentivo econ¨®mico por tener una carrera -es decir, la mejora salarial frentea carecer de esa formaci¨®n- es inferior a la media de la OCDE, seg¨²n el organismo. El problema, seg¨²n los expertos, es la falta de adaptaci¨®n entre los estudios que se cursan y la necesidad de un mercado de trabajo.
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