Tranquilidad en el Vaticano
La reciente visita de la vicepresidenta del Gobierno Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega al Vaticano es uno de esos acontecimientos que confirman ese dicho popular de que la vida da muchas vueltas. Cuando a principios de la primera legislatura Zapatero le encarg¨® a Fern¨¢ndez de la Vega las relaciones con la Santa Sede, todo el mundo pudo sospechar que le pasaba una patata caliente. Por entonces, los obispos lanzaban a los suyos a la calle contra el matrimonio homosexual y el divorcio expr¨¦s porque el Gobierno de Zapatero era poco menos que el diablo encarnado de Ejecutivo con talante. El cisma entre la Conferencia Episcopal y el Estado espa?ol, anta?o tan cat¨®lico, parec¨ªa inminente.
Pero al cabo del tiempo, Fern¨¢ndez de la Vega se ha convertido en la vicepresidenta espa?ola que m¨¢s visitas ha cursado a la Santa Sede y tambi¨¦n la que ha establecido el marco financiero que m¨¢s beneficia a los obispos, con parte de ese 0,7% del IRPF que desv¨ªa cada a?o desde las arcas de Hacienda hacia la Iglesia y que en 2008 supusieron nada menos que 252 millones de euros.
El trato de privilegio y la generosa dotaci¨®n pactada mantienen a la Iglesia espa?ola en clara dependencia financiera del Estado espa?ol, lo que, en principio, podr¨ªa hacer pensar que es el Vaticano el que deb¨ªa velar por mantener las mejores relaciones con su pagador. El viaje de la vicepresidenta a Roma ten¨ªa, sin embargo, como principal objetivo presentar una petici¨®n oficial para que el Papa accediera (como hizo) a una reuni¨®n con Zapatero en su pr¨®xima visita a Espa?a; una reuni¨®n que no estaba prevista, dado que se trata de una visita pastoral.
Como, en efecto, la vida da muchas vueltas, Fern¨¢ndez de la Vega ha establecido con el Vaticano unas relaciones tan cordiales que ha hecho desaparecer m¨¢gicamente cualquier contencioso bilateral. As¨ª lo asegur¨® tras ver al cardenal Tarcisio Bertone, el secretario de Estado vaticano. Est¨¢ pendiente la Ley de Libertad Religiosa que tanto molesta a la Iglesia. La pol¨ªtica neg¨® que el proyecto est¨¦ parado, pero dijo que no es una prioridad. As¨ª que el Vaticano puede estar tranquilo: basta con que eche un vistazo a los sondeos de intenci¨®n de voto.
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