Domingos de patrimonio, cochinillo y cuchar¨®n

Hace casi un cuarto de siglo la riqueza hist¨®rica, cultural y gastron¨®mica de Segovia pas¨® a engrosar el Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. El pr¨®ximo 6 de diciembre se cumplen 25 a?os de tan honroso ingreso, y la capital segoviana se ha volcado. Dentro de un generoso programa de eventos, desgranado durante 2010 y que afronta este oto?o su recta final, destacan los Domingos del Patrimonio: visitas culturales de car¨¢cter exclusivo, abiertas al p¨²blico con motivo de la inminente conmemoraci¨®n.

Por ejemplo, acceso a una cara desconocida de El Alc¨¢zar el pr¨®ximo 10 de octubre, que incluye espacios in¨¦ditos como los desvanes, los jardines moros o algunas salas recientemente restauradas, dentro del proceso de recuperaci¨®n tras el tr¨¢gico incendio de 1862. Hay m¨¢s propuestas intrigantes dentro del programa: los interiores y camerinos del teatro Juan Bravo, decano de la ciudad, los fondos hist¨®ricos que atesoran el Archivo Municipal y la Biblioteca P¨²blica (que ocupa la antigua c¨¢rcel real), el antiguo Convento de San Francisco (actual sede de la Real Academia de Artiller¨ªa) o las salas hist¨®ricas del Ayuntamiento.

C¨®mo hacer hambre y c¨®mo saciarlo

Existen propuestas m¨¢s activas y espirituosas, pero igual de efectivas para hacer hambre, aspecto importante del recorrido. La primera son rutas a caballo para descubrir Segovia desde otra perspectiva. Concretamente, la que ten¨ªan los viajeros que llegaban a la ciudad en siglos pasados. Para los m¨¢s sedentarios, las destiler¨ªas DYC celebran sus 50 a?os de historia con visitas guiadas por sus instalaciones, que contemplan tanto el proceso de elaboraci¨®n de sus destilados, como la historia del edificio original a orillas del Eresma y el encantador entorno natural que lo rodea.

Cuando el est¨®mago del viajero exija su particular homenaje, lo pasos se encaminan hacia el Parador de Segovia, que desde octubre hasta final de a?o propone un men¨² sumamente tentador: el tradicional cochinillo segoviano. La cita culinaria, de 87 euros por comensal con alojamiento en habitaci¨®n doble, incluye diversas cazuelitas previas con degustaciones de otras especialidades locales (judiones de La Granja, arroz con morretes, sopa de ajo castellana). Despu¨¦s, paso al jugoso cochinillo asado con patatitas encebolladas y ensalada de hojas tiernas, asado en horno de le?a y con "marca de garant¨ªa".

?Una de cocido con cangrejos de r¨ªo!

Hay que (re)despertar el apetito al llegar a Chinch¨®n, pintoresco pueblo situado a 50 kil¨®metros de Madrid, en el sureste de la Comunidad. Conviene llegar con tiempo para adentrarse en el casco hist¨®rico del municipio y dejarse sorprender por su particular arquitectura popular, antes de degustar el famoso cocido completo de taba.

La Plaza Mayor, una de las m¨¢s representativas de Espa?a, es de estilo medieval. Sus casas y balcones se construyeron en el siglo XV, y qued¨® totalmente cerrada dos siglos m¨¢s tarde. Lo m¨¢s llamativo son sus m¨¢s de 200 balcones de madera que, con graciosa irregularidad, dan armon¨ªa al conjunto arquitect¨®nico de la Plaza. Justo al lado de ella, a menos de cien metros, se encuentra el antiguo Convento de los Agustinos, del siglo XV, que tiempo despu¨¦s pas¨® a funcionar como centro cultural y actualmente se ha reconvertido en Parador Nacional. El edificio, mimosamente restaurado, ha mantenido su estilo barroco con influencias del renacimiento. Un entorno perfecto, si el visitante est¨¢ ya listo, para saborear el plato t¨ªpico de la localidad.

El Parador de Chinch¨®n ofrece desde el pr¨®ximo 9 de octubre un men¨² tradicional por 26 euros en su restaurante El Bodeg¨®n. Recibe al hambriento comensal un aperitivo de alb¨®ndigas de pan, garbanzos mareados y encurtidos de Campo Real, que dan paso al plato principal del d¨ªa, elaborado a fuego lento y de manera tradicional: sopa de fideos, verduras del Taju?a y el ingrediente espec¨ªfico de esta variante del cocido madrile?o, los cangrejos de r¨ªo. Todo aderezado con las viandas caracter¨ªsticas de este puchero, a saber, morcilla, chorizo, jam¨®n, tocino, cuello de ganso, gallina y el ingrediente que le da nombre, el hueso de Taba. Por supuesto, no falta vino blanco y tinto, servidos en jarras de barro.

Para bajar el cocido

A s¨®lo 23 kil¨®metros de Chinch¨®n, Aranjuez ofrece un plan perfecto para cerrar un d¨ªa de oto?o entre los jardines del Palacio Real, que cobran un color especial con esta estaci¨®n. Una buena ruta para bajar una comida con fundamento, comienza en el Jard¨ªn de la Isla, llamado as¨ª porque est¨¢ rodeado por el Tajo y por un canal del r¨ªo, que lo separa del Palacio Real. Adem¨¢s de por sus fuentes, este jard¨ªn es impresionante por la impronta que recibe de los monarcas desde Felipe II a Carlos III.

El paseo sigue hacia las estatuas del aleda?o Parque del Parterre, donde se camina entre las huellas que dejaron en Espa?a los Austrias. A los apasionados del paisajismo les encantar¨¢ el Jard¨ªn del Pr¨ªncipe, encargado por Carlos IV cuando a¨²n era Pr¨ªncipe de Asturias y que conforma, fundamentalmente, un coqueto parque trazado en su ¨¦poca seg¨²n las modas que imperaban en Inglaterra y Francia. Como al resto de gobernantes, a Isabel II tambi¨¦n le gustaba personalizar los jardines de palacio, y de all¨ª que lo llamaran El jard¨ªn de la princesita. Es un buen punto para cerrar cronol¨®gicamente el paseo antes de regresar a casa. Si se opta por seguir explorando Aranjuez, existe una ruta monumental que lleva desde el Palacio (tambi¨¦n se puede visitar el museo) hasta el casco antiguo.

Historia y gastronom¨ªa en Segovia y Chinch¨®n