"Sartre es el ¨²ltimo de los optimistas"
De adolescente, Jean-Michel Guenassia (Argel, 1950) sol¨ªa jugar mucho al futbol¨ªn a la salida del liceo en algunos bares y bistrots de su barrio, Denfert-Rochereau, en Par¨ªs. Una tarde, en uno de esos bistrots, el joven Guenassia se encontr¨® jugando al ajedrez a Jean-Paul Sartre y al escritor y periodista Joseph Kessel. Enemigos pol¨ªticos, los dos amigos re¨ªan y bromeaban en torno a la partida a la vista del amante del futbol¨ªn. Guenassia jam¨¢s olvid¨® esa escena. M¨¢s de cuarenta a?os despu¨¦s, dej¨® su trabajo a tiempo completo de guionista de cine y televisi¨®n, se puso a trabajar s¨®lo a media jornada de jurista y comenz¨® a escribir El club de los optimistas incorregibles (RBA), una novela de casi 700 p¨¢ginas en la que un adolescente encuentra por azar, en uno de esos ya remotos bistrots de los primeros a?os sesenta en aquel Par¨ªs ya extinguido, a un grupo de exiliados de la Europa del Este, el Club de los Optimistas Incorregibles, que arrastran muchas historias, mucha amargura, mucha esperanza y mucha soledad. Guenassia emple¨® diez a?os en escribir su libro. Lo hizo. Lo destruy¨®. Lo rehizo. Despu¨¦s, lo envi¨® sin mucha esperanza a varias editoriales por correo y, sin esperarlo, con sesenta a?os y una sola novela policiaca publicada en 1988, se convirti¨® en una de las revelaciones literarias del a?o pasado en Francia, con 200.000 ejemplares vendidos. Su libro, que obtuvo el Prix Goncourt des Lyc¨¦ens, es muchas cosas, pero sobre todo un retrato de su pa¨ªs en los a?os previos a Mayo del 68.
"Quer¨ªa que los miembros del Club de los Optimistas tuvieran una vida detr¨¢s y un futuro. As¨ª, ten¨ªan que haber nacido en los a?os diez y veinte"
PREGUNTA. La novela arranca en 1980, en el multitudinario entierro de Sartre en Par¨ªs. ?Por qu¨¦?
RESPUESTA. Porque es el ¨²ltimo de los optimistas, de los que cre¨ªan que pod¨ªan cambiar las cosas, de ese tipo de personas que piensa que el mundo puede cambiarse.
P. Pero en el libro no sale muy bien parado.
R. No, no. ?l se pudo equivocar, pero queda para siempre el efecto de su compromiso. Es el ejemplo de intelectual que va al combate, que lucha.
P. Sin embargo, la novela se desarrolla mucho antes, en los primeros sesenta. ?Por qu¨¦ eligi¨® esa ¨¦poca?
R. Por cierto determinismo novel¨ªstico. Yo quer¨ªa que los miembros del club de los optimistas tuvieran una vida detr¨¢s y un futuro. As¨ª, ten¨ªa que haber sido gente que naciera en los a?os diez y veinte. Esa es la verdadera raz¨®n, la edad de los personajes.
P. Sin embargo, al final la ¨¦poca marca el libro.
R. Pues al principio pens¨¦ emplazarla a principios de los setenta, pero me di cuenta de que Mayo del 68 lo iba a parasitar todo. Me pareci¨® m¨¢s interesante mostrar algo que anunciara ese a?o y centrarme en los primeros sesenta, cuando llegaron los primeros grandes supermercados y el gran consumo. Por eso, el personaje principal tiene 12 a?os al principio de la novela, en 1960, y 17 al final, en 1965.
P. Hay muchas novelas dentro. ?C¨®mo arranc¨® todo?
R. Al principio, la idea era contar una historia relacionada con esas fotos alteradas en Rusia, esas fotos estalinianas en las que se van borrando los personajes que est¨¢n al lado de Stalin. Yo quer¨ªa contar la historia del personaje que borra a esos personajes hist¨®ricos. Adem¨¢s, quer¨ªa contar tambi¨¦n la historia de la mujer del poeta Osip Mandelstam que, tras la muerte de su marido en un campo de concentraci¨®n, memoriz¨® cientos de poemas suyos para que se conservaran. Es como un personaje de Fahrenheit 451, la novela de Bradbury. Durante a?os busqu¨¦ la manera de encajar todas estas historias. As¨ª eleg¨ª ese tiempo en Francia, el del final de la colonizaci¨®n, el final de la guerra de Argelia, ese tiempo de bonanza econ¨®mica, en el que no hab¨ªa paro. Coincidi¨® con mi adolescencia. Yo soy un poco m¨¢s joven que el protagonista. Pero no es una historia autobiogr¨¢fica.
P. ?No?
R. Es una novela, es ficci¨®n, y la parte personal es un porcentaje muy menor de la historia. Aunque es cierto que transcurre en mi barrio, que el estudiante va al Liceo Henry IV, como yo, y que le gusta jugar al futbol¨ªn. Por cierto, en Espa?a ?Hay futbol¨ªn?
P. S¨ª claro.
R. Pues eso. Yo, como el protagonista, jugaba al futbol¨ªn. As¨ª es como vi a Sartre y a Kessel jugando al ajedrez, ri¨¦ndose. Despu¨¦s, muchos a?os despu¨¦s, me enter¨¦, por medio de un refugiado h¨²ngaro que, por cierto, odiaba a Sartre, que este y Kessel ayudaban siempre con dinero a los refugiados del Este. En ese bistrot donde Sartre y Kessel jugaban hab¨ªa un club de ajedrez. Era un bar grande, que ya no existe. Ahora es una tienda de flores. A ese bistrot iban a juntarse los refugiados, los ap¨¢tridas. As¨ª naci¨® la historia. Por eso eleg¨ª a un adolescente franc¨¦s como hilo conductor de todo.
P. La guerra de Argelia es otro tema.
R. Sirve tambi¨¦n como hilo narrativo. Aunque m¨¢s que la guerra, lo que importaba son las consecuencias de la guerra, c¨®mo la guerra trastoca para siempre la vida de las personas.
P. ?Es una novela de un tiempo que termina?
R. Yo nunca quise escribir una novela nost¨¢lgica, pero... Tal vez parezca eso porque cuenta una etapa de la vida, la de la adolescencia, tal vez porque la vida misma sea as¨ª, tal vez porque recrea un mundo que, es verdad, ya no existe: ya no hay bistrots populares como antes, ya no hay m¨¢quinas de flipper, y casi no quedan futbolines. Ahora los ni?os juegan a otra cosa, a los videojuegos, y las relaciones sociales son diferentes: ahora tenemos miles de amigos en Facebook, pero lo que es ver, no vemos m¨¢s que a dos o tres. Son ¨¦pocas diferentes, ni mejores ni peores.
P. ?Tambi¨¦n Par¨ªs es completamente diferente?
R. Tambi¨¦n ha cambiado mucho, no se crea. Yo nac¨ª en Argel, pero llegu¨¦ a Par¨ªs en 1955, y crec¨ª aqu¨ª. Es cierto que si uno no es de Par¨ªs, da la impresi¨®n de que Par¨ªs nunca cambia. Pero si uno es de aqu¨ª ve que no es cierto: las tiendas que cambian, el barrio de Saint Germain-des-Pr¨¦s, por ejemplo, se ha convertido en una galer¨ªa comercial, ya no es un barrio popular. Antes, en Par¨ªs viv¨ªa gente que no ten¨ªa dinero, gente del pueblo. Ahora no. Todos han sido desplazados a las afueras y Par¨ªs se ha vuelto una ciudad burguesa y de ricos. Antes hab¨ªa barrios obreros; ya no. Pero bueno, en Roma pasa lo mismo y supongo que en Madrid tambi¨¦n.
P. En el club hay quienes cambian el mundo, pero hay otros que no est¨¢n de acuerdo. ?Qu¨¦ une a todos los miembros del club?
R. La uni¨®n es el exilio, gentes que est¨¢n refugiados. Yo conoc¨ª a muchos refugiados de Chile, por ejemplo, y a mucha gente de Grecia.
P. ?Ha cambiado ese papel acogedor?
R. Eso ya ha terminado. Francia ya no es un pa¨ªs acogedor para los exiliados.
P. ?Es su primera novela?
R. Hab¨ªa hecho una novela policiaca hace 25 a?os, yo era guionista, era un gui¨®n que no se hizo y escrib¨ª la novela a partir del gui¨®n. Luego no quise continuar. He empleado 25 a?os en escribir este libro.
P. ?Por qu¨¦ tanto tiempo?
R. No estaba preparado, porque este era el libro de mi vida. Yo lo llev¨¦ toda mi vida, y un d¨ªa dije: voy a escribir una gran novela. Yo he escrito desde siempre. Muchas cosas para la televisi¨®n, pero no era muy satisfactorio, era trabajo de encargo.
P. ?Esperaba el ¨¦xito?
R. No, para nada. Lo mand¨¦ por correo, sin conocer a nadie. Dud¨¦ mucho con varios editores. Mi primer contrato hablaba de 3.000 ejemplares. Despu¨¦s de varias pruebas con los libreros, sacaron 15.000. Lo que ha funcionado es el boca a oreja.
P. ?Y qu¨¦ pens¨®?
R. Bueno, durante muchos a?os he vivido como guionista y s¨¦ lo que es que te rechacen novelas y que tus piezas de teatro no se representen. He encontrado mucha indiferencia en mi vida profesional. Si quieres aguantar, tienes que endurecerte.
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